El consumo energético de viviendas particulares, comercios e instituciones es el sector que más gases de efecto invernadero genera en Rosario, con el 31 por ciento de las emisiones totales anuales, seguido por el uso del auto particular con el 21 por ciento. Así se desprende del inventario de gases de efecto invernadero presentado recientemente por la Municipalidad, que a partir de ahora cuenta con un panorama detallado de la forma en la que la vida cotidiana en la ciudad incide en el proceso de calentamiento global del planeta.
Para las autoridades locales, esta foto permite conocer en detalle el estado de situación de la ciudad frente a esta problemática para poder así definir políticas públicas que ayuden a reducir esas emisiones.
Según las mediciones realizadas en conjunto entre el gobierno local y las tres universidades de la ciudad (UNR, UCA y UTN), cada habitante de la ciudad emite 4,445 tn de dióxido de carbono por año, una cantidad muy parecida a la de Ciudad de Buenos Aires (4,68) y superior a la de Córdoba (3,37).
Si se toman los datos por sector, el muestreo revela que el conjunto de actividades más contaminante es el consumo de energía (electricidad y gas utilizada en casas, edificios, comercios, industrias energéticas e instituciones) con el 59 por ciento de las emisiones anuales; seguido por el transporte (autos, camiones y transporte público) con el 24 por ciento; y por último los residuos (sólidos urbanos y aguas residuales) con un 17 por ciento de las emisiones.
Dentro del sector de consumo de energía, los porcentajes de emisiones se dividen de la siguiente forma: un 29 por ciento corresponde a viviendas particulares, un 25 por ciento a comercios e instituciones, un 25 por ciento a las industrias energéticas y un 19 por ciento a la construcción y las manufacturas.
El auto en el banquillo
A la hora de analizar la matriz de emisiones dentro del sector de los transportes, el uso del auto particular dentro de la ciudad explica el 90 por ciento de las emisiones de gases contaminantes, seguido por el transporte público con el 6 por ciento y el transporte de carga con el 4 por ciento restante.
Si en vez de analizar por sector, se desagrega el muestreo por actividad, el transporte motorizado particular se vuelve el factor más contaminante de todos con el 21 por ciento de las emisiones contra un 1,51 por ciento para el transporte público.
Cifras realmente imposibles de ignorar que tienen que servir para ayudar a convencer a propios y extraños que el uso del auto en las ciudades es una ecuación que ya no cierra ni desde lo económico ni desde lo ambiental.
Usar la bicicleta, viajar en colectivo, compartir el auto y caminar son las opciones que ya existen y que están al alcance de la mano para producir menos emisiones.
Reciclar, compostar, reutilizar o directamente no comprar lo que no hace falta son maneras de reducir la cantidad de residuos sólidos urbanos, un ítem que explica el 17 por ciento de las emisiones contaminantes.
En tanto, las emisiones de dióxido de carbono son las responsables del calentamiento global. Ese fenómeno se manifiesta en la región a través de una mayor cantidad de eventos climáticos extremos como lluvias intensas, granizo, rayos y olas de calor.
Esto cambia la forma de enfrentar el clima y obliga a las ciudades a adaptarse a este nuevo patrón y a avanzar con herramientas de mitigación.
El uso de energías sustentables, la eficiencia energética, el transporte sustentable y una buena gestión de residuos son algunos de los caminos posibles para frenar la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.
FUENTE: lacapital.com.ar