Desde hace bastante tiempo, el Consorcio del Puerto Mar del Plata se encuentra en el ojo de la tormenta. Como si fuera poco, en los últimos días, la inacción de los funcionarios a cargo llegó a los puntos más críticos. Claro está, cuando la política y los acuerdos se imponen a la gestión, el combo entre la desidia del Consorcio con la estatal, acaba por generar graves problemas para la ciudadanía.
El derrotero de una gestión signada por el abandono acabó con una crisis ambiental que bien podría haberse evitado. En ese sentido, todos los cañones apuntan a Martín Merlini, presidente del Consorcio Puerto Mar del Plata. Tal como detallo La Tecla Mar del Plata (www.lateclamardelplata.com.ar), Merlini, con estrecha relación de amistad con el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, es uno de los varios hombres que el funcionario ubicó en áreas menores del Gobierno.
Vale remarcar que, “Guillo”, en los últimos días, demostró una cintura política más que llamativa al realizar una serie de salvatajes a funcionarios que fueron despedidos por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y él rescató para reciclarlos en Transporte. Uno de ellos fue Javier Iguacel, ex director de Vialidad, devenido a subsecretario de Energía y ahora en Ferrocarriles tras recibir la soga salvadora de Dietrich.
Claro está, el vinculo político de Merlini no sólo está sostenido por el titular de la cartera de Transporte, sino que tiene banca desde el distrito. Fiel “voluntario” del PRO local, recibió el acompañamiento del titular del partido amarillo y hoy diputado nacional, Juan Aicega; además de Marcelo Lobbosco, interventor del Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero (INDEP).
El tridente de padrinos políticos le sirve al titular del Consorcio del Puerto Mar del Plata para moverse en las sombras y hacer gala de la pereza. Por caso, la crisis ambiental que acabó con 40 mil litros de desechos tóxicos vertidos a cielo abierto, no es el único punto en crisis de la gestión Merlini.
Entre sus palmares, cuenta con la pérdida del Código Internacional para la Protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias (Código PBIP) por la ausencia de obras en el Puerto. Dicho código es una norma de seguridad clave para la operación en la terminal fluvial. Todo, mientras destinó varios millones de pesos para realizar una pasarela.
En ese marco, Merlini no se encuentra en soledad como responsable político de una grave crisis que se prolonga y despierta la preocupación de los trabajadores portuarios que ven un horizonte oscuro para la actividad. Desde la órbita estatal, Rodrigo Silvosa, titular de la subsecretaría de Puertos e Industria de la Provincia, es el principal apuntado por la inacción como resultado de una burda interna con el ministro de Producción, Javier Tizado.
Enfrentado con el mandamás de la cartera, Silvosa, que fue reciclado en el puesto luego que Roberto Gigante lo desplazó de la Subsecretaria de Hidráulica, olvidó el Puerto Mar del Plata. “No mueve una ficha, no levanta un teléfono. No le importa lo que pasa”, sostienen desde la política marplatense en relación a la pereza de Silvosa. Pero eso no es todo.
No sólo Merlini y Silvosa hacen gala de la negligencia para cumplir con sus cargos y desde el Organismo Provincial de Desarrollo Sostenido (OPDS), no se quedan atrás. Es que, el encargado de la Dirección Provincial de Control Ambiental, no es más que uno de los tantos cargos que Sergio Massa negoció con María Eugenia Vidal a la hora de ser “oposición con gobernabilidad”.
En definitiva, en el área se encuentra como responsable Néstor Pulichino, uno de los hombres del Frente Renovador de la Tercera sección, quien llegó a ser concejal en Esteban Echeverría y también fue precandidato a Intendente. Por caso, cuando pasó a la órbita provincial, lo hizo como asesor externo de Ricardo Pagola, quien era el secretario del OPDS. Hoy, el massista, trepó en el organigrama y se convirtió en funcionario de Cambiemos.
Así, la prioridad de los acuerdos políticos a la hora del reparto de cargos se impone como los factores de la grave crisis que vive el Puerto Mar del Plata. Los funcionarios puestos a dedo no cumplen la media y la desidia queda en evidencia.
La crisis ambiental
Lejos de la imagen que el gobierno de María Eugenia Vidal busca de las playas marplatenses, la Playa del Puerto otorgó un escenario triste. Es que, el último fin de semana, los guardavidas que cumplen funciones allí advirtieron un fuerte olor nauseabundo en la zona y presencia de líquidos amarillentos, por lo cual dieron aviso a la Prefectura.
De acuerdo a la reconstrucción realizada por La Tecla Mar del Plata (www.lateclamardelplata), el olor y los líquidos pertenecían a uno de los tanques de desechos en la ex Moliendas del Sur, empresa abandonada desde 2014. En rigor se trata de una fuga de tanque de 40 mil litros que fueron a parar a las inmediaciones y al mar a través de un desagüe pluvial. Un desastre climático de gran tenor.
En definitiva, el líquido sería aceite de pescado podrido por el deterioro temporal. La concentración del líquido y el sol que da a los tanques, hacen que los mismos tengan una acidez muy elevada y esa acidez lo hace corrosivo, por lo que el impacto ambiental es aún más relevante.
Con dicho panorama, LaTecla.info se comunicó con el OPDS y la Dirección Provincial de Control Ambiental, quienes aseguraron que la responsabilidad corresponde al Consorcio portuario. Inclusive, remarcaron que desde octubre de 2018, Merlini debía presentar un protocolo de limpieza de los tanques que finalmente cedieron y vertieron sus líquidos en la costa.
A la Justicia
Los mismos guardavidas que se desempeñan en la Playa del Puerto fueron los encargados de realizar la denuncia pertinente ante la Justicia Federal. A su vez, fueron los trabajadores los encargados de colocar cartelería para advertir a los turistas la contaminación que se mantiene desde las primeras horas del último domingo.
Entre los diferentes puntos de la denuncia, informaron que la única acción realizada por el Consorcio que conduce Merlini fue tapar con arena y aserrín la zona afectada. Claro, la maniobra buscó bajar el nivel de acidez de los desechos y aguardar que siga su curso natural hasta ser solamente un recuerdo malo. Mientras, cientos de turistas quedaron expuestos a los desechos tóxicos producto de la desidia del trío Merlini, Silvosa y Pulichino.
FUENTE: www.latecla.info