Es un hecho. La Plata se convertirá en la primera localidad del país en contar con un “Plan de Reducción del Riesgo por Inundaciones” (RRI), realizado por especialistas de la UNLP y la Municipalidad. El programa será presentado el próximo martes a las 13 en el COEM y, como ya detalló 0221.com.ar, establecerá los pasos a seguir en cada barrio y cuenca de la ciudad para minimizar el impacto en caso de un evento hidrometeorológico extremo como el del 2 de abril de 2013.
Durante más de nueve meses se trabajó en la definición del riesgo, la metodología, se recopilaron todos los aportes de distintas investigaciones y también en la elaboración de un manual. “Más que nada lo que hemos hecho fue pensar en las zonas vulnerables que tiene el territorio, cuáles son las amenazas que puedan tener en el futuro. Combinando las dos llegamos al riesgo. Ahora, las políticas hay que consensuarla”, dijo a este portal el ingeniero hidráulico Pablo Romanazzi, quien coordinó el proyecto.
En el estudio se confirmó que la ciudad y su región de influencia siempre fueron vulnerables a las inundaciones provocadas por tormentas severas y que esa vulnerabilidad prácticamente existió desde la fecha de su concepción y fundación. Es por eso que tuvieron la “oportunidad histórica” de aprovechar el conocimiento de los expertos de la universidad para institucionalizar un plan que permita afrontar en forma organizada esta problemática y reducir a un valor mínimo el riesgo de repetición o de superación del desastre experimentado hace seis años, además de promover estrategias que paulatinamente logren una adaptación de las conductas y del entorno de sus habitantes a condiciones compatibles con una calidad de vida mejor.
“Hay que asignarle recursos, hacer bajadas al territorio. Lo importante es que esto no termine en un cajón. Dejamos un buen punto de partida y lo importante es que se siga trabajando en el tema, pero involucrando a todos”, sostuvo el ingeniero. El trabajo del RRI involucró a 70 personas y a 12 de las facultades de la UNLP, con una inversión de tan solo nueve millones de pesos. “Si esta cifra se repite año a año se pueden hacer maravillas. Mucha gente que puede hacerlo y que tiene las ideas muy claras. Hay mucho hecho como para arrancar con una política de Estado, con una política educativa”, insistió Romanazzi.
Acciones
Para lograr esos propósitos –que tiene los aportes fundamentales de los proyectos de investigación orientados (PIOs), auspiciados por la UNLP y el CONICET-, los especialistas plantearon nueve actividades específicas y centrales para la puesta en marcha del programa como la actualización de los mapas temáticos de la región con un software de código abierto; la elaboración de mapas de vulnerabilidad física, social, económica y ambiental del partido, además de ver su interacción con los municipios limítrofes.
También incluyó el análisis de la situación actual y futura ante la ocurrencia de inundaciones, como así también del riesgo para distintos escenarios hidrometeorológicos y la superposición con otras amenazas; la implementación del software “FLO2D” para la simulación y armado de mapas animados de riesgo de inundación en todas las cuencas del partido; la medición y comparación de la eficiencia de los desagües actuales y futuros, para mejorar el sistema de evacuación.
Otro de los puntos fue el desarrollo de protocolos de prevención, emergencia y reconstrucción y la inclusión de las estrategias de mitigación y adaptación; la elaboración de manuales para talleres de participación ciudadana, además de la capacitación e incorporación de contenidos en las currículas de todos los niveles educativos; la institucionalización del plan a través de ordenanzas, decretos y resoluciones; y la redacción de avances e informe final en documentos técnicos específicos.
Mapeo
El avance en la definición del riesgo en toda la región se hizo con mapas de peligrosidad y vulnerabilidad que detallan la situación de cada localidad. El trabajo es inédito: se hizo cuadra por cuadra en todo el territorio. Ya en la tercera entrega del plan sobresaltaban los datos estadísticos sobre los niveles de peligrosidad y riesgo en cada uno de los 350 barrios identificados en el partido de La Plata. “La mayoría de los barrios (115 unidades) tienen entre el 10 y el 20 por ciento de su superficie afectada por niveles altos y medios de peligrosidad por inundaciones”, remarcaban.
Y detallaron: “Si la línea de corte se establece en el 50 por ciento de la superficie afectada, entonces 27 barrios se encuentran en una situación difícil de alta peligrosidad (dependiendo por supuesto de la densidad poblacional, su exposición y la superficie total del barrio)”. Con respecto a estas zonas, ocho de ellas se encuentran bajo el radar del centro comunal de Villa Elvira, tres en Ringuelet, dos en Etcheverry, dos en Villa Elisa, dos en City Bell, dos en Tolosa, dos en Arana, dos en Gorina, uno en Los Hornos, uno en Altos de San Lorenzo, uno en Arturo Seguí y uno en Melchor Romero.
