A raíz del acuerdo firmado entre los Gobiernos nacional y porteño en 2024, 31 líneas de colectivos que solo circulan dentro de los límites de la Ciudad de Buenos Aires serán gestionadas directamente por la administración local. Por su parte, el Ejecutivo nacional continúa a cargo de sostener la tarifa social de las mismas y de gestionar las líneas interjurisdiccionales.
A partir de esta decisión, el Gobierno de la Ciudad comenzó a implementar distintas medidas, en el marco de un Plan de modernización y seguridad para el sistema de transporte público. Aunque algunas fueron bien recibidas por los usuarios, como, por ejemplo, la ampliación de la cantidad de medios de pago para abonar el boleto, otras generaron polémica y fuertes críticas.
Tal es el caso del ploteo que tienen que llevar a cabo todas las líneas de colectivos de manera obligatoria, con el fin de buscar una nueva imagen que “unifique la identidad porteña”. El cambio visual consiste en el agregado de una franja azul en la parte baja de los laterales de cada unidad, con el logo del gobierno de la Ciudad y el tradicional filete porteño, pero impreso en vinilo, descartando el dibujo artesanal al que están acostumbrados los pasajeros. No obstante, los vehículos podrán mantener los colores característicos en el frente y en la parte trasera.
¿Cuál es el beneficio para los usuarios? Las dudas con esta medida en particular abarcan dos enfoques: una, que involucra a las personas con visión reducida; y otra que refiere al sentido de identidad que cada línea pudo construir a lo largo de su historia y que contribuye a la cultura porteña.
Federico Poore, magíster en Economía Urbana, cree que la decisión tiene que ver con un tema de marca: “El gobierno de la Ciudad, ahora que asume el control de estos colectivos, trata de diferenciarse de los demás, mostrando que los suyos tienen aire acondicionado o son unidades más nuevas, pero la verdad es que a nivel ‘usuario’ no genera mayores beneficios o diferencias”, expresó en diálogo con El Auditor.info.
Asimismo, destacó que “no se está considerando al sistema de movilidad del área metropolitana de Buenos Aires como uno solo, como una única entidad. Eso, de hecho, es el sentido en el que avanza en otras ciudades, donde hay una idea de unificación tarifaria, de que uno pueda adquirir un billete integrado. Con esta movida el Gobierno de la Ciudad se aleja de esto”. Desde su punto de vista, esta iniciativa aporta algo de “confusión”, ya que “la Ciudad lo que quiere decir es ‘estos son mis colectivos, no son los otros’ y no hay una idea de transporte público general para todo el AMBA”.
¿Se consultó a la ciudadanía respecto de los cambios? Según Poore, “no hubo participación de los usuarios ni de los artistas fileteadores, porque se dijo mucho también que era una especie de homenaje a los fileteados de la ciudad de Buenos Aires y demás, pero al final, ni siquiera es que hay artistas haciendo este trabajo”.
Con respecto a las inquietudes surgidas en torno a la visibilidad de los colectivos, especialmente en el uso nocturno, el especialista sostiene que no habrá demasiados contratiempos al momento de abordar el transporte ni afecta a quienes tienen su visión disminuida, porque mantienen sus colores al frente. En cambio, sí cree que la decisión altera “la identidad tradicional de los colectivos en Buenos Aires y eso es una característica muy propia de la Ciudad”.
A Poore le parece “curioso” el homenaje al fileteado porteño al que hace referencia el Ejecutivo porteño al aclarar que será integrado en el ploteo: “No es responsabilidad del gobierno de la Ciudad salvar el oficio, pero flaco favor le hacen porque no se integra la obra artística puntual o este trabajo más artesanal, se lo reemplaza simplemente por un ploteado industrial, es lo opuesto”, aclaró.
Al ser consultado acerca de si la Ciudad le dio más relevancia a la modernización de los colectivos que a la modificación de infraestructura para el subte o las bicicletas, el experto indica que “se privilegió mucho más el transporte en superficie y eso queda claro que no resuelve todos los problemas de congestión y de movilidad”.
El fileteado, un oficio con historia
El fileteado porteño es una técnica nacida en el siglo XIX, dentro de un contexto de inmigración europea, que mezcla los elementos traídos por aquellos inmigrantes y el aporte autóctono de los criollos. Comenzó a implementarse en los carruajes que transportaban alimentos y luego pasó al transporte de pasajeros de la época: los colectivos. Es una ornamentación que combina colores vivos con estilos tipográficos específicos y guardan relación con el patrimonio cultural de la ciudad. En muchos casos, incorpora imágenes religiosas, personalidades destacadas de la cultura o la flora de nuestro país. En 2015 fue incorporado como patrimonio de la Humanidad en la UNESCO.
FUENTE: elauditor.info