Con la consigna “humedal sí, torres no”, organizaciones sociales y vecinas y vecinos porteños realizaron una bicicleteada y un abrazo a la Reserva Ecológica Costanera Sur en rechazo al barrio de torres de lujo que el Grupo IRSA busca construir en el predio de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors. Luego de que la Legislatura aprobara en primera lectura el convenio entre IRSA y el GCBA, la ciudadanía salió a las calles a defender el espacio verde ubicado frente a la reserva, humedal protegido internacionalmente, y para convocar a una “participación masiva” en la audiencia pública que deberá realizarse antes de la segunda votación del proyecto. Durante el abrazo, las organizaciones también juntaron firmas de apoyo al proyecto de ley que ya presentaron en la Legislatura y que busca crear una extensión de la Reserva Ecológica en ese predio.
Pasadas las 14 horas del domingo, cientos de ciclistas partieron desde la Plaza Congreso en caravana hacia Costanera Sur. En el camino, con paradas en Plaza de Mayo, el Obelisco y el acceso norte a la Reserva, ciudadanos y ciudadanas se sumaron en sus bicicletas al trayecto que finalizó pasadas las 16 en el acceso sur de la Reserva, ubicado a solo unos metros del ingreso a las 71 hectáreas que componen la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors. Al grito de “humedal sí, torres no”, los manifestantes llamaron la atención de quienes pasaban el domingo soleado en las plazas aledañas.
“Mucha gente vino a pasear a la Reserva y no sabe de este proyecto, no sabe que, en el terreno más grande de la Ciudad, Larreta también tiene una propuesta de negocios, que IRSA quiere seguir quedándose con el espacio que tiene que ser público”, decía por los altoparlantes la voz de Alejo Caivano, abogado de la Defensoría de Laburantes, una de las organizaciones que convocó a la manifestación. En efecto, consultados por este diario, muchos de quienes pasaban el domingo allí no conocían el proyecto de IRSA, por lo que se acercaban a los referentes de las organizaciones para buscar información.
Mientras tanto, familias enteras llegaban al lugar para rechazar el mega proyecto inmobiliario: “No podíamos venir en bici con ellos así que decidimos venir directo acá, como ya fuimos también a defender Costa Salguero”, dijo a Página 12, mientras señalaba a sus dos hijos, Verónica Echeverría, vecina de San Telmo que se acercó a la protesta. “Creo que con Costa Salguero aprendimos que el camino es largo y ahora también vamos a tener la instancia de la audiencia pública, que tiene que tener una participación masiva. La gente tiene que saber de qué se trata y también que, como en ese caso, esto se puede frenar”, aseguró. Tadeo, su hijo de 7 años, mostraba un cartel que decía “queremos parques, no torres”.
“El próximo paso es la convocatoria a audiencia pública que tiene que hacer obligatoriamente el Gobierno”, remarcaba en el micrófono Jonatan Baldiviezo, titular del Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), organización que presentó el amparo que derivó en la declaración de inconstitucionalidad de la venta de Costa Salguero. En ese sentido, Baldiviezo agregó que “quisieron construir en Costa Salguero y hasta ahora lo venimos frenando. Como no pudieron avanzar ahí se vinieron más al sur a avanzar con el proyecto Costa Urbana”.
“Es el momento para que nos podamos organizar como ciudadanos, la última sesión demostró que la mayoría de los legisladores no responden a la ciudadanía, son representantes de las corporaciones inmobiliarias”, diagnosticó sobre la sesión del último jueves donde, con el apoyo de sus bloques aliados, Vamos Juntos consiguió aprobar en primera lectura el acuerdo con IRSA.
Los carpinchos también tuvieron lugar en la protesta. Varios de los ciclistas mostraban máscaras del animal protagonista de la semana, que aparecía también dibujado en carteles y hasta en el nombre que las organizaciones le dieron a la protesta: “bicicleteada carpincha”. Es que, más allá de los memes y las ironías, el caso Nordelta dejó al descubierto las consecuencias ecosistémicas del avance inmobiliario sobre los humedales y los manifestantes se encargaron de transformar al carpincho en símbolo de lucha contra ese avance.
“Este absurdo ambiental, urbano y social que nos proponen, con torres de 145 metros de altura, va a destruir uno de los pocos humedales que le queda a la Ciudad”, señaló en ese sentido María Eva Koutsovitis, de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA. Entre los manifestantes, varios mostraban banderas y carteles pidiendo por la Ley de Humedales, en el cierre de una semana que incluyó una masiva movilización al Congreso de la Nación con esa exigencia. Al finalizar su discurso, Koutsovitis reafirmó: “No a la destrucción del humedal, queremos una costanera verde pública”.
Firmas por el parque público
Además del rechazo al proyecto “Costa Urbana” del Grupo IRSA y el Gobierno porteño, durante el abrazo a la Reserva Ecológica Costanera Sur las organizaciones que trabajan en defensa del espacio público juntaron firmas en apoyo al proyecto “Nuestro Río”, que ya presentaron en la Legislatura y que prevé la creación de una extensión de la reserva en el predio de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors.
Mientras los referentes de las organizaciones tomaban la palabra en el acto, entre los manifestantes circulaban planillas de firmas para apoyar el proyecto impulsado por el Observatorio del Derecho a la Ciudad, la Defensoría de Laburantes, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas y la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA.
“Ya tenemos casi 5 mil firmas y el apoyo de 220 espacios. Les pedimos a los legisladores que le den estado parlamentario a la iniciativa, es el proyecto que empuja el conjunto de las asambleas urbanas, ambientales, feministas, sociales y sindicales. Queremos vivir en una Ciudad distinta”, sostuvo Koutsovitis, quien recordó, además, que el proyecto de IRSA no incluye ningún plan de integración con el Barrio Rodrigo Bueno, ubicado frente al predio.
“Quieren destruir uno de los últimos humedales que queda en la Ciudad de Buenos Aires, pero esto recién comienza, tenemos que recuperar la costanera”, señaló por su parte Baldiviezo. El proyecto, que busca que “toda la costanera sea verde y pública”, lleva el nombre de “Reserva Ecológica Costanera Sur II – Nuestro Río” y fue presentado semanas atrás en la Legislatura porteña. La iniciativa prevé que el predio en cuestión sea declarado de “utilidad pública y sujeto a expropiación” con el objetivo de crear allí una nueva extensión de la Reserva Ecológica.
FUENTE: Santiago Brunetto – www.pagina12.com.ar