Es una decisión que puertas adentro hace tiempo estaba tomada, aunque recién por estos días se oficializará en voz del Ministerio de Transporte de la Nación: la licitación para operar la terminal de ómnibus de Retiro fue anulada, y el proceso para seleccionar al próximo concesionario deberá comenzar de cero. Sin demasiadas precisiones hasta el momento, una de las pocas certezas apunta a la fecha límite que el gobierno se impone para finalizar el proceso y contar con un nuevo operador, siendo abril de 2019 el objetivo a cumplir.
Es entonces cuando vence la tercera prórroga obtenida por la empresa Terminal de Buenos Aires (TEBA), a cargo del espacio desde 1993 y propiedad del imputado empresario Néstor Otero. La Justicia lo señaló como benefactor del ex ministro de Transporte de Nación, Ricardo Jaime, ya que Otero ofreció importantes dádivas a quien hoy cumple una condena a 8 años de prisión por la Tragedia de Once, a cambio de mantener el dominio de Retiro.
En efecto, el hecho de que la firma Terminales Terrestres (TTA), directamente relacionada con Otero, haya presentado la mejor oferta para mantener la concesión, sería el principal motivo por el que el área dirigida por Guillermo Dietrich decidió barajar las cartas y dar de nuevo. Dejar Retiro en manos de quien por décadas la sumió en el abandono, no cumplió con los controles, el mantenimiento y la readecuación del lugar, y que fue condenado por el pago de coimas, es un costo político que el gobierno no está dispuesto a afrontar.
Sin embargo, en el detrás de escena de las negociaciones vía pliegos, oferentes y conversaciones informales se menciona un motivo todavía más complejo por el que, a pesar de las múltiples irregularidades del operador actual, las autoridades no terminan de extirpar su relación con Otero, que desde 2015 sigue manejando la estación terrestre con una concesión vencida y tres prórrogas.
Así, el proyecto de TTA que incluía una nueva imagen exterior y la reforma de la totalidad del interior, con la actual disposición de partidas y arribos en un mismo nivel separada en dos pisos, una gran Plaza Pública con acceso para taxis, autos particulares, colectivos, subte y el ferrocarril, y la construcción de un hotel de 100 habitaciones y un centro de convenciones quedó fuera de carrera, al igual que las propuestas de Indhal S.R.L, Terminal Pacheco S.A.-Teximco S.A. y TH Services-Cusmely S.A. Al menos hasta que se formalice un nuevo llamado a licitación, y se cristalicen las “exigencias” de Transporte en cuanto al nuevo diseño y operatividad de Retiro.
Por la terminal circulan cerca de 50 mil personas por día, de las cuales cerca de la mitad lo hacen con fines de abordar o arribar en alguno de los más de 1000 servicios diarios. Por cada micro que ingresa a las dársenas, el concesionario cobra $48, a lo que se suman las millonarias ganancias que ofrecen los locales comerciales ubicados en el interior de Retiro, y de los cuales muchos pertenecen a firmas relacionadas con Otero. El resto, al firmar el contrato de locación debe comprometerse a abastecer sus góndolas en un mercado mayorista que mantiene vínculos con el titular de TEBA.
En paralelo, y como un reflejo de la desidia con que se manejan los recursos físicos, logísticos y económicos tanto privados como del propio Estado, se alza la sombra de la terminal Dellepiane, inaugurada hace 18 meses pero casi sin actividad. Con una inversión de 30 millones de dólares, dos años de obra y 48 dársenas habilitadas para el arribo y partida de micros de larga distancia, el flamante edificio ubicado entre las autopistas Dellepiane y Perito Moreno, en Villa Soldati, apenas recibe el 1{85a194220a6f266c1dcbe2543ff9c92416dafb994710ce8988807bdc6e23f4c8} de los servicios que pasan por la Ciudad.
El porcentaje fue dispuesto por la CNRT y representa algo así como 10 ómnibus por día en temporada baja, cuando a Retiro llegan 1.000. Propiedad de TTA, una de las oferentes por Retiro y con participación en la nueva estación de trenes de Once y en la terminal de micros de Villa Gesell, sus propietarios afirman que este cifra los condena al cierre.
“No podemos entender que nos destinen un porcentaje tan bajo cuando la idea inicial era que Dellepiane descomprimiera Retiro. Y actualmente con la obra del Paseo del Bajo la zona tiene un colapso adicional. Hay micros que demoran una hora extra en ingresar a las dársenas por los problemas de tráfico en la hora pico”, sostiene el presidente de la firma, Martín Améndola.
Pero son precisamente las empresas de larga distancia las que se niegan a derivar servicios al sur porteño. “A Dellepiane no llegan el tren ni el subte, no hay demanda, no hay pasajeros, es difícil de acceder y además nos costaría mucho dinero, por el pago de los peajes de la autopista 25 de Mayo. También se duplicarían los costos por alquiler de boleterías y el uso de las dársenas porque ya estamos en Retiro. No es viable para nosotros y además nunca fuimos consultados”, exponen desde una de las cámaras que agrupa al sector.
Luminosa, reluciente, con 400 plazas de estacionamiento, locales comerciales y paradas de colectivos habilitadas en sus accesos, la nueva terminal es todo lo opuesto a Retiro tanto desde su imagen y funcionalidad, como desde su incierto futuro.
FUENTE: clarin.com