El Distrito Tecnológico, con 328 hectáreas que constituyen sus límites, se ubica en una zona estratégica del Sur de la ciudad: cuenta con una línea de Subte(H), la más moderna, Metrobus y acceso directo desde la autopista 25 de Mayo, conectándola con el Puerto de Buenos Aires y el Aeropuerto de Ezeiza. El parque homónimo organiza el pulmón de la zona, y la Ley 2972 de diciembre de 2008 extendió hasta el 31/1/2035, las actividades de tecnología de la información y de las comunicaciones, con exenciones del impuesto a los Ingresos Brutos, Sellos, Inmobiliario y tasa de alumbrado, entre otros, para las actividades estipuladas e inmuebles destinados a esas actividades.
Sin embargo, los desarrolladores que apostaron al barrio, en momentos de un abandono visible, y generaron oportunidades para la instalación de empresas- actualmente hay más de 300 en actividad- sienten que no se completó el programa y que, al igual que en el microcentro cuya situación también se expuso públicamente, le falta la articulación con una política de vivienda para continuar con un desarrollo virtuoso.
El ingeniero Flavio Galli, titular del Grupo Tueroc, con nueve edificios desarrollados en el sitio, dijo a Áreas Globales que “el proyecto urbanístico prácticamente está perdiendo vigencia. Los desarrolladores apostamos a la zona y la impulsamos todos estos años, pero el gobierno que instaló la Casa de Gobierno y llevó la línea H de subterráneos al principio del plan, se quedó: posteriormente no llegaron las bicisendas, ni equipamiento urbano, mayor inversión en seguridad, ni otras intervenciones que faciliten la vida de los vecinos”.
Si bien se trabajó muy bien con el área de Desarrollo Económico del Gobierno de la ciudad para extender los beneficios impositivos hasta 2035, incluso para obtener que un 25% de la inversión de las empresas sea reconocido a aquellas TICs que se ajusten a la norma, falta incentivar la demanda y generar créditos destinados a vivienda, contando con trabajadores que tienen remuneraciones muy por encima de las vigentes en otros sectores, se explica..
“Es el lugar ideal para las intervenciones urbanísticas como el tratamiento de esquinas, emparejamiento de calzadas, devolver la calle a la gente, retirando los vehículos y aportando mobiliario urbano para confort del residente, como se hizo en otros barrios. Faltaría acompañar el desarrollo del barrio que ya se produjo; generar vivienda, para impulsar el comercio minorista y nueva actividad comercial”.
El arquitecto Alejandro Gawianski, presidente de Hit Group, con cinco edificios en Parque Patricios, también se lamenta: “Es una pena, el Distrito Tecnológico se creó durante la primera gobernación de Mauricio Macri, emulando al proyecto de 22@Barcelona, y tuvo mucho impulso inicialmente con la extensión de la línea H de subterráneos, la instalación de la sede del Gobierno además de la promoción de una Ley de Incentivos económicos para las tecnológicas que se radicaran en la zona. Como desarrolladores acompañamos fuertemente la iniciativa, para tratar de sacar al barrio de su letargo, y se instalaron 352 empresas, donde hoy van 20.000 jóvenes profesionales a trabajar y la verdad es que tenemos proyectos y ganas de seguir adelante”. Sin embargo, en la opinión de los constructores, durante la gestión posterior, pareciera que no sintieron propio ese proyecto, y pusieron la energía en otras áreas de la ciudad. “De hecho, no colaboraron en aprobar nuevas empresas interesadas en radicarse en la zona por razones impositivas, y además quedaron varios proyectos truncos. En nuestro caso, tenemos un megaproyecto – una manzana entera- en Colonia y Uspallata, para hacer un ecosistema innovador, de 100.000 m2 y no recibimos ningún apoyo del Gobierno; por el contrario fueron todas trabas. Incluso, terminamos un edificio de 25.000 m2 y logramos que Google lo alquile y se traslade, pero sin beneficios impositivos”, indica Gawianski.
Evolución del barrio
De un sector relegado, con galpones en desuso e inmuebles deteriorados, Parque Patricios creció a partir de sentarse con los dueños de la tierra y establecer alianzas. Los primeros edificios se empiezan a gestar en la cercanía de Jujuy y Caseros y de hecho en el 2012, – precisa Galli- nuestro primer edificio se ejecutó para Despegar, aprovechando la mejor época del turismo. Después seguimos promoviendo obras a tres cuadras a la redonda y de hecho hicimos otro sobre Rondeau, donde se instalaron BDO y Boomerang, dos consultoras. Empezaron a producirse luego nuevas propuestas, sobre La Rioja, la calle más comercial, en el área más antigua. Así se ubicaron Mercado Libre, Megatlon y otras firmas como Osde, Acenture, Rapipago y Pedidos Ya últimamente frente a la avenida Caseros, y el Parque, sobre una superficie de 2.400 m2 de oficinas.
Ahora, “nuestro gran desafío es promover el área desde la avenida Almafuerte hasta Sáenz, que es el límite de Parque Patricios con Boedo”, remarca. En ese contexto, trabajan en Indigo, un edificio de usos mixtos sobre la avenida Almafuerte, donde habrá 80 departamentos, 110 cocheras con entrega en setiembre próximo, 1400 m2 de gimnasio disponible hacia octubre o noviembre y 3000 m2 de oficinas con finalización prevista para enero del 2024.
“Parque Patricios tiene todas las condiciones para convertirse en un barrio de cercanía”, se entusiasma Galli. Y dice que en Suecia hoy ya se habla de la ciudad del minuto porque las intervenciones ocurren en una cuadra para promover cambios en el barrio, proveyendo bancos o bicicleteros, juegos para los niños, todo lo que agregue confort al vecino.
La consulta a la secretaría de Desarrollo Urbano de la Buenos Aires no arrojó iniciativas en estudio para con el distrito, pero empresas, desarrolladores e inversores entienden que Parque Patricios tiene una deuda pendiente en este sentido.
FUENTE: areasglobales.com.ar