Los food trucks son legales desde noviembre de 2016, pero recién un año después se reglamentó la ley que los habilita. Y será a mediados de febrero cuando finalmente se asienten en tres puntos de la Ciudad: Plaza Naciones Unidas, el Parque de los Patricios y la Plaza Irlanda. Más adelante se sumarán otros cinco lugares.
La semana pasada se lanzó la convocatoria para que los dueños de food trucks trabajen en estos puntos. Cuando haya unos 50 inscriptos, por sorteo de Lotería de la Ciudad se seleccionarán nueve camiones, tres para cada lugar.
En una segunda etapa se prevé instalar food trucks en otros cinco puntos de la Ciudad: Parque Chacabuco, Parque Avellaneda, Parque Sarmiento (Saavedra), Plaza Mafalda (Colegiales) y Parque Los Andes (Chacarita).
Todos los que estén en alguno de los ocho puntos estratégicos deben contar con motor, ya que tienen que cumplir horario y luego retirarse, para volver al día siguiente. Con todo, siempre estarán en la misma posición: si comenzaron a funcionar en Parque Patricios, por ejemplo, no podrán mudarse luego a otro lugar.
La idea, cuentan desde el Gobierno porteño, es que haya un punto de food trucks en cada una de las 15 Comunas porteñas, y que en cada lugar haya bebidas (siempre sin alcohol), plato principal y postre. Además, deben contar con un menú saludable y otro para celíacos.
“Queremos que haya diversidad, que no haya propuestas gastronómicas similares en una misma estación, como por ejemplo,dos hamburgueserías juntas”, explica Martín Villar Sánchez, director general de Desarrollo Gastronómico del Gobierno porteño.
A su vez, en estos puntos estratégicos los food trucks deben estar instalados sobre el asfalto (en el espacio de estacionamiento) y no sobre el césped, y siempre a 200 metros o más de un local gastronómico tradicional. Como establece la ley que los regula, la 5.707, no pueden tener mesas ni sillas: es una propuesta de comida al paso.
Desde la Asociación Argentina de Gastronomía Móvil (ASARGAM) se muestran optimistas. “Tenemos las mejores expectativas porque esta es una forma de acercar la gastronomía de calidad a lugares donde no había y de que más gente acepte los food trucks. Después veremos cómo se da en la realidad, pero es un buen comienzo”, destaca Oscar Cortijo, vicepresidente de la entidad.
Para que el food truck pueda funcionar, independientemente de que lo haga en alguno de estos ocho puntos o en un evento, debe contar con una habilitación sanitaria. Esta se tramita ante la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria de la Agencia Gubernamental de Control (AGC). Para esto, el vehículo debe ser inscripto de forma online en el Registro de Unidades de Transporte Alimenticio. Allí, hay que crear un usuario y aportar la información requerida.
Cada food truck debe tener cédula verde a nombre del titular declarado, VTV vigente y seguro. A su vez, hay que estar inscripto en el Registro de Generadores, Operadores y Transportistas de Aceites Vegetales Usados, se usen o no aceites.
Una vez aprobada la solicitud, la AGC inspecciona las instalaciones para verificar que todo esté en regla. De ser así, entrega una oblea con un código QR habilitante. El permiso tiene vigencia por un año. Para renovarlo hay que volver a inscribirse y ser evaluado nuevamente.
A su vez, una vez habilitado, para estar en la vía pública el food truck debe contar con un permiso otorgado por la Dirección General de Ordenamiento y Espacio Público del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño. También tiene que pagar un canon anual de $ 21.600.
La Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) inicialmente se opuso a la iniciativa porque temía que los food trucks fueran una competencia desleal. Pero luego tuvo participación durante la creación de la ley y hoy ve con buenos ojos la instalación de estos puntos en parques porteños. Con todo, promete seguir de cerca el proceso para verificar que todo sea legal.
“Vamos a estar atentos a que los food trucks se atengan a la ley, porque si no estaríamos fomentando la competencia desleal. Si cumplen con todo, no hay nada que tengamos para objetar. Ojalá resulten exitosos”, sostuvo Verónica Sánchez, presidenta de la asociación.
Los empresarios gastronómicos ya tuvieron un antecedente conflictivo: el año pasado, la Autoridad del Puerto de Buenos Aires habilitó el “Patio del Puerto”, en Dársena Norte, donde funcionan food trucks. Como es zona portuaria, no están regidos por la ley porteña. Estos disparó quejas de los restaurantes de Puerto Madero, por la competencia desleal.
FUENTE: clarin.com