El Mercado de San Telmo atravesará el año de su 125° aniversario en obra: restaurarán su fachada para dejarla tal como era cuando fue inaugurado, en febrero de 1897.
El Gobierno porteño llamó a una licitación para ponerla en valor con trabajos de limpieza, retiro de elementos no originales y la reposición de los ornamentos que se perdieron. La inversión prevista es de casi 31 millones de pesos.
La fachada del Mercado de San Telmo es de estilo neorrenacentista italiano, con arcos de medio punto y orden toscano que albergan locales con acceso directo desde la vereda, que hoy son bares. Los pusieron para generar una especie de barrera para conservar el aire fresco en el interior del edificio.
De acuerdo al llamado a licitación, publicado en el Boletín Oficial de la Ciudad por el Ministerio de Espacio Público porteño, la intervención se hará con un criterio de conservación e incluirá tareas de limpieza y protección. Además, se instalará un nuevo sistema de iluminación para jerarquizar los elementos más significativos de la fachada.
El objetivo, en tiempos en que el Mercado vuelve a brillar como polo gastronómico, es recuperar el diseño original del arquitecto Juan Antonio Buschiazzo, autor del proyecto del edificio.
Por eso se quitarán de la fachada todos los elementos no originales que la fueron alterando a través de los años. También van a recuperar las terminaciones y a reponer los elementos ornamentales perdidos, además de reparar y conservar los existentes, verificando su estabilidad. La restauración también incluye la reposición de revoques desprendidos, el sellado de fisuras y grietas y el tratamiento de carpinterías y herrería artística.
La apertura de los sobres de la licitación será el 30 de diciembre. El plazo previsto para la ejecución de la obra es de cinco meses. El presupuesto oficial para llevarla a cabo asciende a $ 30.746.513,67.
“Estamos trabajando para poner en valor uno de los lugares más tradicionales y emblemáticos del Casco Histórico porteño, para que los todos los vecinos y vecinas puedan disfrutar del patrimonio histórico y el paisaje urbano”, dijo Clara Muzzio, la ministra de Espacio Público de la Ciudad.
Los planes para revitalizar el entorno del Mercado
El Mercado de San Telmo es Monumento Histórico Nacional desde el año 2000. La restauración de su fachada forma parte de un plan para revitalizar el entorno de la Plaza Dorrego, que se desarrollará entre el año próximo y 2023.
En una primera etapa se trabajará sobre la calle Bolívar, entre Independencia y Juan de Garay. Repararán las veredas y las nivelarán con la calzada, además de incorporar farolas históricas y bolardos nuevos. En los tramos que están asfaltados se pondrán adoquines.
También está previsto volver a adoquinar Humberto I y Carlos Calvo, entre Bolívar y Perú. Y en ambas calles y en Estados Unidos, entre Perú y Defensa, van a reparar las veredas y el adoquinado, además de sumar farolas y enredaderas Santa Rita.
De centro de abastecimiento de víveres a polo gourmet
El Mercado de San Telmo fue construido por encargo del empresario José Ocantos, que quiso hacer un centro de abastecimiento de víveres para la incipiente población de inmigrantes que se afincaba en la zona. El proyecto pertenece al arquitecto Buschiazzo y la obra estuvo a cargo de Moliné Hermanos.
El edificio conserva su estructura interna original, formada por vigas, arcos y columnas metálicas, que en gran parte fueron importados desde Alemania. Sus techos son de chapa y vidrio y en el centro hay una gran cúpula.
Inicialmente, el único acceso era por la esquina de Bolívar y Carlos Calvo. Más adelante, el edificio fue ampliado y se sumaron dos nuevos ingresos por las calles Defensa y Estados Unidos.
Pero el Mercado, que es una propiedad privada, sufrió modificaciones en sus usos a lo largo de su historia. En los 90, se instalaron varios anticuarios que antes alquilaban locales sobre la calle Defensa. Así empezaron a convivir con las verdulerías y carnicerías, entre otros puestos tradicionales.
En los últimos años se sumaron locales gastronómicos, como cafés de especialidad y restaurantes que reversionan clásicos como el choripán, que le dieron un perfil gourmet.
Durante las restricciones por la pandemia, algunos de esos locales cerraron y cobraron fuerza los puestos de venta de alimentos. Pero en los últimos meses resurgieron para recibir a un público ávido de salidas y encuentros después de tantos meses de encierro.
FUENTE: Nora Sánchez – www.clarin.com