Después de varias prórrogas y años de demora, el Gobierno porteño firmó ayer el nuevo contrato de concesión de la red del subte y el Premetro.
El servicio seguirá en manos del Grupo Roggio y su empresa Metrovías, aunque la operadora cambiará de nombre: posiblemente se llame Emova Movilidad (aún no está definido, explicaron en la empresa). Además, se sumará como asesora técnica la empresa Deutsche Bahn, la principal operadora ferroviaria de Alemania.
El contrato durará 12 años, con la opción de prorrogarlo por otros tres. Comenzará a regir en 90 días.
El principal cambio estará en el método de pago. Hasta ahora, la empresa cobraba un canon fijo por el servicio, entre la recaudación de las tarifas más los subsidios. El nuevo contrato plantea pagarle 125,6 pesos por kilómetro recorrido, con una expectativa de 51 millones de kilómetros por año. De acuerdo a esos parámetros, el Estado pagaría unos 6.400 millones de pesos por año.
Con este cambio, Subterráneos de Buenos Aires (SBASE, la empresa estatal porteña que controla la red) busca que la concesionaria tenga un incentivo para mejorar la frecuencia, y así recorrer más kilómetros para cobrar más.
Para ello, la empresa deberá mejorar los tiempos que tarda en las reparaciones y revisiones técnicas de los vagones, por ejemplo. En este sentido, una de las ideas es incorporar un sistema de “mantenimiento predictivo”, sensores que permiten saber cuando una pieza o un repuesto se está por romper.
Además, el contrato prevé sanciones y premios de acuerdo a la calidad del servicio, tanto en la limpieza de las estaciones y formaciones, en la calidad de la señalética, en el funcionamiento de las escaleras mecánicas y otros puntos.
Otro compromiso es la inversión en tecnología. Según se mencionó, se piensa en instalar cámaras de seguridad y en mejorar la información para los pasajeros, por ejemplo con aplicaciones para celulares.
En SBASE aseguraron que “el nuevo contrato prevé inversiones en infraestructura y la incorporación de nuevas tecnologías de vanguardia orientadas a brindar un mejor servicio a los usuarios y usuarias de la red, y a lograr una relación más cercana entre ellos y la empresa”.
En tanto, en la concesionaria agregaron que “la firma de este nuevo contrato otorga la previsibilidad y planificación necesarias para seguir trabajando en la mejora del servicio con el foco puesto en los usuarios”.
Al igual que ahora, la concesión no incluye la compra de vagones para renovar la flota. Esa es responsabilidad del Gobierno.
Hoy la red cuenta con seis líneas y el Premetro, que suman 70 kilómetros y 90 estaciones. Antes de la pandemia promediaba 1,3 millón de pasajeros diarios. Con el coronavirus, hoy transporta un 30% de esa cifra, aproximadamente.
Demoras y un largo trámite
Metrovías opera el subte desde el 1° de enero de 1994. En 2013, el control de la red pasó a manos del Gobierno porteño, porque hasta entonces dependía del Estado nacional.
El contrato original vencía el 31 de diciembre de 2019. Por eso, a comienzos de 2018, SBASE llamó a licitación.
Al principio se presentaron tres oferentes: por un lado Roggio; por otra parte un consorcio conformado por el grupo de Eduardo Eurnekian en conjunto con el Metro de Londres y la empresa francesa Keolis; y en tercer lugar los operadores del Metro de París en sociedad con la firma brasileña Alstom. Pero estos últimos dos oferentes se bajaron de la carrera entre fines de 2019 y comienzos de 2020, por los cambios sufridos en la economía argentina.
La Ciudad se fue demorando en cerrar el proceso, así que tuvo que estirar con prórrogas el contrato de Metrovías. A fines del año pasado confirmaron que la oferta de Roggio era la ganadora, pero luego la pandemia demoró la firma del contrato, que se concretó ahora.
FUENTE: Pablo Novillo – www.clarin.com