Más allá de las estaciones terminales de trenes, subtes, colectivos y de ómnibus; más allá del Barrio Rodrigo Bueno; un poco más allá del Paseo del Bajo; y aún más allá de la Casa de la Moneda, de los Tribunales de Comodoro Py, del Edificio Cóndor y de la División de conductas Delictivas en Espectáculos Públicos; ahí, justo antes de llegar al Puerto de Buenos Aires y a la Terminal de Cruceros, comenzó a dar señales de crecimiento una zona de la Ciudad absolutamente desconocida para la mayoría.
Se trata del extremo ribereño del barrio de Retiro y algunos identifican esta zona como Nuevo Retiro o Puerto Retiro. Incluso hay quienes buscan rebautizarla con nombres de barrios neoyorkinos como el Meatpacking District y Tribeca, por ejemplo.
Por el momento, el proyecto que ya puso primera es el Distrito Quartier Puerto Retiro. Se trata de un complejo compuesto por tres edificios. Uno de ellos estará destinado a oficinas y se encuentra en construcción ahora mismo, pero con un avance de obra muy importante. Tiene una planta triangular y uno de los ángulos da al cruce de las avenidas Ramón Castillo y Antártida Argentina. Su fachada es vidriada y está coronada por el logo de la marca, que se ve incluso desde la Autopista Illia. Según el proyecto original, tendrá una plaza central de acceso público.
El segundo edificio es el ex Policlínico Ferroviario, que fue refuncionalizado por completo y ya comenzó a habitarse. El estudio de arquitectos Camps Tiscornia decidió preservar la estructura de este edificio racionalista que funcionó como hospital hasta 1999. Había sigo inaugurado en etapas, entre 1952 y 1954, y llegó a atender a los 225.000 afiliados de la obra social de los trabajadores del ferrocarril. Entre muchas otras cosas, el cierre de ramales durante la década menemista mermó la cantidad de empleados y, consecuentemente, de afiliados. Así se fue extinguiendo su funcionalidad, hasta que cerró.
A este complejo apto para viviendas y estudios profesionales se ingresa por una cortada, de nombre Comodoro Pedro Zanni; era uno de los ingresos al policlínico. Casi sin tránsito, la calle es lindante con la parte trasera de La Casa de la Moneda. “En este momento hay 150 unidades ocupadas. Se vendieron 400 y quedan 100 disponibles. Este edificio tiene un mix de usos: viviendas, alquileres temporarios, oficinas y estudios”, explicó a Clarín Carlos Spina, socio y director comercial de Argencons, desarrolladora de este proyecto.
El tercer edificio se ubica en la esquina de Castillo y Luisoni, justo frente al ingreso a la Terminal de Cruceros Quinquela Martín. Son estudios, aptos para uso residencial y oficinas; pero se estima que básicamente se destinarán a renta temporaria.
La idea es que en el basamento de todo el complejo, incluyendo las oficinas de Castillo y Antártida Argentina, haya locales comerciales y oferta gastronómica. Hasta el momento no hay bares, cafés ni restaurantes. Un problema en un área por donde se mueven muchas personas que trabajan en las inmediaciones, incluyendo a los turistas que bajan de los cruceros y a los nuevos vecinos y vecinas del complejo.
“Hay una demanda enorme de servicios. Estimamos que son 15.000 las personas que se mueven por la zona”, explicó Spina.
Sin embargo, en breve, el puntapié inicial gastronómico será dado por Basa Café. Los propietarios, Luis Morandi y Patricia Scheuer, ya tienen experiencia en propuestas que se salen de la norma: con Gran Bar Danzón -en un primer piso sin marquesina, en la calle Libertad-, con Oh No! Lulu -un oasis hawaiano oculto detrás de una puerta con ventana de ojo de buey- y con Basa, ubicado también en Retiro y en una calle algo desconocida y de sólo dos cuadras, Basavilbaso.
Basa Café va a estar ubicado en la esquina de Castillo y Luisoni. Aunque no hay fecha de inauguración, se estima que será inminente. La idea es que el local ya esté operando a las 7, y siga abierto hasta las 18. Durante la mañana hay un movimiento importante de gente vinculada a los tribunales -porque trabajan o porque realizan trámites en el lugar-, que se encuentran ubicados en la inmediaciones.
Spina informó que ya tienen confirmados otros emprendimientos gastronómicos: Ruiz (una rotisería que tiene sucursal en el barrio de Núñez), otro restaurante con un concepto de cocina plant based y un café de especialidad.
Esta zona de la Ciudad esta identificada como U10 Ante Puerto. Desde 2018, cuando se cambió la normativa, se permite la construcción de viviendas y usos comerciales (antes sólo estaban permitidas reparticiones del Estado). El polígono está delimitado por las avenidas Castillo, Comodoro Py y Antártida Argentina. Hay otros terrenos disponibles que podrían transformarse como el de Quartier, pero son propiedad del Estado Nacional. La Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) debería disponer de ellos para poder venderlos.
Por ejemplo, sobre Avenida de los Inmigrantes hay una mole oscura y abandonada que pertenece a la Fuerza Aérea. Hay dos historias sobre este elefante blanco: algunos dicen que iba a ser un hospital, otros que allí se iba a mudar el edificio Cóndor. De todas maneras, está en desuso y algunos inversores habrían puesto el ojo en estas tierras.
En el entorno del Quartier, la Ciudad llevó adelante la obra pública: “Había que resolver un problema urbano, porque estando a sólo tres cuadras de las terminales de Retiro, tenés poca caminabilidad”, dijo a Clarín Daniela Bergaizen, la funcionaria de la Secretaría de Desarrollo Urbano que se encuentra a cargo de la obra.
“La avenida Castillo representa un gran desafío porque conviven camiones, micros de turismo, taxis, remises, más los vehículos particulares que la transitan permanentemente. Por eso se decidió transformarla en un boulevard verde, absorbente. Va a tener dársenas para reorganizar el tránsito. En concreto va a funcionar como un fuelle entre los edificios y el puerto”, explicó. Estima que en pocas semanas quedarán habilitados los dos primeros tramos (que construye el privado) y los siguientes tres serán construidos por la Ciudad. Así cubrirá la avenida Castillo entre Antártida Argentina y Comodoro Py.
Sin dudas, este rincón de la Ciudad implica un desafío para el desarrollo. Si bien es desconocido para la mayoría -excepto para los trabajadores y trabajadoras de la zona, que no son pocos- tiene algunas ventajas para el acceso, básicamente porque se evita pasar por el Area Central. Llegando desde el Norte se puede bajar desde Autopista Illia, incluso antes de pasar el peaje; y desde el Sur, se llega también evitando el Centro. Líneas de colectivos no faltan: hay más de una decena que circulan por las avenidas de la zona.
Respecto a la seguridad, está bastante garantizada gracias a las reparticiones públicas existentes: fuerzas armadas nacionales, policía de la Ciudad y la custodia de los tribunales. Quizá para los peatones que llegan desde las estaciones terminales y desde las dársenas de los omnibus, falta seguridad sobre el cruce de Antártida Argentina y Avenida de los Inmigrantes.
FUENTE: Silvia Gómez – www.clarin.com