El auge de las redes sociales, los smartphones, la interconectividad como ejes de un mundo con preeminencia en la tecnología impacta primero, y hace mutar después, en las relaciones sociales e interpersonales. Cada vez más se advierte un fenómeno urbano que se puede describir como una “vida colaborativa”. Allí dónde todos tienen un rol interactivo con los otros, y terminan de crear y moldear los resultados en grupo. Y esta situación tiene un correlato en lo espacial también.
Hoy, esta nueva forma de convivencia es un agente de cambio para gobiernos, ciudadanos y empresas por igual. Bajo la idea de “compartir”, más y más personas han comenzado a encontrar otras maneras de conectarse con los demás. En especial las nuevas generaciones-millennials, centennials y otros- reconocen el provecho de potenciar sus habilidades interactuando en espacios colectivos. Se crean “ecosistemas humanos”, tribus urbanas : verdaderos enjambres colaborativos de personas.
El fenómeno crece a un ritmo acelerado, y aunque los términos son relativamente nuevos ya se advierten oficinas, lugares públicos y privados, y hasta edificios con las características de espacios de coworking, coliving y cohousing.
Del coworking al coliving
Uno de los fenómenos urbanos de vida colaborativa más claros es el coworking. Irrumpió recientemente para modificar la forma de concebir el trabajo y el espacio laboral. Más flexibilidad, más creatividad, más interacción inspiracional para provecho del grupo y de cada uno.
La evolución y adaptación social que vivimos también da lugar a concebir la vida en comunidad. Además del trabajo en espacios inspiradores, surge ahora la alternativa del coliving, donde las personas eligen vivir en comunidades, a partir de edificaciones desarrolladas para vivir en un solo sitio común y con todas las comodidades.
La pregunta que sobrevuela al describir estos fenómenos socioculturales urbanos – y que tal vez aún no tiene respuesta- es: ¿Se trata de un agrupamiento de personas afines, que solo los reúne intereses comunes; o por el contrario, el poder aglutinador es la diversidad, el sentir y mirar distinto?
La generación millennial, en su mayoría, ha dado otro paso y comienza a transformar la manera de convivir en un mismo edificio con un grupo de personas con las que deciden compartir espacios, ya no sólo las amenities del edificio. Se trata de sociabilizar en áreas comunes de un hogar: cocina, living, salas, lavadero; todo estará diseñado para encontrarse.
Cristina Crespo, directora de diseño y creatividad para Latinoamérica de WeWork, explicó en diálogo con Infobae cómo la propuesta de coworking de la compañía ahora se enfoca en desarrollar proyectos de coliving que ya funcionan en Estados Unidos.
“Nuestros proyectos de coliving son conceptos similares al de WeWork pero residencial”, comienza Crespo. “Se trata de crear una comunidad y espacio donde las personas convergen en un formato de residencia, a partir de departamentos regulares que tienen sus amenities, con espacios individuales módicos que inviten a los huéspedes a compartir las áreas comunales”.
El concepto encierra innumerables detalles de diseño, pero también una propuesta para impulsar actividades e incentivar a que la gente abandone sus departamentos individuales. Desde salas con enormes pantallas para socializar y lavaderos que sirven como bares, espacios para eventos hasta cocinas comunales, terrazas y jacuzzis, el concepto desafía la vida en departamentos tradicionales a través de espacios físicos que fomentan relaciones.
Del coliving al cohousing
Las sociedades longevas que se vienen será otro de los fenómenos que desafían el nuevo presente. La alternativa a las residencias de adultos mayores impulsó la existencia del cohousing, que al igual que el coliving, fomenta el desarrollo de viviendas colaborativas y autogestionadas pero, en este caso, diseñadas específicamente para la tercera edad.
El cohousing, además de facilitar el acceso a comodidades compartidas, es un sistema que permite desarrollar la madurez lejos de la soledad y fomenta la vida en comunidad la cual mejora el bienestar y la salud.
Según aseguró a Infobae Leo Piccioli, especialista en management disruptivo, “en el futuro convivirán los espacios colaborativos, con los espacios privados. Incluso en estos nuevos modelos se mantiene cierta individualidad”.
Para el experto, los espacios donde se coexiste fomentan la colaboración, la integración. “Permiten nutrirse con otras personas, incluso evitando la dispersión, que pueda creerse que es propia de estos lugares. Y aparte conocer gente, aprender de ellos y enseñar a otros”, agregó.
Fenómenos como el coworking, coliving o cohousing parten de modelos actuales que se reinventan, como el taxi on demand -aplicaciones como Uber o Cabify- o la renta de departamentos a través de la plataforma Airbnb, a medida.
Piccioli explicó esta realidad sobre la base que actualmente “compramos o usamos sólo lo que necesitamos, teniendo todo por un fee mensual y despreocupándonos del resto. Al mismo tiempo, desde el punto de vista económico se busca en todos estos nuevos formatos amortizar los activos físicos, sin dejar espacios libres de uso”.
Finalmente, e intentando poner luz sobre el futuro que se avecina concluyó: “Iremos hacia modelos donde se impondrá la suscripción, el ‘all you can eat’ -una especie de tarifa plana para muchas cosas, donde solo usemos lo que necesitamos”.
FUENTE: infobae.com