Aún no se confirmaron las empresas que participarán en esta segunda experiencia. En la Secretaría están hablando con representantes de Grin, Movo y Lime -que ya habían estado en Buenos Aires- y con otras compañías internacionales, aunque todavía no hay fechas ni pactos cerrados.
En cambio, sí se sabe que habrá dos metodologías. Una como la prueba anterior, sin estaciones. La nueva será con estaciones a la manera de los puestos de Ecobici, para bajar las chances de que los monopatines queden tirados en la vía pública, como sucedía en Buenos Aires y se observa en otras ciudades del mundo.
a los fabricantes a elaborar modelos más pesados, en el afán de dificultar de algún modo ese tipo de acciones o los robos de unidades. En Buenos Aires, la ley ordena dejarlos sobre la vereda, junto al cordón. Pero pocos cumplían.
Esta vez la experiencia sería por dos años, con opción a prorrogarla por uno más. El uso de estaciones ahorrará costos de logística: los usuarios dejarían los monopatines en lugares específicos y la camioneta que los levanta no debería salir a buscar cada unidad por la calle.
Los costos logísticos también disminuyen porque la tecnología migró a baterías reemplazables.
La prueba piloto, tres años atrás
Los monopatines compartidos hicieron su primer desembarco en Buenos Aires en 2019, tras la aprobación en la Legislatura de un proyecto de la Secretaría de Transporte de la Ciudad para incluir dispositivos de movilidad personal en el Código de Tránsito porteño.
En aquel momento se impulsó una Prueba Piloto de Monopatines Eléctricos de Uso Compartido “con el principal objetivo de entender estos nuevos usos del transporte junto con sus implicancias para la Ciudad y los vecinos”, según explicaron en Transporte.
A diferencia de Ecobici, el sistema de monopatín compartido fue un servicio prestado por empresas privadas que el Gobierno porteño solo reguló y controló. En la Ciudad llegó a haber hasta 2.700 monopatines en alquiler y 300.000 usuarios registrados.
El experimento iba a durar un año con opción de extensión por uno más. Pero el mal uso, las trabas en el mercado cambiario y las dificultades para conseguir repuestos importados fueron algunos de los factores que jugaron en contra. Y con la pandemia, la prueba no se renovó y estos vehículos desaparecieron de las calles porteñas mientras la gente se aislaba por el coronavirus.
La primera empresa en irse fue Lime, que en enero de 2020 dejó de operar en 12 ciudades de todo el mundo, entre ellas Buenos Aires. Glovo y Movo se fueron en mayo de ese año, y Grin seis meses después. Esta última había sido la primera en llegar y hoy sigue vendiendo sus unidades en su sitio Web a $ 69.000 cada una, con retiro por su depósito de Villa Urquiza.
En la despedida prematura influyó además el costo de alquiler, considerado alto para potenciales usuarios que desconocían las bondades del sistema, y la inflación imperante, que les restaba rentabilidad a las empresas.
La paradoja fue que, en pandemia, la micromovilidad ganó adeptos. De hecho, en los últimos dos años aumentó la cantidad de gente que empezó a comprar el suyo para hacer trayectos cortos. En Mercado Libre hay monopatines eléctricos nuevos desde $ 31.000, pero la mayoría oscila entre los $ 80.000 y $ 120.000, y hay modelos de hasta $ 377.000.
Las reglas de tránsito para monopatines
En mayo de 2019, la Legislatura porteña aprobó una ley que regula el uso de monopatines en la Ciudad. Establece que estos vehículos solo pueden circular por bicisendas y ciclovías. O, si no las hay, por el lado derecho de la calzada. La velocidad límite es de 25 kilómetros por hora y los usuarios deben ser mayores de 16 años y usar casco.
En octubre de 2020, tras el caso de un hombre que conducía un monopatín a 100 kilómetros por hora en la Panamericana, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) dictó una disposición de alcance federal, según la cual estos vehículos pueden circular únicamente por las ciudades (calles y avenidas), a 30 kilómetros por hora como máximo. Además, sus usuarios siempre deben llevar puesto un casco.
FUENTE: Karina Niebla – www.clarin.com