Una serpiente que rodea a un cubo de tierra. Una construcción del videojuego “Minecraft”. Una roca envuelta por una oruga. Una joya a medio descubrir. La Galería en Gwanggyo puede ser todo esto y mucho más, dependiendo del bagaje cultural de quien la observa. Esta es una de las grandes virtudes de la obra de OMA, su capacidad de revelarse en capas, de a poco, brindándole al espectador diferentes puntos de vista.
Inaugurado en marzo de este año en la ciudad de Gwanggyo, a 25 km de Seúl, hacia el Sur, el programa del complejo consiste en un centro comercial con espacios para eventos culturales. En total, 137 mil m2 que se distribuyen en 13 niveles, entre subsuelo, planta baja y pisos superiores; en una urbanización de 11 km2 de la provincia de Gyeonggi que fue fundada en 2004, aunque recién en 2012 se comenzó a levantar su infraestructura. El objetivo de las autoridades coreanas fue crear un nuevo polo económico en esa región, para lo cual se construyeron edificios asignados no solo a la actividad productiva y financiera, sino también bibliotecas, escuelas, paseos y toda clase de servicios destinados a satisfacer las necesidades de más de 30 mil hogares.
El parque del lago Suwon Gwanggyo es el centro vital de la ciudad. Entre este y las enormes torres se ubica la Galería de Gwanggyo que funciona como punto de encuentro entre el entorno urbano y el natural.
Esto explica su apariencia inesperada:un cubo revestido en mosaicos de tonos terrosos cuya circulación se sitúa alrededor del edificio. Este desapego por la forma o deliberada contradicción morfológica es típica de la arquitectura de Koolhaas y tiene, en el caso de la Galería una cualidad distinta al resto de sus obras. Aquí, el recorrido no solo cubre los límites del cubo (como o hace en la Embajada de Países Bajos en Berlín) sino que, por momentos, los excede, al punto de formar una exoestructura de cristal.
Este elemento produce diferentes efectos. Por un lado, el visitante logra recorrer todo el edificio con vistas a las construcciones vecinas, las arboledas y el espejo de agua; los escenarios cambian a su paso.
Por otro lado, la disposición escalonada de la circulación se abre a terrazas para la organización de eventos o simples áreas de descanso.
Por último, este canal vidriado rompe con la geometría estricta del cubo y contrasta en su transparencia con la opacidad del mosaico, que toma sus colores de los tonos del parque cercano.
La oruga de cristal está formada por triángulos de diversos tamaños cuya ubicación irregular que le da el aspecto de un fractal. Por momentos interno, el pasillo se transforma en un colgante en algunos ángulos, aportando un dinamismo sorpresivo al conjunto.
Además, al recorrer todo el edificio desde la planta baja hasta la azotea, conecta a la vía pública con las terraza ajardinadas, simplificando el acceso de los visitantes.
Éste es, por otra parte, un gesto de generosidad: A diferencia de otros centros comerciales en donde el foco está puesto en el consumo de productos, OMA amplía las posibilidades programáticas del edificio con visuales a distintos puntos y áreas culturales, gracias a la disposición del elemento acristalado.
La configuración triangular de los mosaicos y de los vidrios generan una imagen pixelada del volumen, con la cual logra una impronta que está a tono con la cultura productiva del país. A su vez, una serie de aberturas circulares, ubicadas sobre la circulación, en la esquina de la entrada principal, actúa como transición entre la estética maciza del bloque opaco y la liviandad del vidrio.
La Galería representa la arquitectura de OMA de manera acabada. Se trata de un proyecto de morfología contundente que acentúa su estructura a través de líneas verticales en la fachada, en donde -además- se perciben elementos deconstructivistas, como la descomposición del cubo a través de una circulación de carácter y morfología orgánica.
Por otra parte, el proyecto es el resultado del trabajo de investigación de un estudio cuyo fundador siente una gran admiración por la cultura asiática. Koolhaas pasó parte de su infancia en Indonesia y son emblemáticos sus obras en esa parte del mundo (como el edificio de la CCTV en Pekín, China) y su experiencia como periodista lo marcó de manera definitiva para su labor posterior.
En una entrevista a un medio holandés, expresó: “Las demandas son universales. La seguridad, el clima, el dinero (…). Nosotros intentamos ver lo que podemos hacer con estas demandas, para lo que se vuelve muy importante es analizar que puede ofrecer cada contexto en términos de potencial cultural, tradición, experimentación y vitalidad. Dónde está el énfasis en una cultura específica y cuáles son los campos de aplicación que te ofrece”.
Esa capacidad de indagar se alimenta con la búsqueda de un cambio que, según Koolhaas, está en la base de la disciplina arquitectónica. “Es importante recordar que no siempre fui arquitecto. Empecé como periodista y existe un conflicto entre la motivación de un periodista, la cual es entender las cosas, y la de un arquitecto, que es cambiarlas”.
El primer paso para que dio Koolhaas en el diseño de Galería en Gwanggyo fue entender la cultura surcoreana, tanto su tradición como su visión a futuro, y descubrir cómo incorporarla en un hito urbano para una nueva urbanización.
El proyecto fue dirigido por Chris van Duijn, socio de OMA y director de proyectos del estudio en Asia. Sobre el resultado, este arquitecto destaca que “con un circuito público diseñado deliberadamente para ofertas culturales, Galería en Gwanggyo es un lugar donde los visitantes interactúan con la arquitectura y la cultura mientras compran”. Y agrega: “Se van con una experiencia única, mezclada con sorpresas agradables después de cada visita”.
Por su parte, el asociado de OMA, Ravi Kamisetti, asegura que la oruga de cristal “entrelaza a Gwanggyo y la Galería al hacer visibles y tangibles las actividades de compras típicamente ocultas de la ciudad”.
La tienda en Gwanggyo es la sexta sucursal de la marca, la mayor franquicia de tiendas departamentales de lujo de Corea, fundada en los 70. “Galería en Gwanggyo es la tienda más grande que nuestra empresa ha abierto en diez años y desempeñará un papel fundamental como una sucursal central que ofrece una línea premium y las mejores instalaciones y servicios VIP. Además, a través de la colaboración del estudio de renombre mundial, OMA, es una obra bien recibida tanto a nivel nacional como internacional por su arquitectura creativa; distinta del formato típico de los grandes almacenes porque aplica un nuevo paradigma que transmite luz en todo el edificio a través de la circulación pública”, aseguró el presidente y CEO de Hanwha Galleria, Eun Soo Kim.
FUENTE: Inés Alvarez – www.clarin.com