El efecto home-office en las ciudades es contundente: según datos oficiales los niveles de circulación descendieron un 63% afectando principalmente a zonas del Microcentro. El contexto de confinamiento que aún continúa es un buen momento para pensar la reconversión de la ciudad, y sobre todo, como usar el tiempo a favor para mejorar la infraestructura existente, a veces pensada como obsoleta. Esto también es una inigualable oportunidad para generar empleo, vital en este escenario.
Así como distintas zonas de la ciudad se están reconvirtiendo, lo mismo sucede con activos antes ligados a un único uso, que ahora se pueden utilizar para nuevos y múltiples propósitos. Una aplicación de este concepto podría ser el lote de estacionamiento virtual: se pueden crear redes que permitan que los usuarios registrados hagan uso de la gama completa de estacionamiento en un área determinada, tal vez con micropagos para cada propietario. De este modo se podrían aprovechar los estacionamientos infrautilizados, lo cual a su vez permitiría liberar espacio de calle para uso público o desarrollo productivo.
Considerar a la tecnología como aliado debería estar en el top 3 de prioridades de las decisiones gubernamentales. Está demostrado que la aplicación de inteligencia artificial y aprendizaje automático para la planificación del emplazamiento urbano y el transporte puede mejorar el rendimiento y reducir costos. Por ejemplo, en cuanto a la planificación urbana basadas se puede ayudar a los desarrolladores a encontrar espacio utilizable adicional en una parcela determinada, mientras mejoran las características de rendimiento, como acceso a luz y espacio abierto.
Por otro lado, uno de los desafíos de la infraestructura previa es que no está construida con las capacidades inteligentes como sensores, sistemas de gestión e interconectividad que requieren los nuevos proyectos. Históricamente, la adaptación de sistemas antiguos ha sido prohibitivamente cara.
Sin embargo, varias tecnologías avanzaron dramáticamente en los últimos años, haciendo que hoy la renovación sea mucho más factible. Gracias a la miniaturización de bajo costo, pueden implementarse desde medidores automáticos de servicios públicos hasta monitores de la calidad del aire. En cuanto al sector energético, la evolución tanto de los paneles solares como de las baterías hace que los edificios puedan aprovechar más energía a menor costo.
En suma, es cuestión de revisar los viejos paradigmas y pensar las ciudades como protagonistas activas para una mejor calidad de vida. De la mano de la tecnología, el uso inteligente de la infraestructura existente y un adecuado planeamiento se maximizan las oportunidades para volver a poner las ciudades en el centro, con sustentabilidad y enfoques creativos para beneficio de todos.
FUENTE: Fernando Montero – www.ambito.com