A mediados de enero se declaró al edificio de la Società Unione Operai Italiani, de la calle Sarmiento 1364, como Monumento Histórico Nacional.
La noticia es importante, por un lado, porque reconoce el aporte de la colectividad italiana en la Argentina y, por el otro, porque implica una mayor atención en sus condiciones edilicias. Hoy el frente está cubierto por andamios con los que se pretende evitar el desmoronamiento de piezas de la fachada.
Desde 2011 es propiedad de la Iglesia de la Cienciología (su miembro más popular es Tom Cruise y otras figuras de Hollywood), organización que se comprometió a recuperar el edificio y respetar su carácter patrimonial.
Hasta que fue comprado por este culto, el edificio construido en la década de 1880 perteneció a la Sociedad Italiana. Se ejecutó en dos etapas. La primera en los 80 y la segunda durante el Centenario Nacional. Esta última intervención fue realizada por Virginio Colombo, el gran maestro italiano del Art Nouveau, quien desplegó todo su talento en la fachada y en los halls del edificio.
Alejandro Machado es un especialista de la obra de Colombo y desde hace 15 años investiga su legado en Buenos Aires. “El edificio nació como un salón de actos y después lo convocaron a Colombo para hacer la ampliación, que se realizó en varios cuerpos por encima del Salón Augusteo, el ambiente principal”.
Y agrega: “Lo que él hace es sumarle oficinas, casas de rentas y el anexo de una escuela. Esto significa que era muy importante para la comunidad, porque el inmigrante que llegaba tenía alojamiento y se le enseñaba a los hijos a hablar el idioma”.
El flamante Monumento Histórico es representativo del Liberty Floreale, la versión lombarda del Art Nouveau.
Machado señala que este estilo se manifiesta en “la herrería artística, molduras, paños y mansarda a través de cariátides y mascarones femeninos, ramilletes de rosas, querubines, hojas de acanto y el nautilus, una decoración fetiche en Colombo, que representa al molusco que en las curvas de su caparazón muestra la proporción áurea, la expresión matemática de la belleza”.
La fachada, como era habitual en este tipo de edificios de sociedades italianas, aparece como un retablo laico que relata a los transeúntes parte de la historia y las obras de la colectividad.
Con los años, la institución cambió su funcionalidad para convertirlo en un gran centro cultural, donde se difundían diferentes expresiones artísticas de Italia.
El paso del tiempo golpeó fuerte el edificio. A la falta de mantenimiento se sumaron incendios, demoliciones, derrumbes y vandalismos.
Una de las partes más afectadas, especialmente por las figuras decorativas de su techo, fue el salón de actos. Por tal motivo, los nuevos propietarios se ocuparon de obturar el agujero producido por una viga en un derrumbe anterior a la compra y estabilizaron el ala de las viejas aulas, que había colapsado.
El reconocimiento de la Società Unione Operai Italiani es el resultado del trabajo llevado adelante por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.
Este organismo justificó la declaración con el siguiente argumento: “Todo el conjunto edilicio es un testimonio único de dos etapas de la cultura arquitectónica y artística italiana transferida del otro lado del Atlántico: el ‘Risorgimiento’ en el sector de los años 80 y el ‘Novecentismo Liberty” en el frente construido justo antes de la Primera Guerra Mundial”.
La Iglesia de la Cienciología presentó un proyecto al GCBA para su remodelación y recuperación. Los andamios se colocaron para evitar más pérdidas de mampostería mientras se espera la autorización de los trabajos definitivos. Su intención es comenzar cuanto antes e inaugurar esta nueva etapa del edificio en 2024.
FUENTE; Inés Alvarez – www.clarin.com