Cada vez son más los usuarios que se deciden a instalar paneles solares en casas particulares. La tendencia se debe a que, además de las ventajas ambientales, la generación de electricidad a partir de la energía solar es cada vez más conveniente desde diversos puntos de vista. ¿Es factible? ¿Qué ventajas tiene? ¿Cuánto puede costar? ¿Agrega valor a la casa?
El precio promedio de los paneles fotovoltaicos (tal es su nombre técnico) es casi 10 veces menor a lo que era hace 15 años, y todo indica que seguirá bajando. A ello se suma que a partir del 2018, con la entrada en vigor de la Ley Nacional de Energía Distribuida, los usuarios pueden “vender” a las empresas distribuidoras la energía eléctrica que generan a partir de fuentes renovables. Es decir, si un hogar con paneles no hace uso de la energía que genera, puede inyectar el sobrante a la red y la empresa distribuidora (como puede ser Edenor o Edesur, en el caso metropolitano) compra el excedente – a aproximadamente el 70% del valor mayorista- y descuenta ese valor de la tarifa bimensual. A este sistema se lo llama on grid (conectado a la red) y es cada vez más popular debido a que, además de la autonomía energética y el impacto ambiental positivo, hay un ahorro económico considerable. Asimismo, la instalación no conlleva demasiados desafíos, más que conectar el equipo a la red y certificar su calidad ante las compañías eléctricas. “Técnicamente es muy sencillo, es unir los dos cables”, asegura Ricardo Sarti, director comercial de Solarpool (Federico Lacroze 3765, Comuna 13, CABA).
Los incentivos, sin embargo, no son solo económicos. En un país como la Argentina, en el que son frecuentes los cortes de luz (sobre todo en periodos de alto consumo, como es el verano), contar con generación de energía propia para sortear las interrupciones es una ventaja considerable.
Una ventaja que resalta Ariel Mesch, realizador y consultor de proyectos de energías renovables y fundador de Mesch Energías Renovables (Ramsay 1810, Comuna 13, CABA), es la valorización de la casa. Sobre todo cuando la construcción es diseñada desde un principio para alojar la poca infraestructura necesaria. “Estoy hablando mucho con desarrolladores, sobre todo del corredor norte. Hacer casas preparadas para alojar renovables desde su construcción tiene un costo cero e incrementa el valor de la casa. Por ejemplo, si vos vas a poner paneles en una terraza o un techo, pasar ahora una cañería de dos pulgadas desde la terraza al tablero te cuesta nada, y hacerlo después puede ser un lío. Todavía no se tiene en cuenta pero es extremadamente fácil y ventajoso”.
El crecimiento del mercado en energía solar domestica, coinciden proveedores de paneles consultados por LA NACION, es aún más notorio en el Interior. “En una provincia como Córdoba, donde la energía es más cara, podés tener un repago en 6 años, o incluso 4”, dice Paul Howlin, Presidente de Sustentator, que es parte de YPF y una de las empresas líderes en el rubro. “Eso, sumado a la maduración de la red de ventas y al crecimiento de la conciencia sobre los beneficios de las renovables, que se aceleró con la pandemia, ayudan a explicar el crecimiento del mercado”. Además, agrega que “el on grid va tomando vuelo: los créditos fiscales que ofrece AFIP, las provincias que se van adhiriendo a la Ley de Energía Distribuida, las regulaciones que avanzan y mejoran”.
Por otra parte, el cepo y el exceso de pesos son otro factor que convierte la inversión en energía solar doméstica en un atractivo. El costo de la compra e instalación de fotovoltaicos varía considerablemente según los paneles que se elijan, si el sistema es on grid u off grid y, sobre todo, según el nivel de consumo. Pero la estimación es que para casas de consumo bajo se suele instalar entre 3 y 6 paneles demanda una inversión de US$2500. A eso se le agrega el IVA. Los hogares de consumo medio necesitan como mínimo 6 paneles, y suele ser un monto de US$4000 más IVA. Si la casa es de consumo alto, pueden instalarse también 6 paneles o algo más grande, en el orden de los US$5500”. Cabe destacar, sin embargo, que todos los montos son a dólar oficial. Si se desea contar con baterías, para tener un backup en el caso de un corte de luz, se necesitan unos US$2500 adicionales.
Climatizar la pileta
Otro de los usos domésticos de la energía solar que ha crecido exponencialmente en los hogares es la climatización de piscinas. El sistema es muy simple: se colocan colectores de agua en el techo, y la misma bomba de filtrado hace circular el agua, que se calienta con el sol y vuelve a la pileta. El sistema puede incrementar la temperatura del agua y sirve para extender la temporada de pileta, o para piletas a las que no les da el sol durante el día. Para una pileta de 8×4 metros, por ejemplo, el costo de instalar el sistema se estima en $400.000. Monto que se repaga si se tiene en cuenta que la climatizar la piscina a gas, demanda casi $100.000 de gas al mes, para usarla 5 o 6 meses al año. Lo que significa que, con sistema de climatización solar, en dos temporadas ya se repaga la inversión.
La demanda de energía solar en casas particulares crece año a año. Esta tendencia es mundial y se aceleró por la pandemia, que generó concientización ambiental y afán de autosuficiencia energética, y por una situación económica que empuja a invertir en sistemas que, por un lado, preservan el valor de los pesos y, por el otro, aumentan el valor de la casa.
FUENTE: Tomás Gonzalez Casartelli – www.lanacion.com.ar