Las calles del centro y parte del Casco Histórico que se quedaron sin colectivos por las obras de nivelación de veredas y de recuperación de la zona central volverán a tener medios de transporte. Está previsto que el Gobierno porteño lance, en el corto plazo, la licitación para utilizar buses eléctricos que hagan los recorridos que se desplazaron a los metrobuses del Bajo y de la 9 de Julio.
Los últimos colectivos que dejaron de circular por la zona fueron los de las líneas 22, 24, 28 y 126, que dejaron de atravesar las calles Chacabuco y Perú para mudarse al Metrobus en diciembre de 2022. Hubo quejas y reclamos de vecinos porque consideraron que quedaron desconectados. Fue el caso de adultos mayores, o personas con problemas de movilidad, a quienes el tramo entre los metrobuses se les hizo complicado.
También familias con hijos en las escuelas del área, a la que se pensó con restricciones de ingreso en determinados horarios. La medida, en calles con veredas niveladas y peatonalizadas, se suspendió por la pandemia y aún sigue sin implementarse.
¿Qué recorridos harán los colectivos? Aunque aún no está confirmado, las primeras ideas indican que usarán Chacabuco y Perú. ¿Cómo serán las unidades? Según pudo saber Clarín, la licitación buscará buses eléctricos, de un tamaño menor bastante que los colectivos tradicionales para no entrar en conflicto con calles peatonalizadas, en las que los vehículos de gran porte rozaban a los peatones que iban por las veredas.
En este caso, según a la información a la accedió Clarín, se trata de 7 kilómetros de recorrido total. De acuerdo con las estimaciones, con menos de 20 buses se cubriría todo el trayecto. Y está en análisis la posiblidad de que, al menos en un principio, sean gratuitos.
En función de la información obtenida del mercado internacional, cada uno de estos buses cuestan entre US$ 300.000 y US$ 350.000. También trascendió que el financiamiento inicial podría llegar desde un organismo multilateral de crédito, con el argumento de que se trata de un proyecto vinculado con la movilidad sustentable.
Además, al ser eléctricos, la operación de los buses no tiene un costo alto por kilómetro. En la licitación también podrían presentarse empresas locales de colectivos.
Otra acción necesaria por parte del Gobierno porteño sería la de homologar los buses, ya que acá no existen todavía. Y en cuanto a los recorridos, al no ser estrictamente líneas de colectivos como las existentes, no está determinado si se necesita la autorización de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), que debe intervenir cuando se plantea un cambio en las líneas que reciben subsidios del Gobierno nacional, tanto las porteñas como las que cruzan de la Ciudad al Gran Buenos Aires.
Para la Ciudad, el proyecto de los buses eléctricos debe ser compatible con el plan de microcentro y Casco Histórico, ya que el trayecto uniría Parque Lezama con Retiro, en paralelo a los metrobuses de la 9 de Julio y el Bajo. La otra ventaja es que al ser eléctricos, disminuyen en forma notable las emisiones de gases contaminantes y tampoco generan ruido.
Según las fuentes consultada por Clarín, la licitación podría lanzarse entre mayo y junio. Sin embargo, el cálculo sobre cuándo comenzarían a circular los buses tiene una complejidad mayor. Es que las grandes ciudades que iniciaron el camino de la descarbonización generan una gran demanda de este tipo de buses, por lo que muchas fábricas tienen listas de espera.
Hay fábricas en China, y también marcas conocidas los incorporaron en sus líneas de producción en países como España y Alemania, entre otros.
El antecedente y el Tranbus
Un proyecto similar que se presentó el año pasado funciona como antecedente de movilidad eléctrica en la Ciudad. Se trata del bus autónomo de la empresa GMM, de origen franco japonesa, que ingenieros del ITBA implementaron como desarrollo para el Parque de la Innovación, el proyecto de desarrollo inmobiliario, con instalación de oficinas, universidades y viviendas en Núñez, en los terrenos que antes ocupaba el Tiro Federal.
Se trata de un modelo que tiene capacidad para 15 personas (11 sentados y 4 de pie), una longitud de 4,78 metros y pesa 2.600 kilos.
La diferencia es que se trata de un vehículo no tripulado, dirigido por tecnologías GNSS que se georeferencian con el uso de satélites. El tiempo de carga de la batería dura entre 4 y 5 horas y la autonomía es de 9 horas.
“Durante los meses previos a su llegada, se definió un mapa y escenario con detalles sobre su entorno, el circuito, la duración y ancho del recorrido, y demás características como si conviviese con otros vehículos, los árboles, cruces peatonales y muchas cosas más que hubo que determinar debido a la exigencia del móvil”, dijeron desde el ITBA.
No es el único proyecto de movilidad eléctrica en marcha. La Ciudad también estudia el Tranbus, una mezcla de tranvía y autobús con el que se busca unir toda la costa del Río de la Plata y el Riachuelo, desde el norte hasta el sur.
Se trata de unidades que no requieren construcción de vías, como el tranvía tradicional, ni de catenarias de alimentación de energía. Son eléctricos y además de cargarse cuando no prestan servicio, también lo hacen cuando se detienen en las estaciones.
De acuerdo con el desarrollo en otras grandes ciudades, las formaciones, que pueden tener de dos a cinco coches una capacidad de hasta 500 pasajeros, siguen una línea marcada en las calles y también tienen tecnología que ofrece la posibilidad de que sean autónomas.
El recorrido en evaluación partiría en la estación Congreso de Tucumán del subte D para llegar hasta el Parque de la Innovación y Ciudad Universitaria. Y desde allí realizar una traza por la costa del río hasta llegar a Villa Lugano.
La idea surgió a la par del proyecto de construcción de nuevos espacios públicos junto al río, como el parque del Vega y el que estará junto a la Reserva Ecológica, junto al desarrollo inmobiliario Costa Urbana, en la ex Ciudad Deportiva de Boca.
Luego, la traza seguiría junto al Riachuelo por barrios como Barracas, Pompeya y Villa Soldati, y no se descarta que pueda usar parte del ya construido Metrobus del Sur, uno de los menos utilizados.
El año pasado, desde la Facultad de Diseño y Urbanismo de la UBA presentaron un proyecto para hacer un tranvía en lugar de la postergada línea F del subte. Es otro proyecto alternativo al de construir más kilómetros bajo la tierra, una idea muy lejana para la realidad económica y financiera del país por el alto costo que representa.
El Tranbus, además, marca un quiebre con el Metrobus como solución de movilidad implementada en la gestión de Mauricio Macri y ampliada durante de Horacio Rodríguez Larreta. Al parecer, la administración de Jorge Macri buscará apelar a proyectos diferentes.
FUENTE: Sebastián Clemente – www.clarin.com