Producto de varias gestiones de Estado, aceleradas en los últimos años, y bajo la tutela de la Justicia a partir de la causa Beatriz Mendoza que ya lleva más de 18 años, el Riachuelo volvió a ser formalmente navegable. La semana pasada se realizó el primer viaje entre Puerto Madero y La Boca. En este hito fue clave la Autoridad de Cuenca Matanza–Riachuelo (ACUMAR), el ente autárquico encargado por mandato de la Corte Suprema para sanear el espejo de agua, que supo ser uno de los más contaminados del mundo. Este jueves se llevará adelante una audiencia pública con el propósito de extender el circuito navegable unos 1500 metros más.
Tiempo dialogó sobre los próximos desafíos de la ACUMAR con el abogado Federico Gatti Lavisse, titular de la Dirección General Ambiental del organismo. Sostiene que el principal problema no son las industrias contaminantes sino la falta de cloacas, y se esperanza con que pueda potenciarse el turismo en la zona y eso genere mayores incentivos para los desarrollos que aún están pendientes: «La idea es que la gente que llega hasta Caminito pueda disfrutar de una vista sobre el Riachuelo, que es inigualable, con muchas barracas históricas».
“Desde joven fui militante en organizaciones ambientalistas por lo cual de una forma u otra estuve siempre relacionado con la industria y con los temas ambientales”, resume el especialista quien también fue Director Nacional de Desarrollo Sustentable de la Industria en la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo y Jefe de Gabinete en la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad, entre otras funciones.
-¿Cómo se llegó a la navegabilidad del Riachuelo?
–Esto arranca en el 2011, cuando el Juzgado Federal N° 2 de Morón, que mantiene el control de ejecución de la sentencia de la Corte Suprema, dictaminó la suspensión preventiva y temporal de la navegabilidad a los efectos de facilitar la limpieza del espejo de agua, que no era regular y había mucha suciedad sobrenadante. El Camino de Sirga estaba bastante invadido por personas e incluso industrias; no se podía transitar libremente; había arrojo de residuos en las márgenes; no había sistema de limpieza; y había barcos hundidos y demás objetos contundentes que impedían y dificultaban la navegación.
-¿Eso ya no es así?
–Con los años se implementaron estudios de calidad de agua, de sedimentos, se empezó a liberar el Camino de Sirga, a relocalizar familias, y se trabajó en un sistema continuo hasta tener una limpieza diaria. Hoy tenemos casi todo el Camino de Sirga liberado, queda un resto muy chiquito en el Meandro de Brian, y los barcos hundidos y demás objetos fueron removidos. En el 2019, el Consejo vota unánimemente instruir a la presidencia a que inicie los trámites para levantar esa suspensión desde Cuatro Bocas hasta Barraca Peña. En el 2022 se llamó a una audiencia pública, a raíz de un pedido al juzgado del Ministerio de Turismo de Nación, conjuntamente con el Centro de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires, para que levante la restricción de navegación hasta el transbordador Nicolás Avellaneda. Esa audiencia pública fue mayoritariamente favorable y ACUMAR acompañó. El juzgado en el 2023 autoriza esa navegación y tras los permisos de la Administración General de Puertos, Prefectura, el Juzgado y Acumar se termina inaugurando este primer viaje.
-Y ahora se busca extenderlo…
–Este segundo tramo, desde el transbordador hasta Barraca Peña, es para embarcaciones más chicas, de 15 a 20 pasajeros. La idea es que la gente que llega hasta Caminito pueda disfrutar de una vista sobre el Riachuelo, que es inigualable, con muchas barracas históricas, el propio Museo de Barraca Peña es un lugar muy lindo para visitar. Y así también conocer los avances que se vienen desarrollando en la Causa Mendoza, en cuanto a la limpieza, liberación del Camino de Sirga, control industrial, forestación, la reaparición de especies de aves…
-Sería una de las pocas políticas de Estado que perduran en el tiempo…
–Más allá de los aciertos y errores de cada gestión, como los hemos tenido todos, se han mantenido ciertas políticas inalteradas en el tiempo, donde hemos priorizado el acuerdo y el desarrollo de objetivos comunes: la limpieza de márgenes; la obra del colector margen izquierdo, que vamos por el cuarto mandato presidencial desde la gestión de Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y ahora Javier Milei, todos vienen trabajando con estas obras. Sí, son políticas de Estado que van trascendiendo las gestiones, coordinadas con gobiernos locales.
Riachuelo, audiencia, industrias y cloacas
-¿En qué consiste la audiencia del jueves?
–Como toda audiencia pública de este tipo, no es vinculante. Uno hace esta propuesta, un documento de consulta que explica por qué pedimos esa suspensión preventiva y se espera que los participantes den su parecer. Pueden oponerse, aceptar parcialmente algo, o generar alternativas. Como funcionario, recolectamos esas opiniones para poder mejorar el proyecto, o en todo caso ver que no hay aceptación social y retirarlo. Entiendo que va a ser aceptado, vamos a tener inquietudes, obviamente, pedidos de modificación o mejoras, e intentaremos ir tomando esas opiniones.
-¿Cuáles son los pasos a seguir?
