El 46% de las personas que viven en la Ciudad de Buenos Aires separa sus residuos. El resto, la mayoría, no lo hace. Y en ese no hacer, se pierden por día 2.000 toneladas de desechos que podrían reciclarse, pero se tiran como basura. Para incorporar todo ese potencial que se pierde en forma cotidiana y achicar el volumen que se envía al relleno sanitario de la CEAMSE, el Gobierno porteño anunció un reordenamiento del sistema de reciclado.
El esquema tiene tres ejes centrales: una nueva organización de la disposición y recolección de reciclables en la Ciudad, una mayor preponderancia de las cooperativas de recolectores y la instalación de 886 contenedores verdes. El objetivo del Ejecutivo es que para 2023 el 80% de los porteños separe sus residuos en sus hogares, tanto vivan en una casa como en un departamento.
En la actualidad se reciclan unas 380 toneladas de residuos por día. La recolección la hacen 5.112 recuperadores formales, nucleados en 12 cooperativas. El engranaje también incluye contenedores verdes, campanas amarillas flúo, puntos de acopio en plazas y parques y 16 centros de tratamiento de los residuos reciclables. Pero, a 15 años de la sanción de la ley de basura cero, que obliga a quienes residen en la Ciudad a disponer sus residuos en forma separada (reciclables por un lado y basura por otro), más de la mitad de los porteños manifiesta confusión y desinterés sobre qué hacer.
Según estadísticas recolectadas por el Gobierno de la Ciudad, el 41% de los que aún no separan sus residuos no lo hace por falta de hábito o tiempo, el 34% por falta de contenedor, el 13% por falta de tacho en su casa y el 12% porque considera que no vale la pena. Para revertir esa tendencia histórica, hacia mediados del año pasado el Ejecutivo empezó a sumar contenedores en las calles y a medida que se fue flexibilizando la cuarentena concientizadores salieron a capacitar puerta a puerta.
En marzo, el reordenamiento del sistema de reciclado sobrevoló en la presentación de los compromisos de gestión de Horacio Rodríguez Larreta para este año y hasta 2023. El jefe de Gobierno, junto al vicejefe Diego Santilli, indicó que antes de fin de año, todos los porteños tendrán a no más de 150 metros de su casa un contenedor verde donde volcar los residuos reciclables.
Para lograr esa distancia, que equivale a una cuadra y media, se instalarán 659 contenedores verdes y 227 campanas flúo. Hoy en la mayoría de los barrios el acceso a estos recipientes no supera los 150 metros, a excepción de lo que ocurre en las comunas 5 (Boedo y Almagro), 13 (Belgrano, Núñez y Colegiales) y 14 (Palermo).
Otro de los cambios principales para alcanzar una mayor recolección de reciclables está dado por una nueva organización de la disposición y recolección en dos grandes grupos. Por un lado “pequeños generadores” y por otro “macro generadores”. “El primer conjunto está integrado por vecinos de casas bajas, edificios sin encargado, comercios de cercanía e instituciones chicas. El segundo, por edificios con encargado y grandes comercios”, describe la Ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, Clara Muzzio.
Los pequeños generadores representan 278 mil frentes, abarcan al 90% de la disposición territorial de la Ciudad y desechan menos de 20 kilos de residuos secos (reciclables) por día. Mientras que los macro generadores integran un conjunto de 40 mil frentes y exceden los 20 kilos de reciclables diarios.
Como los macro generadores concentran la mayor producción, la recolección de los residuos reciclables será puerta a puerta y estará a cargo de los recuperadores urbanos de las 12 cooperativas que hoy trabajan en la Ciudad. “El gran foco -dice Muzzio- es que las cooperativas se concentren en este segundo grupo porque acá se genera el mayor volumen. Los macro generadores por día desechan 1.001 toneladas que podrían reciclarse”.
En tanto, las personas que residan en casas o en edificios sin encargado, como las instituciones de menor tamaño, deberán autogestionar la disposición de sus residuos reciclables. Primero deberán separar en origen sus desechos para que se puedan recuperar los plásticos, vidrios, cartones y metales. Y después tendrán que llevar lo que sea reciclable al contenedor verde, campana o punto verde más cercano. Y la basura, que no se puede tratar, disponerla en los tradicionales contenedores negros.
“Tanto los reciclables que recogen las cooperativas como lo que se almacena en los contenedores o campanas verdes va a los 16 centros de tratamiento. En la Ciudad hay una gestión diferenciada de los residuos: por un lado la basura y por otro, los materiales reciclables”, agrega Muzzio para explicar que el camino que recorre cada tipo de residuo es distinto y la separación que hacen los vecinos en forma previa tiene un sentido.
Para apoyar este lineamiento nuevo, además se multiplicarán las concientizaciones puerta a puerta y las capacitaciones a administradores y administradoras y encargados y encargadas de edificio. También habrá campañas de comunicación en medios tradicionales y redes sociales. En forma simultánea, el Ejecutivo introducirá en la Legislatura nuevas normativas para modificar la actual ley de basura cero, promover acuerdos para la reducción del uso del plástico en la Ciudad y fomentar el control de la separación en origen.
FUENTE: www.buenosaires.gob.ar