Gabriel Ducrey vive cerca de la estación Belgrano R y es un fanático de los liquidámbares. “Tengo dos en mi vereda y tres del lado de enfrente que puedo ver desde mi comedor diario. En otoño tienen una transformación de las hojas espectacular: pasan del verde, al amarillo y al rojo. Yo las junto y las llevo para casa: me encanta usarlas de señalador. Otro árbol que visito seguido es un rhus que está en Superí entre Virrey del Pino y La Pampa: en otoño se pone tremendamente rojo y es hermosísimo”.
Los vecinos de Balvanera , en cambio, aprecian otros aspectos, pero nada relacionado con los árboles: “Me gusta estar superconectada con el transporte público, poder llegar a mi trabajo en el centro en diez minutos o si salgo de after office volver a casa en un segundo -dice Juliana Sartori, que vive en Ayacucho y Lavalle-. Pero hay tanto cemento que abruma: las calles parecen más angostas y no tienen nada de verde”.
Los vecinos de Núñez, Belgrano y Colegiales son los más beneficiados en el ranking de sombra verde de la ciudad: en la comuna 13 las copas de los árboles cubren más del 50% de la superficie. La contracara son los que viven y circulan por Balvanera y San Cristóbal, donde la cifra desciende al 11,16%.
Para calcularlo, la subsecretaría de Planeamiento porteño relevó con fotografías aéreas digitales toda la superficie de la ciudad y analizó qué porcentaje está cubierto por las copas de los árboles. Esa cuenta arroja que la ciudad de Buenos Aires tiene el 30,85% de cobertura arbórea, un número para nada despreciable si se tiene en cuenta a otras ciudades censadas en Treepedia, un sitio que mide las copas de los árboles a través de Google Street View y así elabora un índice de “vista verde” (green view, en inglés). Eso sí: esta medición no es satelital si no a partir de la percepción que puede tener una persona desde la calle. Allí está registrado que Nueva York tiene el 28,13% de cobertura y Sydney el 25,9%. La mejor rankeada de las 27 ciudades evaluadas hasta ahora -y que aún no incluye a Buenos Aires- es la ciudad de Tampa, en EE.UU., con el 36,1%.
En sus 203 km2, la ciudad de Buenos Aires tiene unos 431.326 árboles. El 85% está en la vía pública; los restantes se distribuyen entre parques, plazas y jardines. Los datos provienen del Censo del arbolado viario y de espacios verdes de la Ciudad 2017/2018, que acaba de finalizar la Secretaría de Atención y Gestión Ciudadana. El último censo databa de 2010/2011.
Nuevos ejemplares
En los siete años que pasaron entre ambos censos se plantaron 6887 nuevos ejemplares y se reemplazaron 27.137 que estaban secos, tenían riesgo de caída o fueron derribados por tormentas. A fines del año pasado se plantaron otros 7083 nuevos árboles pero no quedaron incluidos en el censo.
Dentro de los ganadores están la comuna 12 (Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón), la 11 (Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita) y la 14 (Palermo): cada una sumó más de 2000 ejemplares. En cambio, la comuna 2 (Recoleta) perdió unos 312; la 9 (Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda), 971; y la 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano), unos 5760.
Desde la Secretaría de Atención y Gestión Ciudadana explicaron que las comunas 8 y 9 se vieron muy afectadas por un tornado que, en 2012, derribó más de 4000 árboles, en un sector que sufre las tormentas que ingresan por el oeste de la Capital. Sobre Recoleta detallaron que los árboles perdidos se relacionan con la obra del Paseo del Bajo, que tomó una porción de terrenos entre la comuna 1 y 2, y que serán reforestados.
Según Facundo Carrillo, secretario de Atención y Gestión Ciudadana, con la información que se recabó en el censo se podrá mejorar la planificación para incrementar y diversificar el arbolado urbano.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que haya un mínimo de un árbol cada tres personas en entornos urbanos. Según el último censo, para un total de 2.890.151 de porteños, hoy hay un árbol cada 6,7 vecinos. Al respecto, Carrillo cree que medir la relación entre árboles y personas no tiene demasiado sentido porque los hay de muy distinto tamaño e importancia. Y que, de ser rigurosos con la relación persona/árbol, en Recoleta debería haber un árbol pegado al lado del otro, algo impracticable.
De acuerdo a los cálculos de su área, en la ciudad hay espacio para ubicar unos 440.000 árboles: ochavas, paradas de colectivo y garages limitan el espacio en la vía pública. Hoy existen unas 18.764 planteras vacías, listas para ser utilizadas. Otras 9027 están subocupadas con especies pequeñas como arbustos y herbáceas, y unas 2828 están cerradas y deben ser recuperadas. Para 2019, tienen previsto plantar unos 12.000 nuevos árboles.
“No habría forma de sumar un millón de árboles”, dice Carrillo, y destaca que ponen especial foco en custodiar los que ya existen. “Las constructoras quieren sacarlos. Un árbol no es un poste que simplemente se mueve, es un esfuerzo de todos. Por otra parte, el arbolado urbano es patrimonio de la ciudad y la ley pone excepciones muy claras para poder retirarlo”, agrega.
La mayor parte de las intervenciones que se hacen a pedido de los vecinos tienen que ver con ramas que tapan luminarias o que ingresan a una propiedad. Según explica el funcionario, el 90% de los pedidos que llegan a través del 147 (por teléfono o a la app) o bien a la web de la Ciudad se resuelven dentro de la semana. Cada solicitud es revisada por un ingeniero ambiental, que determina qué se debe hacer con el ejemplar.
Amplia variedad
El censo 2017/2018 reveló que hay una enorme variedad de árboles en la ciudad: son 423 entre especies de hojas grandes, coníferas, arbustos y otras tipologías. La gran versatilidad botánica tiene que ver con los ejemplares exóticos que los vecinos plantan en sus frentes. Dentro de las rarezas, se destacan unas 5000 palmeras en la vía pública, que no son habituales de estas tierras. Y una especial predilección por los ficus, que son la tercera especie más presente en las calles, y que desde la secretaría desaconsejan plantar.
“No se sabe hasta dónde termina de crecer, tiene raíces superficiales que afectan cañerías, una poda complicada y troncos conflictivos”, dice Jorge Fiorentino, gerente de Mantenimiento del Arbolado de la ciudad. En cuanto van perdiendo vitalidad, los ficus y otras especies no permitidas en las calles son reemplazadas progresivamente por otros más aptos.
El árbol más presente es el fresno rojo americano, que alcanza un 36% del total. Lo sigue el plátano, con el 8,77% y el mencionado ficus, con 6,49%. En los siguientes escalones siguen los tilos, paraísos y los jacarandás. Lo recomendado es que ninguna especie supere el 10% del total para fomentar así la biodiversidad y evitar que una potencial plaga las elimine a todas juntas. Con ese espíritu, las especies que más crecieron desde el último censo fueron el liquidámbar, el jacarandá y el crespón.
FUENTE: lanacion.com.ar