Avanza la obra de restauración de la casita ubicada en Plaza Sicilia, junto al Jardín Japonés, en Palermo. Inaugurada en 1877, fue kiosco de expendio de leche, tanguería y oficina municipal. Estuvo abandonada durante muchos años; fue vandalizada, intrusada y hasta incendiada. Hace seis meses comenzó la obra para refuncionalizar y poner en valor este sitio conocido como “El Tambito”, y la Ciudad confirmó que fue concesionada a un privado. Funcionará un café que tiene un contrato por los próximos cinco años.
Durante mucho tiempo la casita estuvo tapiada. Desde la avenida Berro -justo frente a la “columna del Templo Persa”- se podía ver el avance del deterioro. La fachada renegrida, víctima del fuego; los techos, hundidos y rotos, con tejas faltantes por todos lados; las escalinatas de mármol de Carrara, desaparecidas; plantas y arbustos creciendo entre las paredes.
El panorama ya cambió. Desde la avenida Berro se ve la fachada trasera de la casita, que está en el proceso final de la restauración; queda pendiente un cepillado con agua para que finalmente aparezca el tono final, el color del revestimiento. En el ala izquierda funcionará la cocina del café y sobre el ala derecha estará ubicada la batería de baños.
También se restauraron las dos esfinges que se encontraban en el entorno de la casita, que estaban muy deterioradas. Los pedestales sobre los que se encuentran, también tenían partes faltantes, que fueron reconstruidas.
Las dos pequeñas esfinges -leonas aladas, con cabeza y pecho de mujer- planteaban enigmas irresolubles, según la mitología griega. Junto a un monario ubicado en el Ecoparque, son los únicos dos vestigios de arquitectura egipcia en la Ciudad.
A medida que avanzó la obra de restauración, el equipo del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño encontró detalles que quedaron ocultos por intervenciones previas, como por ejemplo una guarda de ladrillos a la vista, que se recuperó por completo. También se reprodujeron las barandas de madera de las galerías, que estaban prácticamente destruidas; algunas partes sobrevivieron y se utilizaron como modelo. También se utilizaron fotos antiguas como referencia.
En estas semanas, avanzan con la reconstrucción del techo de la galería del frente del edificio, que mira hacia el Lago Victoria Ocampo y hacia el Patio de las Esculturas, de Monumentos y Obras de Arte (MOA). Para muchos vecinos y vecinas será la oportunidad de conocer una zona del Parque 3 de Febrero que no es tan popular. A pocos metros hay también un puente de hierro peatonal y una pequeña glorieta antigua.
En lo que es el ingreso a la casita, el equipo de restauración se encontró sin la escalinata. Era de mármol de Carrara y tendrá que ser repuesta por completo. Sin embargo, la imponente puerta de madera y vidrios repartidos, si estaba en buen estado y está siendo recuperada. También había dos copones; uno de ellos no fue hallado, el otro será restaurado y quedará en el Patio de las Esculturas.
El Tambito tiene una protección estructural, es decir que se lo considera un “inmueble de carácter singular”, principalmente por sus características arquitectónicas y con “valores histórico-culturales y urbanos”. Con previa autorización, se le pueden hacer modificaciones interiores (en este caso, será sobre todo en la futura cocina y en la zona de los sanitarios).
La explotación gastronómica estará a cargo de Selena Café, una empresa que ya tiene local en Palermo (Selena Cocina, en Honduras y Medrano). Abonan un canon mensual de $ 360.000 -el contrato inició en marzo- que se ajusta cada seis meses y se actualiza en base al IPCBA (el Indice de Precios al Consumidor que elabora la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad). Con una extensión de 5 años.
“Al tener una protección estructural, hay espacios que no pueden ser alterados. Es decir que vamos a adaptar la cocina a lo que se pueda hacer en El Tambito. Además estamos abriendo, en otro lugar, un centro productivo que nos va a permitir proveer pastelería y panadería que no se puede producir en el lugar por una cuestión de espacios. El proyecto está muy avanzado”, explicó a Clarín Romina Stoppani, chef y nutricionista; junto a su pareja, Eduardo Perret, están al frente del emprendimiento.
“Es un proyecto muy hermoso, que nos encanta. Fue muy emocionante ver por primera vez el lugar, el trabajo que hacen los arquitectos y restauradores. Es un espacio que te remite a la historia de la Ciudad y nosotros queremos justamente que tenga aún más valor. Hay un trabajo muy importante, pensado desde el interiorismo, para que la gente se acerque a visitarnos y viaje al pasado; va a haber un espacio en el que la gente va a poder ver cómo era la casa originalmente. Es una responsabilidad muy grande, pero creemos que será una experiencia gratificante”, evaluó Stoppani.
Desde el ministerio pretenden entregar la obra entre fines de julio y principios de agosto; en paralelo, el café puede avanzar con obras vinculadas a la cocina y a los sanitarios. De todos modos, faltan las habilitaciones de servicios como la electricidad y el resto de los permisos para operar en el lugar. Por supuesto, también se realizarán obras paisajísticas en el entorno. Así es que se espera que la apertura pueda llegar para la primavera.
“Estamos muy entusiasmados por acercarnos al final de la puesta en valor. Su valor no es sólo arquitectónico sino también cultural, ya que supo ser parte del circuito tanguero de Buenos Aires de fines del siglo XIX y el único que se mantiene en pie. El chalet volverá a estar abierto al público para que los vecinos puedan visitarlo y disfrutar de su entorno”, expresó Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana.
FUENTE: Silvia Gómez – www.clarin.com