El informe de la ONU es alarmante: el calentamiento global avanza más rápido de lo que se estimaba. Hoy la temperatura del planeta es 1,1 grado superior a la de la era preindustrial y para 2030 la superará en 1,5 grado. Los desastres naturales, como incendios forestales, huracanes e inundaciones, serán cada vez peores. La única forma de mitigar la situación es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La Ciudad de Buenos Aires no es ajena al problema y se comprometió a bajarlas en un 53% para 2030 y un 84% para 2050.
¿Se podrá? En principio, entre los años 2013 y 2018 la Ciudad disminuyó sus emisiones en un 15%. De acuerdo a la Secretaría de Ambiente porteña, esta reducción se debe a un menor consumo de gas natural y electricidad y al menor uso de combustibles fósiles para producir energía eléctrica.
Buenos Aires pertenece a la red C40, conformada por 97 ciudades de todo el mundo que buscan implementar acciones para combatir el cambio climático. Este organismo, que realiza el seguimiento de las políticas de adaptación y mitigación que desarrollan las ciudades, acaba de aprobar el Inventario de Gases de Efecto Invernadero 2018, enviado por el Gobierno porteño.
La información del documento es necesaria para la elaboración del Plan de Acción Climática 2050, que plantea cuáles son las metas de reducción de emisiones y, también, la estrategia para alcanzar la neutralidad de carbono o huella de carbono 0 en 2050, en línea con lo establecido en el Acuerdo de París.
El inventario contabiliza los gases de efecto invernadero generados por actividades humanas que fueron emitidos a la atmósfera durante un año. Se realiza siguiendo un protocolo fijado por el World Resources Institute (WRI), C40 e ICLEI (Gobiernos Locales por la Sostenibilidad).
De acuerdo con el informe, en 2018 las emisiones en territorio porteño ascendieron a 11.743.110 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2eq). El 53% correspondieron al sector de la energía; el 30% al transporte y el 17% al de residuos.
Como comparación, París emite 5.106.727 CO2eq anuales, la mitad. Mientras tanto, Madrid emite 10.381.110; Lima 15.789.438; San Pablo 15.523.015; Londres 26.828.023 y Nueva York 38.275.608.
El origen de las emisiones porteñas
En Buenos Aires, las emisiones del sector de la energía provinieron del consumo de electricidad y combustibles, principalmente gas natural, en viviendas y edificios. En el sector transporte también incidió el consumo de combustibles y electricidad por parte de automóviles particulares y transporte público, incluyendo trenes y subtes.
Las emisiones relacionadas con los residuos surgieron de los rellenos sanitarios donde se dispone de ellos. Y en menor medida, del tratamiento biológico de estos desechos y las aguas residuales.
La Ciudad realiza estos inventarios desde 2003, aunque cuenta con registros desde el año 2000. Desde entonces, no hubo cambios significativos en el patrón de emisiones. El sector de energía sigue siendo el principal emisor, siendo el responsable del 56%.
En la Secretaría de Ambiente porteña explican que hasta 2013 las emisiones crecieron en forma considerable. Ese año fue el registro máximo, con 13.579.915 toneladas de CO2 equivalente emitidas. Desde entonces, hubo un descenso sostenido. En 2018, quedaron un 2% por encima del valor del año 2000, aunque un 15% más abajo que cinco años antes.
El Gobierno porteño atribuye esa reducción a que se consumen menos gas natural y electricidad y, también, menos combustibles fósiles para producir energía eléctrica.
El Plan de Acción Climática de la Ciudad
¿Qué hará la Ciudad para disminuir sus emisiones y llegar a las metas planteadas para 2030 y 2050? “Desde 2007 estamos analizando y diseñando una nueva ciudad, pensada en los temas climáticos. El Metrobus cumplió 10 años, el alumbrado público es 100% LED, creamos áreas peatonales e impulsamos las bicicletas como medio de transporte, entre otras medidas. Es un trabajo complejo, interdisciplinario, que va dando sus frutos”, afirma Eduardo Macchiavelli, el secretario de Ambiente porteño.
El funcionario explica que el informe presentado al C40 sirvió de base para elaborar un Plan de Acción Climática que define 24 acciones en cuatro áreas diferentes para mitigar la situación. El objetivo es lograr la reducción de gases de efecto invernadero y que Buenos Aires sea una ciudad carbono neutral para 2050.
La primera área del plan es “Ciudad innovadora y baja en carbono” y apunta a adoptar tecnologías y hábitos sostenibles. Por ejemplo, mediante el uso energías limpias y transporte público bajo en emisiones y el incremento y la mejora de la separación de residuos en origen.
La segunda área es “Ciudad cercana” y fomenta la proximidad, con zonas prioritarias peatonales, calles de encuentro y más bicicletas.
La tercera es “Ciudad preparada” y significa que la idea es que Buenos Aires se adapte a los cambios que se avecinan. Para esto, debe estar preparada para las tormentas, sumar árboles y espacios verdes.
Por último, el área “Ciudad inclusiva” busca integrar a los barrios y a los grupos más vulnerables, con una red de salud pública eficiente, alentando una alimentación sostenible y con escuelas verdes, que son las que están comprometidas con la educación y gestión ambiental.
El reloj está en la cuenta regresiva. Y para llegar a las metas prometidas, la Ciudad deberá acelerar sus acciones. Le quedan apenas 29 años para acercarse al objetivo de huella de carbono cero.
FUENTE: www.clarin.com