Distrito Arenales, organizador de Tendencia Arenales y La Noche del Diseño, surgió hace nueve años para potenciar y llevar adelante acciones conjuntas entre los locales de decoración, diseño y arte de la calle Arenales, en Recoleta, y sus transversales.
“¿Qué podemos armar para que el barrio tenga más valor y para lograr una mayor presencia en la ciudad? Así surgió Tendencia Arenales, un evento de un día en el que cada marca arma una instalación y presenta sus productos”, comentó Carolina Constantino, presidenta de la comisión directiva de Distrito Arenales y, además, directora comercial de la galería de arte Praxis.
Cada edición tiene un tema distinto, motorizado por la curaduría específica que también va cambiando año a año. “Buscamos propuestas que den un abanico amplio de posibilidades a cada uno de los socios porque somos muy dispares. Con Silvina Vicente, la curadora de esta octava edición, quisimos que sea la inteligencia sensorial. Unos locales trabajaron un solo estímulo y otros que apelaron a lo multisensorial”, siguió Constantino.
“La calle está muy atravesada por el conflicto. Que haya un evento celebratorio con contenidos de calidad es revolucionario”, agregó Vicente. Contó que cada local anfitrionó un proyecto en dupla con un artista: “eso sucede puertas adentro. Y, además, la calle está atravesada por presentaciones performáticas.
“Con el tema elegido, quisimos volver a poner el centro en uno mismo y en entender que la interfaz más importante que tenemos son nuestros sentidos para poder conectarnos con el entorno y con los demás”, siguió Vicente.
Para explorar lo sensorial, la curadora contó que esta edición incorporó el sentido del gusto a través de la gastronomía y el diseño de las mesas.
El gusto por el diseño
“Simulamos una cocina italiana que rememora las esencias de la infancia de Marcelo Mazza. El chef Martín Molteni preparó unos bocados con notas cítricas y maderas, que representa nuestra esencia en los perfumes. Aprovechamos para presentar todas nuestras colecciones”, explicó Cecilia Zanessi, del equipo de obras de Mazza.
“La cocina es una alquimia de amor que despierta los sentidos. Y en esta edición, la espiga de trigo se hace artesanía y es la encargada de transmitir sabores, aromas y una memoria visual para el impacto”, precisó Agustina Cerato al borde de la puesta escenográfica en forma de mesa creada por Monona Pastificio.
Con Chula Gálvez como pastry chef, Iluminación Agüero colmó el espacio de su local con todas las personas que quisieron probar las piezas lumínicas comestibles.
Tocar y mirar
El tacto se manifestó en varias creaciones. “Nos vimos representados con este sentido, por eso armamos una propuesta con morfología orgánica, con texturas, mucho buclé, cuero tramado y formas que llevan a descubrir el producto por medio del tacto”, expresó Oscar Gil, visual project manager de Fontenla.
Quien hizo de la vista una verdadera explosión fue Sebastián Salazar. Para Salazar Casa convocó a Alfredo Segatori con su “Exabrupto de color”. La obra del artista no solo invadió la vidriera “exabrupteando ferozmente las paredes e interviniendo el mobiliario de un living ambientado por el decorador”. Además, el colorido Bondi Gallery, estacionado en la entrada del local, anunció una performance en la que artistas y público bailaron al ritmo de Chule Bernardo.
Otros ejemplos visuales que vale la pena citar: la Clown Machine de Editions y la vidriera de Fábrica de Luz, desde la que asomaba una bailarina en composé con el blanco de la propuesta al interior del local.
Música, voces y sonidos
Lo auditivo también estuvo presente en varios locales e instalaciones. Muchos con música, la mayoría reproducida y algunos con shows en vivo. Otros, con sonidos naturales como la vidriera de Ascolta, que obligaba a posar los ojos en la nueva poltrona a partir del sonido de un trueno. También la de Rosen, que se convirtió en un teatro a la calle desde un escenario-cama detrás del vidrio.
“Representamos con actores en un dormitorio distintas escenas de la vida cotidiana. Elegimos tanto parejas heterosexuales como dos chicas o dos chicos. Este es el mundo en el que vivimos y queremos ser una marca que represente a todo el universo de la sociedad. Por supuesto que el protagonista fue el colchón”, sintetiza Roberto Barañao, gerente de negocios de Rosen.
El desafio de usar el olfato
No parecía sencillo conectar el olfato. Sin embargo, Pía Fradusco apeló a los “Aromas de la memoria colectiva” mediante la obra de Cecilia Catalín: cuadros olfativos, un ensayo sobre los olores a partir de imágenes de películas y paletas para tocar y oler. “Los cuadros tienen, cada uno, una fragancia distinta. Y en estas paletas, como las de los pintores, podés formar tu propia fragancia mezclando o tocando varios perfumes”, invitó la artista.
Constantino apuesta al crecimiento del Distrito, que hoy suma más de 50 socios. “Tendencia Arenales toma cada vez más volumen. Incluso nos están contactando muchos locales que están del otro lado de Avenida Santa Fe”, concluyó.
FUENTE: Lorena Obiol – www.clarin.com