Transformar el paradigma de la construcción implicará recorrer un largo camino, pero este cambio ya comenzó. El Constructor conversó con referentes de empresas, profesionales y organismos que entienden que el compromiso social va hacia un modelo de producción sustentable.
Los inicios de este proceso empezaron a darse de la mano de algunas certificaciones que fomentan la eficiencia en distintos eslabones productivos: eficiencia energética, en la gestión de residuos, en los consumos de materiales, etc. Aunque hoy el interés de quienes avanzan hacia un modelo de producción sustentable va más allá de cumplimentar estos requisitos, llega a gestar un movimiento puertas adentro de las empresas que incita a la reflexión acerca de qué se puede modificar y mejorar.
Si bien todavía no existen datos concretos que den cuenta sobre cuántas empresas del sector de la construcción están innovando en materia de sustentabilidad, pronto, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) con sede en el bajo porteño, tendrá información proveniente de las primeras encuestas de economía circular que ya se encuentran en marcha y procuran relevar el interés de las organizaciones en el tema. Este año, la Cámara sumó varias iniciativas para atender a este interés creciente de sus empresas asociadas, entre ellas, un ciclo charlas sobre innovación y productividad, donde la sostenibilidad es un tema común.
“Notamos que cada vez más organizaciones quieren certificar como Empresa B (de triple impacto: social, ambiental y económico) y por eso tratamos de tomar ese interés creciente y fomentar capacitaciones que inspiren a hacer las cosas mejor, más allá de las certificaciones en sí mismas”, explica Emilia Pezzati, coordinadora de I+D de la Escuela de Gestión de la Construcción de Camarco.
Durante este año que finaliza, la Cámara ofreció, por ejemplo, un ciclo de charlas llamado “Primeros pasos en sustentabilidad”, con contenidos enfocados en reducir, reciclar, eficiencia energética. Además, se generaron las “Guías de Buenas Prácticas Ambientales”, divididas en 3 módulos: Obra en vía pública, Obra en zonas extraurbanas y Vivienda multifamiliar, en las cuales se compartieron acciones concretas para llevar adelante en obra, con un estimado de recursos, tiempo y objetivos. A su vez, se realizó una temporada de podcast enfocados en triple impacto en empresas y diversas charlas de economía circular para compartir las experiencias y voces de especialistas.
“Lo que le pasa a la sustentabilidad es lo mismo que le sucede a la innovación en el sector; pertenecemos a una industria que trabaja con muchísimos actores involucrados y requiere de mano de obra intensiva y muy tradicional. Esto genera cierta resistencia al cambio, que no responde a un único factor, sino a la propia dinámica del proceso. Siempre parece que la pelota está en la cancha del otro: el proveedor, el cliente, el arquitecto, el Estado…como que la decisión es del otro, por eso nadie toma la iniciativa”, describe Pezzati. Y enfatiza que cada vez más las empresas necesitan cambiar para poder cumplir con las exigencias de los distintos clientes, públicos y privados. Además, la especialista compara este cambio de paradigma con la transformación digital, algo que, en la práctica, también se vive lentamente en el sector, pero que con la pandemia logró un nuevo impulso y se espera que el 2022 sea un año que profundice estas transformaciones.
De todos los actores que conforman el entramado de actividades vinculadas a la industria, la construcción en seco y en madera son algunos de los eslabones que se presentan como más defensores de la necesidad de impulsar un nuevo paradigma.
También la Asociación Forestal Argentina (AFOA) nos da a conocer sus iniciativas al respecto y su directora ejecutiva, Claudia Peirano, entiende que, “en el sector forestal, tenemos una tradición larga en cuestiones vinculadas a gestión sostenible, pero sabemos que, en el mercado interno, la sostenibilidad cuenta con poca tracción porque la informalidad hace que, en la práctica, sea imposible”. Y explica que, por eso, “el primer punto de partida es la legalidad. A nivel internacional, la sostenibilidad tiene requisitos muy exigentes para la madera y por eso las empresas que exportan tienen este fuerte incentivo para lograrlo”, detalla y agrega un dato importante: en Argentina, el 50% de las plantaciones forestales están ya certificadas internacionalmente. “FSC y PFC son los dos grandes sellos a los que, incluso, han accedido pequeños productores asociados. No es solo un tema de grandes empresas, sino que pueden tener acceso productores más chicos en forma asociativa”, dice Peirano.
