Aunque el cambio climático domina la agenda mundial, no es la única crisis ambiental que enfrentamos: también la pérdida de biodiversidad, el aumento de la contaminación y la alteración de los ciclos hídricos son problemáticas que requieren especial atención.
A través de su estudio Espacio entre tiempo (EET), el arquitecto mexicano y doctor en Urbanismo Gustavo Madrid Vázquez desarrolla proyectos de diseño, planificación e infraestructura con foco en restaurar los ciclos del agua, regenerar ecosistemas y crear comunidades más resilientes para todos los seres vivos que las habitan.
Desde veredas de lluvia que permiten al agua permear el suelo hasta las napas subterráneas y nutrir a los acuíferos hasta corredores verdes para propiciar el aumento de biodiversidad en grandes urbes. Aquí, nos cuenta de qué forma podemos traer estos conceptos a casa.
Living: ¿Cuál es el problema con los suelos de nuestras ciudades?
Gustavo Madrid (GV): Están deshidratados. Ciudad de México, por ejemplo, originariamente tenía 1.500 metros de lagos. Se fueron pavimentando las cuencas y desviando ríos; 40 ríos se desviaron o entubaron, solo queda uno. Los ríos entubados siguen corriendo, pero aislados del suelo, entonces no pueden cumplir su labor de filtración. La interacción del río con el suelo, con las capas profundas y con el acuífero, está rota.
Living: ¿Cómo se puede mejorar esta situación? ¿en qué consisten los “jardines de lluvia”?
GV: El agua que cae del cielo es una riqueza, no puede mezclarse con la que ha sido contaminada. Necesitamos implementar medidas que permitan que ese agua se aproveche. Los jardines de lluvia son una de ellas: se encargan de captar el agua, disminuyendo el riesgo de inundaciones y contribuyendo a su infiltración al subsuelo. Para que funcionen, es bien importante identificar dónde pueden ser más útiles: hay distintos tipos de suelos, conformaciones topográficas y zonas más aptas para este tipo de infraestructura que otras. Es preferible que se realicen en zonas altas o intermedias, porque son en las que principalmente suceden los procesos de captura de agua. En las partes bajas o llanas la capacidad de retención y captura de agua disminuye bastante.
Living: ¿Qué otras prácticas de gestión de suelos y del agua se podrían llevar a cabo?
GV: Las ciudades latinoamericanas deberían separar las aguas pluviales de las aguas negras, esa debería ser la tarea de los próximos 50 años. El tema es que es una obra de infraestructura faraónica. Hasta que eso pueda llevarse a cabo, entre menos agua limpia caiga al drenaje, mejor. Hay medidas que se pueden realizar por menor costo, como pozos de infiltración donde hay bajadas de lluvia para aprovechar el agua para recarga, jardines bien diseñados o cosecha de lluvia con tanques. Si con una colecta de agua de lluvia puedes vivir 3, 4 o 5 meses, esos son meses en los que no usaste agua de la red, ésta permaneció más tiempo en el embalse, permitiste más tiempo de recarga, por ahí más absorción, humectación del medio ambiente.
Living: Y a nivel de los suelos, ¿qué pueden hacer las ciudades para mejorarlos y de esa forma propiciar que den los servicios que pueden dar (aumento de biodiversidad, control de temperatura, etc.)?
GV: Lo primero sería ampliar el área verde. Eso no los hace permeables, pero éstas son más saludables. Hay un tema que tienen las ciudades con el manejo de las hojas que caen de los árboles en otoño: se limpian, cuando ese material debería permanecer en el suelo para que se descomponga y genere nutrientes. Eso es una actividad a la que se le dedica mucho dinero y es muy tonta. Pero son temas difíciles, porque algunas personas siguen viendo a los árboles como amenazas.
Living: ¿Cuáles son las medidas más subestimadas pero efectivas para hacer a las ciudades más resilientes a las crisis ambientales?
GV: Informar. La gente desconoce lo que está pasando y, hasta que no toma consciencia, parece que esto no le alcanza, o que son artilugios políticos. Ahí hemos pecado todos, desde especialistas hasta medios y políticos: somos malos comunicando. Si vamos a temas más técnicos, un factor que se omite mucho es la relación de la ciudad con su entorno. Sobre todo en Latinoamérica somos muy malos para enlazar los territorios urbanos con los naturales, tanto social como ecológicamente, y creo que es una medida urgente. Seguimos perdiendo zonas forestales, y construir un parque público tiene un cierto impacto, pero es limitado si se compara con la pérdida de un kilómetro cuadrado de bosque o la destrucción de un frente de playa.
Cómo hacer tu casa y/o barrio más amable con los ciclos hídricos:
– Privilegiar suelos permeables por sobre pavimentados
– Asegurarse de que el suelo no esté compactado, que el agua penetre
– Recolectar y reutilizar agua de lluvia
– Nutrir los suelos con materia orgánica natural
– Disminuir la descarga de aguas grises a los desagües (por ejemplo, con sistemas de reutilización de agua para descargas sanitarias, biodigestores)
FUENTE: Paula Alvarado – www.lanacion.com.ar