El mercado mostró una fuerte tendencia a la suburbanización a partir del aislamiento requerido por la pandemia. Como consecuencia, aumentó la demanda de lotes en barrios cerrados y los valores; mientras que en la Ciudad los precios de los inmuebles usados evidenciaban una caída.
Sin embargo, las expectativas para 2022 son de recuperación, especialmente si se tiene en cuenta que las restricciones por el Covid son mínimas y no se espera un nuevo cese de actividades.
Cambios en la forma de habitar
“Antes de la pandemia se priorizaba el concepto de cercanía, esto es, vivir y trabajar cerca, pensando en el ahorro de recursos que significa no tener que viajar. Luego, con la llegada del Covid, hubo una tendencia a trasladarse a las afueras de las ciudades, en búsqueda de espacios abiertos y sin hacinamiento”, sintetiza Gabriel Mayo, socio de GyD Developers.
“Hoy, con el regreso parcial o total de la presencialidad, las distancias y los viajes vuelven a ser contraproducentes para la calidad de vida, porque la migración también aumentó la cantidad de vehículos trasladándose y las autopistas quedaron chicas”, sostiene el empresario.
Mayo considera que “la demanda de nuevos y mejores espacios comunes, sectores al aire libre y demás cosas antes eran vistas como un plus y hoy son una necesidad” y que esa es “la gran marca en el armado de los nuevos proyectos que nos va a dejar este período”.
Por su parte, Carlos Spina, gerente comercial de Argencons, afirma: “Ahora se valoran más los metros vivibles. Tanto los espacios dentro de la unidad como los destinados a home office o clases virtuales, como los que se proyecten hacia el afuera (semicubiertos y descubiertos) le dan aire al modo de vivir”.
Y agrega que la idea de los amenities “como forma de lograr todo lo que de otro modo se buscaría afuera (club, gimnasio, pileta) y áreas de socialización (quinchos, coworking, spa) también es valorada”. Spina hace referencia, también, al aumento de las compras online “con lo cual los edificios tienen que estar preparados para la recepción de paquetería”.
“Es fundamental pensar los nuevos emprendimientos en función de los hábitos que surgieron como consecuencia de la pandemia y la cuarentena”, sintetiza Mariano Gubitosi, gerente comercial de Grupo Portland.
Su empresa impulsa Palmera Campus, un barrio cerrado en San Isidro que cumple con las necesidades del mercado actual. “Vemos una tendencia a volver. De alguna manera, la ciudad da revancha en la nueva normalidad. Sin embargo, aún continúa la tendencia de instalarse en zonas suburbanas y la vida en casas o condominios amplios y con expansiones importantes, jardines y terrazas”.
Mayo, promotor de Distrito Colegiales y Moca 2, coincide en las características esenciales que los desarrolladores deben garantizar a la demanda: “Queremos dar la posibilidad de trabajar en casa o trasladarse al trabajo en distancias cortas, creando ambientes ventilados, luminosos y espacios comunes generosos y flexibles, para que cada consorcio pueda destinarlos a los usos que sean necesarios”.
Por último, en cuanto a los valores de las propiedades, el referente de Grupo Portland concluye: “Hay una gran disparidad en los valores por la situación económica que denota inestabilidad y parámetros poco claros, pero pensamos que en pozo los precios arrancan en los 1.700 US$/ m2”.
FUENTE: Inés Alvarez – www.clarin.com