Asimismo, si bien la construcción en madera en Argentina sigue siendo nueva y continúa buscando su gran despegue, existen grandes inversiones locales, como la de Grupo de APICOFOM, en Posadas. Se trata de una de las más importantes, de USD 10 millones, en una planta importada de Alemania, hace dos años. Otro ejemplo reciente del interés del sector de la madera en la gestión de la sustentabilidad es el caso de la Certificación de la Cadena de Custodia (PEFC), que fue impulsada especialmente en Misiones, donde un grupo de compañías vinculadas a la construcción se sumó, a través de APICOFOM, al desafío para probar que la madera que utilizan proviene de bosques certificados.
Florencia Chavat, directora del Sistema Argentino de Certificación Forestal (CERFOAR), con convalidación internacional, acompaña a las empresas para que puedan certificar la trazabilidad de los rollos que compran para verificar que estén controlados. Asegurar el origen sostenible de los materiales es una oportunidad que no todos los modelos constructivos pueden garantizar y, como explica ella misma, “la marca PEFC nos brinda la oportunidad de hacer mejores negocios y ser parte de la alianza permite que Argentina y nuestras empresas forestales certificadas PEFC comuniquen globalmente su compromiso con la sustentabilidad. Esta nos brinda un espacio de colaboración, aprendizaje y promoción de la gestión forestal sostenible y poder demostrarles a los clientes el compromiso con el suministro legal y sostenible de productos forestales”.
Desarrollos urbanos de triple impacto
La Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos de la República Argentina (CEDU) es otra de las impulsoras del llamado desarrollo urbano de triple impacto y trabaja desde su Subcomisión de Mejores Prácticas Empresariales generando lineamientos e iniciativas para contribuir a una sociedad sostenible. El triple impacto es una nueva manera de llevar a cabo negocios transparentes y comprometidos, y el sector del desarrollo urbano no es excepción a esta tendencia. Por eso “nos propusimos repensar nuestro modelo de negocio entendiendo que los proyectos inmobiliarios generan un impacto inmediato en una zona, en una tierra, en un barrio, en una comunidad y que, a partir de ese impacto, debemos ─ como empresarios y ciudadanos─ lograr un equilibrio en tres dimensiones: económica, social y ambiental, pilares para una sociedad y una comunidad sostenible”, manifiesta Diego Lanusse, socio director de Eidico y miembro de la CEDU.
Entre las principales metas de esta subcomisión está la elaboración de un manual que invite a más empresas a ser protagonistas de una agenda mundial que busca planificar emprendimientos sostenibles; además, se planea la confección de un plan de comunicación y un proyecto de capacitación mensual para las organizaciones miembro de la CEDU y la confección de un sistema de puntuación o valoración de lineamientos cumplidos.
Una de las primeras compañías en sumarse a esta iniciativa fue Grupo Klover, que venía desde hace un tiempo trabajando en el desarrollo de proyectos sustentables y buscaba un marco de acción que les permitiese ordenar y cuantificar las acciones con impacto ambiental. Santiago Vitali, director de administración y finanzas de dicha organización, explica que “en abril hicimos la evaluación de diferentes áreas y acciones que llevamos a cabo y nos encontramos con un montón de desafíos y objetivos nuevos. Vimos que muchas de las tareas que realizábamos no generaban el impacto que pensábamos y otras que podrían tener un mayor resultado si se ajustaran ciertas cuestiones”.
En este sentido, la empresa trabaja para que los nuevos proyectos sean sustentables desde el origen y apunten a reducir la huella de carbono. Además, tiene como objetivo generar convenios de pasantías con universidades e institutos locales para brindar una primera experiencia laboral a jóvenes estudiantes y ampliar, así, sus posibilidades dentro de un mercado laboral cada vez más saturado.
