El proyecto está ubicado en la Costanera Norte, en el remate de la Dársena F. Desde su implantación, entendimos la importancia que el Centro Cultural Costero (CCC) significaría para la ciudad, un espacio congregador de gente.
Habiendo proyectado anteriormente en el masterplan un edificio de usos mixtos que termina en un semiclaustro comercial, el desafío estaba en lograr una arquitectura que complete la pieza faltante, y que, consecuentemente, funcione como un verdadero nexo entre el río y la ciudad.
Se partió desde la plaza comercial, la cual se eleva topográficamente hasta llegar al nuevo cero del CCC, dejando en su inferior el programa privado.
El público accede por la rampa y llega al hall, cuya transparencia, contenida entre la opacidad de las salas. Si bien el programa se divide en distintos niveles, un gran vacío las unifica, logrando así que todas las actividades recaigan en el hall, el corazón del proyecto.
En su exterior, una gran envolvente metálica y traslúcida abraza todo el programa. Por la mañana, el ingreso de luz solar genera un ambiente más natural, desdibujando el adentro del afuera. Por la noche, las luces del edificio se iluminan como un faro, dejando ver desde lejos lo que sucede adentro.
El recorrido culmina en el anfiteatro que, al integrar el recurso del agua, logra potenciar su función. Así, el remate de la dársena se conforma como un gran nodo social que busca restaurar la conexión río-ciudad.
Comentario de la Cátedra
El curso de Arquitectura IV constituye una instancia proyectual para el desarrollo de programas de gran escala y complejidad. Se pretende que el abordaje de la Arquitectura a desarrollar haga fuerte énfasis en la condición contextual y constructiva; el hecho estético entendido como el devenir de la reflexión profunda de un hecho constructivo.
Donde la estructura resistente condiciona el espacio y establece las leyes en la que se sustentan el resto de las componentes del sistema. Conceptualizando, además, la búsqueda de “lugares” por encima de especulaciones formales. La forma conduce a la experiencia y es vista como el resultado de una exploración constructiva consiente.
Nos interesa que los alumnos formen una postura crítica frente al debate cultural y arquitectónico, tanto al histórico como al coyuntural. Consideramos importante, además, contrastar el conocimiento teórico-académico al de la práctica profesional.
Por ello, en el Taller A+A contamos con la presencia de especialistas en diversas aéreas y especificidades (acústica, estructuras, instalaciones, etc), que enfrentan al estudiante a una dinámica que lo acerca al campo de aplicación real de la arquitectura que propone.
El terreno propuesto para desarrollar este proyecto del Curso AIV, “Conjunto de Edificios de Usos Mixtos y Centro Cultural Costero”, forma parte de un Master plan preestablecido y abordado por todos los niveles del Taller en el entorno de la Dársena F de Puerto Nuevo.
Este trabajo aprovecha, como valor agregado, la oportunidad que brinda el sitio para hacer ciudad, recuperando un sector degradado de la infraestructura portuaria posibilitando volver a vincular al habitante de Buenos Aires con su río.
Las autoras
Romina Marca tiene 21 años y llegó de Perú hace 5 años. Como sabía dibujar, eligió Arquitectura. “Entendí que para mí siempre fue importante pensar en los demás y en las situaciones que podrían desarrollarse en un espacio y son infinitas las posibilidades que te da la arquitectura y la planificación urbana”, razona a poco de finalizar su carrera.
“Me interesa indagar sobre las sensaciones que genera un espacio, y cómo eso influye psicológicamente en una persona. Eso nació con la materia Historia y algunos cursos de psicología que empecé a tomar. Ver el lado sensible de esta profesión es increíble”, asegura. Y cuenta que es parte de “The missing maps’’ una organización que se dedica a poner en el mapa a las comunidades vulnerables.
“Desde el CBC, cada día me gustaba más lo que hacía y, a pesar del cansancio y las trasnochadas, podía notar que estaba disfrutando la carrera”, comparte Rebeca Kim, que tiene 22 años y una familia que llegó al país desde Corea del Sur.
“Lo más interesante y divertido de la arquitectura es entender el carácter profundamente humano que tiene esta profesión. Creo que va mucho más allá de lo estético y el proceso constructivo en sí”, coincide con su compañera. Y cierra: “Si la arquitectura que proyecto y construyo puede generar, por más mínimo que sea, un impacto positivo en la ciudad, entonces se cumpliría mi mayor meta.
Autoras. Rebeca Patricia Kim y Romina Isabel Marca Materia. Arquitectura 4 Año. 2021 Cátedra. Taller A+A Arrese+Alvarez (FADU-UBA) Adjunto. Sergio Richonnier JTP. Francisco Farías Docentes. Mara Steinberg y Juan Manuel Gerez.
FUENTE: www.clarin.com