La arquitectura de la ciudad de Buenos Aires es apasionante para propios y extraños. Con solo levantar la cabeza, se pueden descubrir cúpulas deslumbrantes, esculturas conmovedoras y diseños arquitectónicos que no tienen nada que envidiarle a París o a Madrid. El comunicólogo Pablo Gabriel Fernández, docente en la Universidad de Buenos Aires, dedicó las jornadas de la pandemia a caminar y fotografiar las huellas de un patrimonio urbanístico glorioso.
Aunque las caminatas y las fotos ya formaban parte de su rutina, en aquellos meses de encierro, comenzó a compartir esas fotografías en su perfil de Instagram (@pablofe70): edificios históricos, esculturas, fachadas de casas de casi todos los barrios porteños.
En ocasiones, sumaba alguna anécdota o una descripción. En poco tiempo, había superado los 60 mil seguidores que le piden más información o que lo invitan a mirar las calles en las que viven. En diálogo con Ñ, este flâneur moderno y viral comparte detalles de su registro.
–¿Cómo llegaron los edificios y monumentos a tu instagram?
–Cuando abrí mi cuenta allá por 2013, publicaba, como muchos, todo tipo de fotos personales, pero en un momento, quise imprimirle una identidad específica y ahí apareció mi interés por la la arquitectura porteña y su formidable diversidad de estilos para explorar. Así, lo que comenzó como un hobby, con el tiempo se transformó en una práctica sistemática: registrar con mi teléfono celular todas las fachadas que veía al caminar por la ciudad y que me gustaban u otras que descubría leyendo algún portal de noticias, sitios especializados y, en los últimos tiempos, por sugerencia de los seguidores. La tarea se intensificó a partir de 2020, durante la pandemia de coronavirus, donde aproveché al máximo las caminatas diarias que la cuarentena permitía para escapar del encierro, y fotografié todo lo que pude el barrio donde vivía (Almagro) y otros más o menos cercanos (Balvanera, Caballito, San Cristóbal, Recoleta, Palermo). Y en cada posteo menciono siempre la dirección exacta de la propiedad fotografiada para que, si tenés ganas de verla con tus propios ojos o hacer tu propia foto de primera mano, sepas dónde ir a buscarla. Me propuse publicar una imagen por día y así continúo hasta el día de hoy.
–¿Vas siempre mirando para arriba por la ciudad?
–Continuamente. Es parte de mi rutina cotidiana. Me gusta descubrir una fachada que no había visto antes y encontrar después una historia detrás de ella. Porque aunque una buena imagen valga más que mil palabras, descubrí que quienes te siguen también valoran la historia que puedas contar. Por eso, resulta tan valioso indagar sobre el año en que se construyó la propiedad, quién fue el arquitecto responsable, de qué estilo es y cualquier otro elemento relevante al respecto. Y así también es como descubro y conozco mejor los barrios de nuestra Buenos Aires desde otra perspectiva.
–¿Cómo conseguís la información de los edificios y de los arquitectos que los proyectaron?
–Tomo como referencia otras publicaciones sobre patrimonio que son referencia y que están disponibles online. Muchas de ellas, muy bien documentadas, son gestionadas por personas aficionadas a la arquitectura porteña como yo. Hay algunos trabajos que son realmente encomiables, como los de Alejandro Machado (@cronistadetuciudad en IG) y Gastón Hamra (@arquitecturabuenosaires), que recorrieron prácticamente toda la ciudad y documentaron miles de fachadas con las respectivas firmas de sus autores. También consulto libros. La búsqueda de información y de fuentes fidedignas donde obtenerla no siempre constituye una tarea sencilla, pero me obsesiona tanto como capturar la fachada tal y como lo imaginé.
–¿Qué barrios te parecen más interesantes en la ciudad?
–Creo que habitualmente el Obelisco, Caminito, San Telmo, Puerto Madero, Palermo y algunos lugares del centro porteño se llevan todas las miradas. Pese a los cambios que viene sufriendo la Ciudad de Buenos Aires en estos últimos años, sigue siendo tan rica y heterogénea en materia de arquitectura que en todos los barrios porteños (y cuando menos lo esperás) podés encontrar verdaderas joyas con historias que merecen ser investigadas y contadas. El sur de nuestra ciudad merece idéntica atención, al igual que barrios como Almagro, Balvanera, Flores, Floresta, Liniers, Caballito, Chacarita, Mataderos, Villa del Parque, Villa Devotoy la lista sigue… Mi deseo es que esas joyas sean protegidas, ya que constituyen parte de nuestra identidad y es una verdadera pena encontrarlas muchas veces en mal estado, tapiadas o, directamente, descubrir que fueron demolidas. Creo que como en tantas otras áreas nos falta planificación. Diseñar una verdadera política de preservación de nuestro patrimonio arquitectónico, a través de la cual se pueda discernir claramente qué propiedades deben ser conservadas por el valor histórico que poseen para no perder valiosas edificaciones que, por la falta de cuidado y el inexorable paso del tiempo, terminan tan deterioradas que son tiradas abajo.
–¿Y cómo es la interacción con el público que te sigue?
–Los seguidores merecen un párrafo especial porque, además de brindarme muchas veces información valiosísima sin la cual muchos posteos no hubiesen sido posibles o invitarme a conocer sus casas por dentro, comparten en sus comentarios anécdotas y recuerdos que nutren muchísimo cada posteo. Por otra parte, se crea un vínculo personal muy especial. Confesar allí que sus abuelos o tíos vivieron en la propiedad que yo fotografié y que pasaron tardes jugando en su patio o jardín, recordar al arquitecto de la familia que supo construir esa casa o reconocer que, por no levantar la cabeza y mirar con más atención, no habían registrado esa fachada que está justo a la vuelta de donde viven, son experiencias que socializa y que dotan de una fuerza y vida extras, por decirlo de esa forma, a las fotos que subo y me acercan, aun sin proponérmelo, a quienes me siguen.
FUENTE: Ines Hayes – www.clarin.com