Empresas que marcan precedentes
Hay cambios que generan una ola expansiva, y un ejemplo claro es la presentación del primer “Reporte de Sustentabilidad de la Industria de la Construcción”, realizado por Barbieri, empresa local especializada en soluciones constructivas en Steel Frame y PVC. Para esta organización, la pandemia fue una oportunidad de revisar procesos y detectar posibilidades de mejora, y sentó las bases de un nuevo desafío para el sector y un nuevo paradigma de negocios de triple impacto.
En noviembre, que internacionalmente se identifica como “Mes del Impacto” y en el cual se desarrolló uno de los más importantes eventos ambientales, como fue la COP26, las iniciativas de promoción de la innovación marcaron la necesidad de un nuevo norte para el sector. Así las cosas, Barbieri realizó este reporte siguiendo el estándar internacional Global Reporting Initiative (GRI) y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Si bien en el país hay más de 100 organizaciones que utilizan estos estándares de reporte, en el sector de la construcción el tema es incipiente.
Durante el evento de lanzamiento, Juan Francisco Barbieri, gerente de Innovación y Sustentabilidad, consideró que “este reporte posibilita una comprensión profunda del cambio que una organización privada puede generar en la sociedad a través de sus acciones, en pos de converger en una contabilidad económico-financiera de impacto. Espero que todas las compañías, como actores presentes, podamos repensar y trabajar colectivamente, con una visión holística y sistémica, para transformarnos y cooperar desde nuestros negocios a brindar soluciones a los desafíos socioambientales”.
En cuanto al avance en materia ambiental por parte de una organización representativa de celulosa, tableros, aglomerados y madera acerrada como Arauco, que se involucra en diversos eslabones de la industria de la construcción ─especialmente en madera para obras, techos y diversos productos de acabado final─, su Country Manager, Pablo Ruival, asevera que “el 50% de nuestros bosques son patrimonio nacional y somos la primera empresa nacional con compensación y carbono neutro. Nuestro objetivo a mediano plazo es ser carbono negativo. En materia de construcción, el beneficio central es que, al ejecutar sobre la base de este material, toda esa estructura de captura de CO2 queda fija durante toda la vida útil de esa vivienda”. Y destaca que, en Chile, “ya se permite construir todo un edificio en madera, pero en Argentina todavía estamos lejos de esto, principalmente por temas culturales, de legislación y demás. Por eso fomentamos la difusión de información para dar a conocer los beneficios”.
Y si hablamos de confiar en un modelo de construcción alternativa, Ecosan es otra de las organizaciones pioneras en innovación que surgió hace 25 años con un proyecto de baños químicos y hoy ofrece soluciones en construcción para estructuras de alta complejidad y viviendas de categoría con un modelo de trabajo que se basa en la construcción en seco y cuenta con el respaldo de las Normas ISO 9001, que verifica calidad, e ISO 14001, que aseguran un menor impacto ambiental. “Desde los procesos productivos hasta los materiales involucrados (pisos permeables, paneles de chapa galvanizada, hierro, aluminio), todo está trazado; esto quiere decir que se hace un seguimiento para poder certificar correctamente en las diversas auditorías”, detalla el arquitecto Pablo Domecq, representante de la empresa. Así logró Ecosan, además, la Certificación de UNOPS, que elige organizaciones que cumplimentan estándares para presentarse a licitaciones, entre ellas la que les permitió durante 2020 y 2021 construir 31 hospitales de alta complejidad en plena pandemia.
“Hoy, la idea es incorporar esta experiencia al desarrollo de prototipos para vivienda en los cuales quisiéramos dejar en claro lo que se llama las tipologías edilicias para diferentes usos. Pretendemos sumar nuevas tipologías destacando, por ejemplo, el tema de aislación térmica, que es uno de los más importantes en materia de eficiencia energética”, detalla Domecq y señala que “las recientes experiencias de éxito nos permiten dar cuenta de la efectividad del modelo, su calidad y versatilidad de diseño en la mitad del tiempo de construcción tradicional”.
FUENTE: Mariana Brizi – elconstructor.com