La inteligencia artificial puesta al servicio del transporte de pasajeros ya es una realidad en aquellas sociedades que mejor lograron desarrollar el concepto de movilidad urbana y la interacción entre diferentes medios de transportes. Con la aplicación de la big data y análisis predictivos algunos países pudieron elaborar un red confiable y segura para los usuarios sin dejar de ofrecer innovaciones tecnológicas. Alemania es un ejemplo de eso.
Parte de lo que hoy se está aplicando en Berlín, Frankfurt y otras ciudades alemanes podría replicarse en la red porteña en los próximos meses cuando se defina el futuro de la concesión que vence el 31 de diciembre. Con una flota moderna en algunas de las seis líneas, pero obsoleta en otras y con la presencia del peligroso asbesto en sus formaciones, la renovación prometida no sólo apunta al material rodante sino también al resto de la infraestructura. Por los trenes con material cancerígeno comprados al Metro de Madrid en 2011 el gobierno porteño presentó una demanda en la que solicita un resarcimiento de 15 millones de euros.
Sistemas acústicos para el mantenimiento de ascensores y escaleras mecánicas, cámaras que detectan el desgaste de los materiales, arribo predictivo de las formaciones con la utilización de cientos de datos y realidad virtual y aumentada para la capacitación de los trabajadores son parte del paquete de propuestas diseñadas por la Deutsche Bahn (DB), el gigante alemán que brinda asesoramiento a Metrovías en el concurso que determinará qué empresa explotará el servicio desde el 1° de enero próximo.
RATP Dev Argentina SA y Keolis S.A./Helport SA son las otras interesadas en la concesión planteada por doce años y con la posibilidad de extender el contrato por otros tres. A fines de noviembre podría haber novedades sobre el proceso que determinará si el subte porteño cambia de manos o continúa Metrovías a cargo desde 1993. La actual concesión vencía en diciembre de 2016, pero tres prórrogas sucesivas extendieron el procedimiento hasta fin de año.
“En Buenos Aires hay un potencial enorme de mejorar la movilidad como servicio, en el monitoreo en tiempo real para su coordinación y en la optimización de los recurso que se tienen. No hay mucho que inventar, hay que tener una visión y estrategia acorde a estos temas”, le dijo a LA NACION Carlos Forlenza, director en Digitalización de la Deutsche Bahn Engineering & Consulting en su paso por la ciudad.
Experto en inteligencia artificial, ciencia de la información y gestión de big data, gestión de programas de innovación, gestión de cambios, optimización de sistemas sociales y gestión internacional de proyectos, entre otros campos, Forlenza junto a un grupo de especialistas se encuentra trabajando en soluciones específicas que aporta la DB al sistema de transporte de Alemania y que podrían insertarse en la red porteña.
“Cometeríamos un grave error en querer trasladar a Buenos Aires todo lo que usamos en Alemania. Las complejidades de las ciudades son diferentes al comparar, por ejemplo, Frankfurt con Buenos Aires. Hay cosas que se pueden adaptar y para eso queremos saber qué preguntas nos debemos responder”, opinó.
¿Qué soluciones podrían aplicarse en la ciudad? Para terminar con las escaleras mecánicas y ascensores fuera de servicio, un reclamo general y cotidiano de los pasajeros porteños, aparece el sistema AIM, un software inteligente que permite alertar si los dispositivos corren peligro y repararlos antes que se rompan, lo que ahorraría hasta un 25% en costos de reparación y prolonga un 20% la vida útil de las escaleras y ascensores.
Otro instrumento de utilidad y posible aplicación es el llamado Vison AI, dotado por cámaras que funcionan con inteligencia artificial para detectar el desgaste del material rodante y el resto de la infraestructura. También es utilizado por la DB para garantizar la seguridad y medir el flujo de pasajeros en andenes y estaciones.
El arribo predictivo de las formaciones también promete ser uno de los sistemas que se incorporen a la red en caso que el servicio continúe siendo explotado por Metrovías. “En Alemania se trabajó durante los últimos tres años y logramos predecir con casi dos horas de anticipación a que salga la formación si llegará a horario o si tendrá demoras. Para eso se necesita una cantidad impresionante de datos, algoritmos inteligentes para poder hacer análisis predictivos”, explicó Forlenza.
Todas esta innovaciones deberían ir acompañadas de la renovación del material rodante o de la reparación de las formaciones contaminadas con asbesto, un proceso que se está realizando en los talleres de la línea B. Con eso, la aplicación de nuevas tecnologías y sistemas de primer mundo el subte promete dar un salto de calidad.
FUENTE: Mauricio Giambartolomei – www.lanacion.com.ar