Quienes crecimos viendo las aventuras del agente 007 en la piel del recordado Roger Moore, asistíamos al cine (hoy una rutina casi marginal) atraídos por las historias fantásticas con bellas mujeres, paisajes extraordinarios y villanos que marcaron huella. Pero una de las mayores satisfacciones era ver las maravillas de la tecnología aportadas por “Q” para ser usadas en la misiones que le encargaban a Bond.
En 1974, en el film “El hombre del revólver de oro” con Christopher Lee como el malévolo Scaramanga, la agente Mary Goodnight interpretada por Britt Ekland es encerrada en el baúl de un auto conducido por Lee, que luego de carretear por una ruta, desplega unas alas a sus lados y levanta vuelo transformándose en un avión.
La cuestión es que recientemente se produjo la primera prueba piloto de un prototipo de auto-avión híbrido que completó un vuelo de 35 minutos entre los aeropuertos internacionales de Nitra y Bratislava, en Eslovequia con todo éxito.
El AirCar diseñado por el ingeniero y piloto eslovaco Stefan Klein, puede transportar a dos personas, con un límite de peso combinado de 200 kg, y puede volar unos 1000 km a una altura de 2500 metros. Cuenta con un motor BMW y funciona con combustible regular. Y un dato más: a diferencia de los prototipos de drones-taxis no puede despegar y aterrizar verticalmente, por lo que requiere de una pista, igual que en la icónica película del famoso agente.
Pero este no es el único caso, que el mundo Bond anticipa transportes singulares para el futuro de entonces, presente de hoy. En 1977, en el film “La espía que me amó” con la bella Bárbara Bach y el recio Curd Jurgens, el Bond encarnado también por el ex Santo, muestra a un majestuoso Lotus Spirit que se transforma en sumergible al caer al océano luego de una espectacular persecución.
En el 2008 se presentó el SQuba, primer auto submarino de la historia diseñado para poder sumergirse hasta 10 metros bajo el agua, lo que logra gracias al empleo de tres motores: uno para posibilitar su andar en tierra, y dos para propulsarse a través del líquido elemento. La increíble maquinaria es fruto de la inventiva de Frank M. Rinderknecht, presidente fundador de la compañía Rinspeed, especializada en la elaboración de vehículos especiales, surgidos siempre a raíz de diferentes modelos de Porsche.
Su tapicería interior es resistente al agua, incluso al agua salada, gracias a su confección en base a fibra de carbono y nanotubos de alta resistencia; y es completamente ecológico, al contar con motores basados en energía eléctrica y lubricantes biodegradables.
Como verán el inolvidable “Q” de Desmond Llewelyn nos anticipó una vez más en nuestra adolescencia parte de lo que íbamos a vivir en nuestra realidad del presente, por lo que nuevamente podemos aseverar que James Bond tenía razón. Y lo que es mejor, intuimos que esta costumbre se repetirá en el tiempo.
FUENTE: Gustavo Schweitzer – www.urbanosenlared.com.ar