En el barrio sureño de Parque Patricios, en los últimos años, el desembarco de empresas y emprendimientos fueron cambiando su fisonomía y actividad. “CheLA”, un centro de experimentación y producción artística, ubicado en el centro del Distrito Tecnológico es un ejemplo de ello. La organización funciona en una ex fábrica de amianto que está siendo puesta en valor con diseño del arquitecto y docente Matías Beccar Varela.
El master plan, que respeta la estructura original de estilo racionalista, se está ejecutando en etapas y busca el apoyo de mecenazgos. Fabián Wagmister, argentino, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles y director de cheLA, notó por el año 2000 que, a diferencia de las grandes ciudades de Brasil y México, Buenos Aires no contaba con espacios para la investigación y producción artístico-tecnológica. Por eso pensó en abrir un centro de investigación y creación que trabajara en el cruce de tres conceptos: cultura, comunidad y tecnología. Así nació cheLA, ubicado a 150 metros del nuevo Centro Cívico.
Santiago Núñez, su director ejecutivo, explicó a Infobae la elección del inmueble de 5.000 metros cuadrados: “Hubo una serie de diálogos con la Ciudad y se firmó un convenio en 2002 para armar un centro en zona sur. Con dinero personal y el aporte de la familia, Fabián Wagmister y su compañera Dara Gelof viajaron a Buenos Aires para comprar un edificio de 200 metros cuadrados. En medio de la crisis del 2001 consiguieron esta ex fábrica que tiene algo más de 5.000 metros cubiertos más 3 patios. La génesis de un lugar de estas características deviene de observar la falta de espacios en la ciudad para el desarrollo del arte tecnológico de mediana y gran escala. Sobre todo, en la zona sur de la capital, en ese momento relegada social y culturalmente”.
Núñez explicó que luego de haber elegido el lugar, se estableció el Distrito Tecnológico, llegó el subte H y se mudó la Jefatura de Gobierno a una cuadra. Y, si bien el proyecto arquitectónico avanza por etapas, hoy cheLA cuenta con dos departamentos con capacidad para hasta 10 personas para residencias artísticas, 9 espacios de entre 700 y 170 m2, un auditorio acustizado, un taller de fabricación digital equipado con corte láser, impresión 3D, router CNC, una sala con sensores y trackeo de movimiento para control corporal interactivo aplicado a la performance.
Además de los proyectos propios, la organización apoya propuestas artísticas y comunitarias que requieran espacio para su desarrollo y sean afines. “Los proyectos que aloja cheLA son seleccionados por su potencial, en general son multidisciplinarios e interactúan entre sí y con distintos sectores de la sociedad tanto local como regional”, explicó Núñez.
En base a los objetivos de la organización, que son la innovación, promoción y desarrollo del arte y la tecnología, se propuso la remodelación y refuncionalización de buena parte del edificio. Beccar Varela, el arquitecto, dio a conocer el master plan de la obra y su proyección: “La estructura original es conservada prácticamente intacta por su aporte patrimonial de escala barrial. La idea es realizar una suerte de ‘acupuntura arquitectónica’ para introducir en puntos significativos del edificio las variaciones que le permiten ir actualizando sus posibilidades de uso, de accesibilidad y en definitiva la transformación de un espacio de producción a uno de producción/exposición”.
Según el arquitecto, el proyecto contempla desde la modificación de una sala para albergar un micro cine hasta la construcción de aulas/talleres como “módulos” en sus espacios gigantes. “Con la misma lógica, uno de los espacios utilizado hoy en día como residencia, es colonizado en su altura (más de 5 metros) por una serie de piezas singulares que funcionan como unidades de vivienda para los residentes de los programas de becas. Usamos unas vigas superiores que tenía la fábrica y colgamos unos tensores. Elegimos placas de aglomerado y contrachapado de madera para las paredes. La escalera para acceder a las habitaciones fue uno de los primeros prototipos hechos por completo con router CNC y con ayuda del arquitecto Francesco Milano”.
Y continuó describiendo el resto de los proyectos: “En el corazón del edificio se planea una biblio-mediateca barrial donde funcionaba la vieja caldera, ya que cuenta con iluminación cenital perfecta para su nuevo uso. El propósito es unir a esta comunidad de artistas en residencia con la gente del barrio. La idea es que funcione como una biblioteca barrial, con acceso a información sobre arte y tecnología. Y que simbolice el encuentro entre lo tecnológico y comunitario, que es uno de los pilares de cheLA”.
“El patio de ingreso –detalló el arquitecto- tendrá una cafetería interna con terraza ajardinada donde va a funcionar una huerta comunitaria. Este espacio también representa un lugar de encuentro del barrio con la gente que está adentro. Por eso también se llama ‘Taller Nexo'”. Y finalizó: “El proyecto del auditorio cine prevee un lugar oscuro con pendiente y butacas. La idea es llevar excelencia mediática al sur de la ciudad. Además, está el espacio ‘TaMaCo’, (Taller de Materiales y Construcción) un taller con capacidad de fabricación digital al servicio de los proyectos de cheLA, cursos y desarrollos experimentales de arquitectura paramétrica”.
FUENTE: María Alvarado – www.infobae.com