Por primera vez, uno de lugares más misteriosos del Tigre abre sus puertas y ofrece sus habitaciones al público. Se trata del Convento de San Francisco, un lugar icónico fundado en el 1900 por los monjes franciscanos. Un total de 40 hectáreas, envuelven a esta mansión rodeada de bosques y ríos.
Una obra construida por el arquitecto italiano Virgilio Cestari, el mismo que diseñó el pabellón de los elefantes del Zoológico porteño y el imponente edificio del Tattersall del Hipódromo de Palermo. Ocupado por los franciscanos hasta mediados de la década del ’40, tras una gran inundación quedó deshabitado. La misma suerte corrió la fábrica de sidra Real ubicada en las cercanías. Cuando el agua subió más de dos metros, nada quedó en pie.
Durante muchos años el Convento quedó casi abandonado, hasta que la Iglesia decidió venderlo. Una década atrás, un empresario amante del arte y la cultura lo compró. No se fijó en gastos a la hora de restaurarlo.
Demián Gasco, dueño de Senador Dupont, un hotel con restaurante ubicado a 300 metros del Convento, iba desde chico a recorrer sus 30 habitaciones en busca de historias de pasión y misterio. Un día su vecino lo llamó y le ofreció administrarlo como hotel. Junto a su compañera, Silvina De Prado, no lo dudaron. Desde hace menos de una semana, comenzaron a ofrecer cinco de las históricas habitaciones.
Apasionados por la naturaleza y la cultura, bautizaron al hotel con el nombre de Senador por su perro y Dupont por el perro del ingeniero Wolf que en el libro La hierba roja de Boris Vian lo va guiando en su búsqueda de la felicidad. Hace más de dos años que Demian Gasco y su compañera esperan ansiosos entrar para administrar las piezas del reciclado Convento.“El dueño trajo restauradores de Europa, consiguió mosaicos originales, todo quedo tal cual era, desde el roble de eslovenia, hasta la capilla que mantiene intactas las figuras de los santos”, contó Gasco.
Hoteles en el Tigre
Pasar un día en este Convento que es casi un palacio cuesta desde $7000 la habitación doble con vista al río y jardín y los fines de semana, la tarifa aumenta hasta los $12.000. También esta disponible para alquilarlo para fiestas o eventos empresariales. La gastronomía corre por cuenta de Senador Dupont, el hotel que hace más de una década administra esta pareja de buscadores de felicidad.
En la familia Gasco, todos son emprendedores, los grandes visionarios son los padres de Demián. Su madre fue quien descubrió esas tierras en el Tigre y apostó cuando nadie quería ir. La misma que en unas vacaciones en Florianópolis se sentó en un tronco a descansar y descubrió otro lugar que la enamoró y lo compró, hoy es una posada que administra uno de sus hijos. Su esposo, fue el primero en imaginar que podrían hacer un hotel en el Tigre. Luego le transmitió la pasión a su hijo, que primero no quiso saber nada, pero cuando se enamoró de Silvina, ambos no dudaron en que ese era “su lugar”. Don Gasco también es dueño de la parrilla Dante en Boedo, una inversión difícil en época de pandemia.
Silvina es la anfitriona, la que hace sentir a los huéspedes de las 10 habitaciones de Senador Dupont como en su casa. La que organiza las visitas guiadas al Convento y repite las historias que fue reuniendo de sus pobladores. Ambos apuestan al Tigre, organizan desde noches de cena show y toda clase de aventuras y tours para pasar una jornada agradable a una hora de la Ciudad de Buenos Aires.
FUENTE: www.baenegocios.com