En febrero de 2020, la empresa uruguaya que administra el shopping OH! La Barra de Punta del Este, ganó la licitación y se quedó con la concesión del ex Buenos Aires Design. Sus planes: hacer OH! Buenos Aires, el centro de entretenimientos que le faltaba a la Ciudad. Un mes después, la pandemia de coronavirus se instaló en la agenda y empezó la cuarentena.
En Hatzlajá S.A., la nueva concesionaria, vieron a esta emergencia sanitaria como una oportunidad. La de hacer desde cero un centro de diversiones, compras y gastronomía “anti Covid”. Empezando por el cumplimiento de uno de los puntos básicos del protocolo para prevenir contagios de cualquier tipo de virus: contar con ventilación natural.
Los antecedentes son claros. Cuando todos los otros shoppings estaban cerrados, el Distrito Arcos pudo reabrir antes y continuar trabajando porque todos sus locales dan a un espacio abierto, al aire libre.
El arquitecto Gabriel Levy, del grupo desarrollador Hatzlajá y gerente del proyecto OH! Buenos Aires cuenta: “La pandemia nos hizo replantear el proyecto y su sustentabilidad. Hemos planeado un edificio abierto. Creamos cuatro patios que se comunican desde la terraza del Centro Cultural Recoleta hasta el subsuelo, por lo que todos los niveles tienen corrientes de aire y ventilación natural. No va a haber un aire acondicionado central”.
Y agrega: “El proyecto ya fue aprobado por Patrimonio. Y acabamos de presentarlo a la Dirección General de Interpretación Urbanística del Gobierno de la Ciudad. Calculamos que el trámite de los permisos nos va a tomar tres meses y que la obra podría empezar entre el último trimestre de este año y el primero del próximo”.
El proyecto fue diseñado por el estudio Bodas, Miani, Anger (BMA).
El cambio principal con respecto al proyecto original es que, en vez de hacer una lucarna, dejarán a la parte central del edificio sin techo. Así, sus dos plantas, subsuelo y terraza serán espacios aireados. “Cuando llueva, el agua va a entrar y llegar hasta el subsuelo, donde habrá vegetación y árboles que la recibirán. Y esa agua va a recircular”, detalla Levy.
El público va a caminar por espacios techados, pero ventilados naturalmente porque todos darán a ese otro gran espacio abierto.
En Hatzlajá les gusta decir que va a ser un edificio “Covid free”. Además, va a tener cámaras térmicas, controles y puestos de lavado de manos.
Del plan original, se conserva la idea de hacer un gran acceso vidriado, similar al del Museo del Louvre o al del local de Apple de Nueva York.
“Se va a hacer una modificación estructural en el edificio, pero el concepto del proyecto se mantiene intacto. Va a ser un centro comercial para la familia, con entretenimiento, gastronomía y algo de retail (comercio minorista). Y el edificio donde estaba el Hard Rock Café va ser para coworking. La idea es crear una sinergia entre el coworking y los servicios del centro comercial”, anticipa Levy.
El sector de gastronomía principal va a estar en la terraza, la misma ubicación que tenía cuando estaba el Buenos Aires Design. Aunque habrá más negocios del rubro distribuidos en el edificio, que tendrá un total de 100 locales comerciales.
En donde antes estaba el auditorio, habrá juegos mecánicos, de realidad virtual y e-gaming. Por otra parte, un sector será destinado a un mercado de 1.500 m2. Y habrá 600 cocheras.
“Por un lado, la pandemia nos mejoró el concepto, por el otro tuvimos demoras por trabajar en forma remota. Pero pudimos cumplir con los tiempos”, sostiene Levy.
Se trata de una inversión de 13 millones de dólares. La empresa, según Levy, espera inaugurar una primera etapa en julio del año que viene, con el paseo gastronómico en la terraza, el edificio de coworking y el centro de entretenimientos del auditorio terminados. La segunda etapa se habilitaría en julio de 2023, con los dos niveles inferiores.
“El 30% de los locales ya están reservados”, asegura Levy.
El 18 de junio pasado, Hatzlajá y el Gobierno porteño firmaron el contrato para el traspaso del centro comercial. La adjudicación se firmó por los próximos 15 años, con opción a otros 5. La empresa pagará $ 5.779.220 millones de mensuales.
“Creemos que la pandemia nos jugó a favor, porque nos permitió replantear el proyecto, nos dio el tiempo para diseñarlo día a día, cuando otros tienen que adaptarse por completo -sostiene Levy-. Y nos gusta más como queda. No va a ser un edificio cerrado, sino uno bioclimático, con mucho verde”.
FUENTE: Nora Sánchez – www.clarin.com