Según como se mire la foto, en los entornos de la enorme construcción que ocupa la manzana de Carlos Pellegrini, entre Sarmiento, Perón y Pasaje Carabelas, todo sigue igual o peor que más de tres años atrás. El Edificio del Plata permanece vacío, tapiado para evitar intrusiones y acumulando horas de abandono a escasos cien metros del Obelisco y la calle Corrientes. De haberse cumplido la palabra de su nuevo dueño, el Banco Hipotecario, el ir y venir de obreros a cargo de su puesta en valor debería ser una constante pero, hasta el momento, es una noticia que no se puede contar.
Allí, en pleno Microcentro porteño donde las fotos turísticas se suceden sin descanso, también se replican los locales que bajan sus cortinas más temprano de lo habitual para hacerle frente a la inseguridad que, según dicen los vecinos, es moneda corriente.
Lo cierto es que después de las 17, la zona queda prácticamente desierta. Es una postal curiosa teniendo en cuenta que a pocos pasos el tránsito no descansa y la gente va y viene frenéticamente.
“Estamos en picada. Nosotros vamos a pasar estas semanas como podamos, pero es muy probable que arranquemos el año vendiendo el fondo de comercio. La zona queda casi vacía después de las cuatro de la tarde y con el paso de las horas se pone insegura. En los últimos tiempos, al menos tapiaron todo el contorno del edificio así que ya no hay gente viviendo en la zona, lo que generaba mucha suciedad e inseguridad”, contó a Clarín Alicia Benítez, dueña del kiosco de Pasaje Carabelas y Sarmiento. Cuando se hicieron cargo del comercio, el Edificio del Plata ya estaba cerrado, pero ante sus consultas la respuesta fue que en breve se reactivaría y que eso atraería un buen flujo de clientes.
Su vecino Rodrigo, dueño del local de comidas Sabores del Carajo, coincide con el impacto que esa mole oscura e inhabitada genera en el movimiento de la zona. “Estamos surfeando la ola, ¿pero hasta cuándo? Tuvimos que reducir personal y la rentabilidad se complica cada vez más”, se sincera, y reconoce que aunque hasta las 18 el local permanece abierto, por una cuestión de seguridad a partir de las 16.30 le pone llave a la puerta.
El Edificio del Plata, donde el Gobierno porteño tuvo por años varias dependencias -entre ellas la Dirección General de Infracciones y el centro de monitoreo de tránsito- cambió de dueño en abril de 2016. Mediante subasta pública, la propiedad fue adquirida por el titular del grupo IRSA y accionista del Banco Hipotecario, Eduardo Elsztain, tras abonar la suma de US$ 68.114.000. En abril de 2018 fuentes de la entidad confirmaron a este diario que allí se instalaría el futuro edificio corporativo de la banca. También dijeron que la renovación del espacio se iba a poner en marcha en marzo de este año, algo que nunca sucedió.
Entre los cambios que pretendían incorporar en la zona, mencionaban mejoras en el Pasaje Carabelas, sobre el que se volvería a habilitar un acceso al Edificio del Plata. También se iban a crear espacios verdes en altura y a integrar la obra con el entorno. Además, pensaban construir una conexión directa y subterránea con el proyectado sistema de transporte RER, la red de túneles que correría bajo la 9 de Julio, conectando subtes y trenes metropolitanos. Esta mega obra fue anunciada por la Ciudad en 2015, pero hoy se encuentra virtualmente desactivada.
Hasta el momento, y cuando los trabajos en torno al Edificio del Plata deberían ser un hecho, se ve poco movimiento en la zona. “Por momentos van y vienen camiones y obreros, pero no es permanente. Acá, los vecinos, los que viven y los que trabajan, no pueden creer lo que sucede. El edificio vacío oscurece el pasaje y todo se ve como abandonado. La gente en situación de calle pasa de noche y usa la zona como baño público”, cuenta uno de los encargados de un edificio de Perón y Carabelas. Es real, en inmediaciones de los contenedores de basura el olor es penetrante. Por otra parte, como los transportistas y fleteros saben que en la zona casi no hay movimiento, usan las veredas como playa de estacionamiento para sus vehículos.
Fuentes del Banco Hipotecario explicaron a Clarín que desde su adquisición “se hizo un trabajo de reacondicionamiento general. Sin embargo, para avanzar con las obras se demanda una adecuación del título. Pensemos que se trata de un edificio construido hace más de 50 años y que no tenía registrado el plano de obras e incluso, ciertos usos, como la zona de calderas o el estacionamiento subterráneo. Es un tema meramente registral/notarial. Se había iniciado un concurso de arquitectos, pero quedó suspendido por este motivo”.
Es así que en la última sesión legislativa del año se trató un proyecto de ley enviado desde el Ejecutivo para contemplar estos cambios; sin embargo, no avanzó en el recinto. Los legisladores votaron que vuelva a las comisiones para un estudio más pormenorizado.
“Cuando se hace de noche, esto es una boca de lobo. Inseguro y con muy poca presencia policial. A la única que sí ves pasar hasta los feriados, sin falta, es a la grúa que levanta los autos”, grafican desde Kuatro’s Grill, un local de gastronomía venelozana que inauguró a mitad de año en Carabelas y Sarmiento. El negocio ocupó el espacio que dejó liberado otro bar que apenas duró cuatro meses abierto. Así las cosas, vecinos y comerciantes continúan en un eterno stand by.
Un edificio con historia
El Edificio del Plata ocupa una cuadra estratégica de la Ciudad. Fue inaugurado en 1962, donde antes estaba el Mercado del Plata. De ahí su nombre.
Tiene una superficie cubierta de 42.256 m2, repartidos en 9 pisos y 3 subsuelos. Según el Código de Planeamiento Urbano, está en una zona C1 o Área Central, que es la que se destina al equipamiento administrativo, comercial, financiero o institucional a escala nacional, regional y urbana, en el más alto nivel de diversidad y de densidad. Por eso, allí funcionaron, hasta 2016, dependencias del Gobierno de la Ciudad.
El Mercado del Plata estuvo allí desde 1856 hasta 1947. Se creó con la idea de formar una red de espacios para el abastecimiento de la Ciudad, más higiénicos y organizados que los mercados al aire libre en las plazas.
Se lo llamó Mercado Nuevo y en 1859 pasó a ser Mercado del Plata. El proyecto y dirección pertenecía al ingeniero Carlos Enrique Pellegrini, con Pedro Benoit como proyectista, y Enrique Hunt para la construcción.
En 1912 se pensó en reemplazarlo por un edificio de catorce pisos y unirlo con la red de subterráneos. La idea no prosperó y bastantes años después, en 1947, cuando todo el entorno que acompañó al mercado había desaparecido, se procedió a su demolición.
La Municipalidad impulsó la construcción de un nuevo edificio destinado a oficinas de la Municipalidad de Buenos Aires en los pisos altos y mercado en la planta baja. La obras comenzaron pero se paralizaron completamente en 1954, y luego se prolongó hasta 1961.
El nuevo Mercado del Plata fue inaugurado definitivamente el 23 de diciembre de 1962, por el Intendente Alberto Prebisch. Fue tal el retraso de la obra que elMercado terminó desapareciendo al poco tiempo, como otras mercados de la Ciudad.
FUENTE: Verónica Frittaoni/Silvia Gómez – www.clarin.com