La comercialización de materiales para la construcción vive uno de sus momentos más preocupantes en lo que va de la década. Y las perspectivasde cara a un 2019 que recién comienza no pueden ser más desalentadoras.
La actividad, reconocieron ante iProfesional distintos empresarios del sector, concluyó 2018 con una baja del 7 por ciento respecto del año anterior. Pero lo que más inquieta es la tendencia: los últimos cuatro meses la caída promedió el 30%.
El derrumbe fuerte, indicaron a este medio representantes de Grupo Construya –organización que nuclea a los principales comercializadores de insumos–, comenzó a notarse con fuerza en octubre. Y en enero el escenario no mejoró.
Cementos, aceros, ladrillos, aceros largos, carpinterías, pisos y adhesivos, son algunos de los artículos e ítems que sufren la contracción de la demanda, la cual comenzó a verse afectada tras la disparada del dólar y el valor de las tasas vigentes para los créditos.
Desde Construya indicaron que, dado el escenario de parate en las ventas, no faltan las compañías del rubro que ya comenzaron a tomar medidas para capear el mal momento. Si bien aclaran que todavía no se registran despidos, sí reconocen se produjeron suspensiones.
“La caída empezó a hacerse visible a partir de junio. El primer cuatrimestre de 2018 fue muy bueno. Parecía un año en el que se iban a alcanzar muy buenas marcas pero luego cambió la tendencia. A partir de ahí empezaron a desacelerarse las ventas y luego vinieron los números negativos”, dijo a iProfesional Daniel Muñiz, vocero de Grupo Construya y ejecutivo de Klaukol.
El empresario sostuvo que la escapada del billete verde alteró los planes de los inversores, muchos de los cuales prefirieron apelar al wait and see y posicionarse en dólares que avanzar con proyectos de construcción.
Al mismo tiempo, sñelaó el entrevistado, la disparada de las tasas terminó sacando del juego a los eventuales tomadores de créditos.
“En el caso de los nuevos proyectos, nadie se lanza a hacer una inversión porque siente que después no va a poder vender. Lamentablemente, el giro de la economía terminó beneficiando más a quien especula que a aquel que se inclina por algo productivo. En el caso de las empresas del Grupo, las primeras que sintieron el freno fueron las que hacen terminaciones como cerámicos, grifería y sanitarios”, precisó.
Caída en enero
Muñiz anticipó que enero -dato que todavía no se oficializó- concluyó con otra caída de al menos un 30 por ciento en el despacho de materiales en relación con el primer mes de 2018. Y señaló que la tendencia hacia abajo también se observa en otros rubros, como es el caso de los despachos de cemento.
En ese sentido, los últimos reportes de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP) señalan que la venta de este insumo concluyó diciembre con una merma de 19,5 por ciento en comparación con igual mes de 2017. El acumulado de 2018, siempre de acuerdo a AFCP, se ubicó un 2,5 por ciento por debajo del año previo.
Según los números de AFCP, los despachos de cemento finalizaron diciembre con el peor ritmo de ventas de al menos los últimos cuatro años.
La baja se concentró mayormente en el interior de la Argentina. Catamarca (caída del 26%), San Luis (-16%), Jujuy (-15%-), Tucumán (-14%), Santa Cruz (-13%) y La Rioja (-13%) son las provincias donde más quedó en evidencia el escenario negativo.
“Si el cemento no cayó más, fue por incidencia de la obra pública. Los despachos a granel mantuvieron cierto ritmo por efecto de emprendimientos como el Paseo del Bajo. Pero también la obra pública se achicó mucho. Igualmente, sin ese factor hoy estaríamos hablando de una merma en la demanda de cemento mucho más dramática”, sentenció Muñiz.
La manera en que la actividad de la construcción cerró diciembre es otra prueba del mal momento que sufre la base del desarrollo inmobiliario. El último mes de 2018 concluyó con una caída del 7,5 por ciento, siendo esa la mayor contracción del año para un sector que sufrió un brusco freno por la caída de la demanda y el parate en el lanzamiento de nuevas iniciativas oficiales.
Más allá de estos datos puntuales, el inconveniente está en la perspectiva. En esa dirección, una encuesta realizada por Grupo Construya entre desarrolladores, constructoras, vendedores de insumo y arquitectos arrojó que casi el 80 por ciento de los consultados prevé un 2019 igual o peor que el año anterior.
Desde la organización indicaron a iProfesional que el nivel de deterioro de este indicador es el más fuerte de los últimos cinco años. “Sólo un 23% consideró que su actividad crecerá en los próximos doce meses. Nuevamente, el menor registro desde octubre de 2014”, expone el monitoreo.
“En Buenos Aires y NOA se registró el mayor pesimismo sobre el futuro próximo”, aclara en otro apartado. Dentro de los ámbitos consultados, inmobiliarias y vendedores de materiales para la construcción encabezan la nómina de los más pesimistas.
Oportunidad en dólares
Claro que hay una contracara a las complicaciones que enfrentan los empresarios del rubro por las elevadas tasas y la escapada de la divisa estadounidense. Y está dada por los particulares que atesoran dólares.
En ese sentido, Muñiz sostuvo que el costo de construcción, medido en billetes verdes, se abarató casi 39 por ciento tras el despegue del tipo de cambio durante la segunda parte del año pasado.
Desde Reporte Inmobiliario su CEO, José Rozados, destacó ante iProfesional la posibilidad que abrió la devaluación y en ese sentido señaló oportunidades para llevar a cabo; por ejemplo, remodelaciones en los hogares.
“Existe gente que está aprovechando este contexto. Hoy sale mucho más barato construir para quien posee dólares y aquellos que tenían billetes en el colchón son quienes están haciendo la diferencia. Este es un momento para aprovechar”, enfatizó.
El experto sostuvo que los números negativos del sector responden mayormente a la falta de lanzamiento de nuevas obras y proyectos.
“Las iniciativas que ya estaban en marcha siguen adelante, no es que se paralizaron. Por supuesto que la devaluación generó incertidumbre y volatilidad, pero eso suele tener efecto concreto en los lanzamientos que se planean. Paralizar una obra ya en marcha es muy contraproducente en cuestión de costos”, explicó.
Respecto de la parálisis en términos de obras nuevas, Rozados sostuvo que sólo entre enero y noviembre de 2018 la cantidad de metros permisados en Capital Federal cayó 11,3 por ciento. El especialista sostuvo que el dato todavía no es prueba de un derrumbe drástico de la actividad.
“Los números del año pasado, aunque reflejan una baja, son superiores con respecto a 2016. O sea, estamos viendo una merma de 2018 versus un muy buen año como fue el 2017. Por ende, se puede hablar de un año relativamente aceptable en un contexto macro muy difícil”, dijo el entrevistado.
Respecto de lo que viene, afirmó que “la cuestión electoral tendrá mucha incidencia en lo que ocurra en los próximos meses. Eso se verá reflejado en un menor lanzamiento de nuevos emprendimientos. Suelen ser momentos de mucha incertidumbre. La oportunidad concreta es en estos días”.
FUENTE: www.iprofesional.com