–Al término de la audiencia se reciben todas esas inquietudes, consultas, sugerencias, se elabora un documento y se informa al juzgado. Acumar tiene por normativa que hacer dos audiencias públicas por año y esta es la primera de 2024. Como área técnica, ese documento que ya tiene informes técnicos y sociales, es fortalecido con más datos duros, explicando al juzgado por qué creemos que esta navegación es posible y que no afectaría al medio ambiente, y en caso de que así fuese, obviamente estamos obligados a suspenderlo o a tomar las consideraciones pertinentes.
-¿Cuáles son las obras pendientes para frenar la contaminación?
–Uno asocia la contaminación exclusivamente a las industrias, pero esto no es así. El mayor foco de contaminación es la falta de cloacas, que termina en pozos, va a la napa y aguas subterráneas; o en pluviales y arroyos, que termina en el Matanza-Riachuelo. Esa es la mayor carga orgánica que está contaminando hoy. Esa carga es tan alta que genera que no haya oxígeno en el agua e impide que cualquier vida se pueda desarrollar. Por eso primero hay que dejar de contaminar. Eso se viene desarrollando: desde el punto de vista industrial, con controles y planes de adecuación. Los números nos muestran que las industrias están contaminando menos. Estos procesos son largos porque son inversiones millonarias. Hay empresas que han invertido más de 10 millones de dólares en plantas de tratamiento y que siguen avanzando en estas mejoras continuas.
-¿Y el problema de las cloacas se resolvería con el colector margen izquierdo? ¿Cómo están esos trabajos?
–Es una obra que empieza a resolver el problema, aunque no lo resuelve totalmente porque ya está terminado con su conexión a la planta de Dock Sud por abajo del Riachuelo, pero todavía tiene un faltante muy chico; y el emisario que va a mandar la disposición de esa planta al Río de la Plata, de 14 kilómetros, también está terminado. Por lo cual, cuando eso suceda, las cloacas máximas que hoy salen de la Ciudad de Buenos Aires y pasan por la provincia de Buenos Aires, por zona sur, van a ser desviadas en una gran parte hacia la planta de Dock Sud y esto va a generar mayor capacidad de conexión cloacal, facilitando que la gente se pueda conectar luego.
Desafíos
-¿Qué otra obra está pendiente?
–El Parque Curtidor de Lanús también está en obra. Se espera que allí se muden las curtiembres de la zona sur con una planta única de tratamiento que va a mejorar la descarga de estas curtiembres.
-¿Cuáles son los principales desafíos o ejes de la gestión?
–Primero, seguir con las obras que están en marcha. Se necesita un compromiso más fuerte también de los gobiernos locales. El tema de los residuos, que es muy complejo, donde Acumar históricamente ha acompañado, fortaleciendo con la entrega de equipamiento y capacitaciones. Terminar las relocalizaciones; y seguir con el control industrial y que las industrias terminen sus planes de reconversión. Estimamos que en el próximo año va a haber varias industrias con posibilidad de salir de la situación de agente contaminante, gracias a las inversiones que vienen desarrollando y las técnicas que están aplicando. Queremos demostrar que es posible que haya una actividad turística, recreativa, que empieza a desarrollarse sobre el agua, que va a atraer a más personas hacia ese entorno, va a generar mayores puestos de trabajo, y obviamente va a mejorar la calidad de vida de las personas del lugar.
-¿Cómo viene la relación con la Provincia y los municipios?
–Como ente interjurisdiccional está compuesto por representantes de Nación, Ciudad y Provincia. La relación con ellos es diaria y también por los consejeros de los municipios. Tenemos una dirección de Consejo y realizamos requerimientos, consultas, de constante ida y vuelta. Por ejemplo, coordinamos los controles en las industrias o el retiro de los residuos. Es continuo el trabajo.
-¿Los recortes del gobierno cómo impactaron en ACUMAR?
–Es como en la economía de cada uno. Lo importante es cómo gastás, no solo tener un presupuesto, sino ejecutarlo eficientemente. Creo que estamos siendo todos más eficientes en el gasto del presupuesto público. Hay cosas que quizás ACUMAR no sé si debió haber hecho, pero por lo pronto capaz que estaba excedido en algunas cuestiones y hoy estamos ajustándolo y trabajándolo para que lo que tenemos, y lo que cada uno pueda aportar, mejore la calidad de vida de la gente. Creo que el mayor logro es eficientizar la ejecución presupuestaria. En ese sentido estamos: en detectar posibles desvíos, en gastos que quizás no eran necesarios o no cumplían con la manda judicial.
-¿En un futuro puede haber gente nadando en el Riachuelo?
–Es algo que no creo que suceda, por lo menos en la parte baja. Es un río urbano, donde viven más de 4.500.000 de personas con una complejidad inmensa. La pisada social en el territorio es muy grande como para pensarlo en el mediano y largo plazo. Podría ser factible el día que tengamos todas las construcciones de cloacas, no haya asentamientos precarios y un desarrollo económico atrás. Hay un déficit todavía muy grande en infraestructura social que no se va a resolver rápidamente y requiere mucha plata en inversiones para expandir las redes de agua y cloacas. Apenas tenemos un avance del 54%. Una vez que la red llegue, la gente debe conectarse y eso también tiene un costo.
FUENTE: Federico Trofelli – www.tiempoar.com.ar