El proyecto que un sector de la oposición en el Concejo Municipal presentó para eliminar el estacionamiento en ambas manos de bulevar Oroño y en su reemplazo instalar bicisendas disparó la polémica. Ciclistas, automovilistas, peatones, comerciantes dividieron opiniones en medio de un caos del tránsito en el macrocentro.
La iniciativa que encendió el debate la presentó un sector del justicialismo en el Palacio Vasallo y propone reemplazar el estacionamiento en ambas manos de Oroño (entre Pellegrini e Illia) por ciclovías con el fin de enlazar cuatro estaciones de bicicletas públicas de Mi Bici Tu Bici.
El sector es neurálgico en el movimiento del macrocentro. Entre el 1600 de Oroño y su tramo final hasta el río existen radicadas escuelas y colegios históricos de la ciudad, entidades financieras, obras sociales, sanatorios, centros de salud, clínicas de especialistas y numerosos edificios. Desde Salta hacia el este, el corredor gastronómico se intensifica en locales y propuestas.
La iniciativa, presentada por el edil Osvaldo Miatello junto a otros 6 compañeros de interbloque opositor, hace suyas las políticas de movilidad del Ejecutivo: promover el transporte público, apuntalar los medios no motorizados y disuadir el tránsito privado en el centro.
La propuesta de Miatello busca “generar un espacio exclusivo para la circulación de bicicletas por Oroño, optimizando la seguridad vial, conectando además las biciestaciones de Plaza Suecia, Oroño y Salta, Facultad de Económicas y Museo Castagnino”.
En el bulevar las voces suenan contrapuestas entre ciclistas, peatones, comerciantes y automovilistas.
Sobre el bulevar, entre San Luis y San Juan, Agustín, de 21 años, estaba atando con candado su bici a un poste de luz. “Convivir con los autos es muy difícil, se complica. Hay que restringir el ingreso de los coches al centro. Tendría que ser peatonal y bicisenda”, dijo con seguridad.
En una de las banquetas del cantero central, Ana esperaba a su marido junto a su pequeña beba de dos años. “Mi esposo perdió el turno del médico porque estuvo 45 minutos y no encontraba lugar para estacionar. Tuvo que caminar un montón de cuadras. Si así es difícil, no me quiero imaginar si sacan el estacionamiento”, dijo la mujer para agregar: “Además no se consiguen fichas para el estacionamiento medido, el parquímetro no funciona. Nos hemos comido un montón de multas, estamos podridos. Que pongan bicisendas está bueno, porque si andan por el medio del cantero central está muy mal. A la nena casi me la llevan puesta las bicis”, aseguró.
Guillermo es universitario. Con la bici a un costado, caminaba por el cantero central. “Hay que buscar un punto medio. Si ponen las bicisendas, ¿dónde van los autos? La ciclovía, al cantero central”, comentó.
“Acá está saturado de autos, yo trabajo caminando con el carrito a la par. Si se saca el auto y tenés que traer un enfermo a una clínica, ¿cómo lo traen? ¿en bicicleta?”, se preguntó Carlos, el churrero que se ubica en la esquina de Oroño y San Luis.
Estacionada sobre Oroño al 900, Silvina esperaba arriba de su camioneta. Es una usuaria frecuente del bulevar ya que sus hijos concurren al colegio y a inglés en la zona. “Es una locura prohibir el estacionamiento. Nos tendríamos que acostumbrar a la bici o colectivo. No es para Rosario todavía, son cambios bruscos. Hay que buscar una solución, pero no empeorar porque se van a congestionar los alrededores”, consideró ofuscada la mujer.
En la mano que va hacia el sur del bulevar, Carla esperaba a sus hijos con la más pequeña dormida en su sillita en el interior del auto. “Tengo la tercera nena durmiendo acá y estoy esperando a las otras dos. Van a la Dante. Vivo lejos, en zona sur, y no me queda otra”, dijo resignada la rosarina de 43 años.
Unos de los comerciantes de la zona también se quejó. “Nos sacan los autos, nos tiran las ventas”.
“Es terrible si prohíben el estacionamiento. Vengo a traer a mis hijos a inglés y espero algunos minutos en el auto” Carla, automovilista.
FUENTE: lacapital.com.ar