Gagliardo Arquitectura tiene una búsqueda desde sus inicios: que sus obras abran la mirada hacia afuera, logrando una continuidad entre el espacio interior y el exterior. Para eso es clave que lo que esté fuera sea bueno de mirar y en este caso el nuevo desarrollo inmobiliario que tienen entre manos cumple con creces esa premisa. Se trata de Abra Fisherton, un complejo mayormente residencial que tiene un entorno verde de árboles centenarios y que además cuenta con un valor agregado sin igual: en el terreno se encuentra la histórica casa del fundador del barrio, Henry Fisher, la cual pondrán en valor.
Mientras ultiman todos los detalles y permisos para comenzar a fin de año con la ejecución de la obra, a cargo de la constructora Obring, la noticia hoy es que están prontos a lanzar la comercialización. Esa área central del negocio está a cargo de la firma de Sebastián Lamelas, que es socio de este proyecto estratégico. “En un mes estaremos lanzando la preventa de Abra Fisherton, una opción residencial innovadora, que combina la privacidad de una casa con las comodidades de un edificio moderno”, explicó a suplemento Negocios de La Capital Pablo Gagliardo, director del Estudio que lleva su apellido.
Cómo es Abra Fisherton
Hay tres elementos centrales que hacen que este proyecto sea muy tentador para los rosarinos, sobre todo para quienes ya son habitués de este interesante barrio. Abra Fisherton tiene una ubicación privilegiada, donde todo el ingreso de los propietarios se hará por calle Azcuénaga frente a las tradicionales vías. Está frente al Jockey Club de Rosario, lo cual suma un plus para sus socios y, por otro lado, es un proyecto con una escala muy interesante.
El terreno donde se hará el desarrollo es de 12.500 m2, de los cuales la mitad están proyectados como áreas verdes con árboles centenarios que aportan calidez y frescura. La parte que da hacia calle Azcuénaga es la residencial, son 162 unidades con espacios flexibles muy diversos. Quienes están en planta baja tendrán su propio jardín, mientras que quienes estén en altura cuentan con balcones profundos, algo que está en el ADN de la arquitectura de Gagliardo. Y quienes opten por vivir en los pisos superiores tienen terrazas totalmente verdes.
Los amenities que contempla el proyecto son: piscina semiolímpica y piscina para niños al aire libre con amplio solarium, más una piscina indoor. Área de yoga y meditación, gimnasio, sauna, spa, kinder, laundry, tres SUM con cocina, de los cuales dos tendrán parrillas, además habrá fogoneros y una plaza pet friendly. Para quienes quieran trabajar allí contará con coworking y, como apuntan a un target ABC1, habrá también una estación de carga de autos eléctricos más un car wash.
En lo que respecta al área comercial y corporativa, hay 700 m2 de locales sobre avenida Eva Perón y más de 2.800 m2 de oficinas para subdividir. En esta primera etapa de comercialización todavía no se lanzará esta área ya que se comenzará con la parte residencial. Respecto del ingreso, en este caso será por la avenida.
La casa de Henry Fisher
Fisherton es uno de los barrios más pintorescos de Rosario, nació como un pequeño pueblo inglés en el oeste de la ciudad donde el estilo de su arquitectura estaba muy vinculado al ferrocarril y, claro, a la arquitectura inglesa. Henry Fisher, en 1889, fue director financiero de FFCC Central Argentino y le tocó la tarea de diagramar el pueblo que rodeaba a los ferrocarriles. Años después el pueblo se incorporaría a Rosario y en su honor el barrio lleva su apellido.
Pablo Gagliardo cuenta que Fisher vivía en una pintoresca casona que da sobre Azcuénaga y que está dentro del terreno de Abra Fisherton, por lo cual decidieron incorporarla al proyecto con un uso gastronómico. “Conservamos la casa, los árboles, es muy tradicional, por lo cual la apuesta es conservar la historia llevando el mundo de hoy, viendo como confluye el pasado y el futuro”, explica.
La arquitectura de Gagliardo
Al momento de definir cómo es su arquitectura, Pablo describe que uno de sus distintivos es el hormigón visto y que, por supuesto, será protagonista en Abra Fisherton. “Hace 20 años que trabajo con hormigón, es algo muy natural, noble, que no requiere mantenimiento. Con los años le fui dando otra calidez, con moldes de madera que le dan cierto dibujo de los nudos y eso lo hace más cálido”, explica. Ahora trabajan en redondear las puntas del hormigón, lo que les permite un efecto visual más orgánico. “Ya desde la facultad pensaba en el hormigón visto, ahora hay muchos, pero me acuerdo que en el 2004 me decían que el edificio parecía que no estaba terminado”.
Otro de sus distintivos son los vidrios y ventanales que van desde el piso al techo en sus obras. Esa idea tiene que ver con ese objetivo de abrir los espacios hacia el exterior. “Lo usamos en toda la altura, buscando esa continuidad, por eso estos proyectos se llaman Abra”, explica y se refiere a que están por entregar otro emprendimiento con ese nombre, Abra Funes que son 18 casas de tres dormitorios en la localidad vecina.
Los Gagliardo son una marca registrada en la construcción santafesina. Pablo es hijo de Rubén que creó Obring hace casi 60 años. Hoy son un Grupo diversificado donde Pablo está a cargo de los proyectos privados de arquitectura mientras que uno de sus hermanos Franco, que es ingeniero civil, se especializa en la obra pública. Respecto del futuro, Pablo proyecta: “Me encanta hacer esto, me apasiona, tanto el diseño como el desarrollo, por lo cual seguiré siempre buscando cómo renovarnos constantemente, pensando en la forma de mejorar el hábitat y en que cada vez se pueda vivir mejor”.
FUENTE: María Laura Neffen – www.lacapital.com.ar