En concreto, para el mapa sobre riesgo hídrico se hizo tanto en la parte urbana como en la rural. Según se desprende del análisis de la imagen, el nivel de peligro es muy alto en inmediaciones de Plaza Malvinas, La Loma, Barrio Norte, Parque Castelli, Parque Alberti, City Bell, Ringuelet, Altos de San Lorenzo, Los Hornos, Villa Elvira, Arana. Romanazzi ya había adelantado a este medio que una de las cuencas más complicadas sería la del Arroyo El Pescado, lo que afectaría principalmente las inmediaciones de Parque Sicardi y Arana.
A las puertas del censo nacional del próximo año, hicieron énfasis en el crecimiento poblacional. Basándose en estudios anteriores, encuestas de hogares, entre otros documentos, se hizo una proyección de la cantidad de habitantes en La Plata para 2049: pasará de 700 mil a 900 mil personas.
“Se hicieron las proyecciones de la tierra vacante y de la tierra urbanizada y llegaron a definir un conglomerado de acá a 30 años. La verdad que asusta un poco ver cómo va a crecer toda La Plata si seguimos con las tendencias de crecimiento actuales. La estimación es que va a haber 200 mil personas más. La ciudad va a ocupar mucho más de los espacios verdes que tenemos hoy. Lo ideal sería poder hacer un uso inteligente del territorio. No detener el crecimiento de la urbanización, pero sí de una forma un poco más inteligente”, dijo Romanazzi.
A su vez, destacó que a todo este conglomerado urbano lo rodea también el cordón frutihortícola: “Está mutando y cambiando, es impresionante. Se está desplazando hacia el este y sur”. En ese marco, señaló que el próximo gobierno municipal deberá revisar “profundamente” la ordenanza de ordenamiento territorial.
“Qué hacer”
El programa tiene logo y nombre: “Qué hacer”. Simple y concreto. A su vez, se hizo un relevamiento de distintas campañas internacionales en lo que respecta a la difusión de sus respectivos planes de contingencia, a partir de las cuales se tomaron como sugerencia la creación de un sitio web específico.
La página tiene tres niveles básicos de perfiles, uno con información coyuntural y de emergencias, donde se puede constatar el estado de situación del agua en cada sector; otro con tips simples sobre cómo actuar ante una inundación, de acuerdo a normas aceptadas; y un segmento dedicado a las producciones de los Proyectos de Investigación Orientados (PIOs) u otro material relevante.
El equipo de profesionales trabajó detalladamente el mensaje a comunicar, sea desde la web, la cartelería, los folletos, videos explicativos y su articulación y difusión en los medios de prensa. Todo con indicaciones barrio por barrio, según el tipo de nivel de peligro. De manera clara, se muestran los pasos a seguir en el caso de que se viva o esté circunstancialmente en determinado lugar. La Plata es muy visitada: es sede administrativa, universitaria, centro médico de referencia, con eventos recreativos, como recitales y partidos de fútbol.
Cuentan cómo son las tormentas que inundan la ciudad, cómo es vivir con ese riesgo, la toma de conciencia de la vulnerabilidad, la prevención, respuesta y reconstrucción ante estos eventos, además de un fuerte compromiso social. Todo con lenguaje sencillo y asociado a imágenes locales.
Institucionalización
“Lo mejor es que este plan se transforme en un programa, en una política permanente de Estado”, insiste Romanazzi, que también remarcó la importancia de los manuales que se realizaron y que están por salir de la imprenta. “El manual está hecho para formar capacitadores y poder expandir el tema. En el caso de que esto se prolongue como una política de Estado, hay que ver si se puede incluir en la currícula permanente de las escuelas primarias y secundarias a través de talleres. También todo lo que sea bajada de territorio a discutir con los vecinos”, indicó.
Para el ingeniero, llevar adelante el plan puede tardar varios años. “El lema del plan es desde el qué hacer al saber qué hacer. Es todo un proceso que cada uno tendrá que poner en práctica, de tener el protocolo, que le indique mínimamente cuáles son las posibilidades que tiene donde vive. A partir de ahí ir construyendo hábitos con los vecinos o con aquel que está ocasionalmente, para que sepa cómo manejarse. Es toda una movida que recién empieza”, dijo.
Y cerró: “Saber qué hacer no se logró, se va a lograr a partir de las posibilidades que tenga el plan. Este es un proceso, un ida y vuelta, hay que buscar los consensos para que esto ocurra. Del ejercicio también, porque cuando se tengan dos o tres tormentas encima y todo el mundo disfrute de esa información, seguramente se van a tomar decisiones mucho más coherentes”.
FUENTE: Florencia Tróccoli – www.0221.com.ar