El gobierno porteño avanza en la colocación de nuevas rejas en la Plaza de Mayo para reemplazar las vallas antidisturbios instaladas en 2001, transformadas en paisaje permanente del espacio verde, en medio de críticas de especialistas en patrimonio.
El cerco cruza transversalmente desde Hipólito Yrigoyen hasta Rivadavia, por detrás de la Pirámide de Mayo. Mediante portones y paneles móviles, permitirá impedir el acceso a pie a la Casa Rosada y cortar el tránsito a la altura del eje de las calles Defensa y Reconquista por cuestiones de seguridad.
“Estamos recuperando la Plaza de Mayo tal como era a mediados del siglo pasado”, explicó el ministro Eduardo Macchiavelli quien destacó que, por su utilización cotidiana, la de Mayo es una plaza seca ya que “se usa para las grandes concentraciones y festejos, pero también al mediodía se llena de oficinistas que vienen a almorzar”.
Polémica y cuestionamientos
Sin embargo, desde el Observatorio del Derecho a la Ciudad, explicaron que la Plaza está protegida por normativas específicas del Código de Planeamiento Urbano, que establece que en ese espacio “sólo se permitirán trabajos de conservación y mantenimiento de los elementos preexistentes” mientras que “todo proyecto modificatorio deberá contar con visado previo del Consejo y aprobado por Ley”.
Dado que el Legislativo porteño no aprobó ninguna normativa, desde varias entidades consideran que el Ejecutivo violó el Código de Planeamiento.
La intervención modificó el ancho de veredas, niveló el solado de Balcarce con la explanada de la Casa Rosada, eliminó los cordones de granito reemplazándolos por cemento y cambió los pisos colocando mosaico granítico no permitido.
Por otra parte, plantaron una nueva hilera de árboles, arbustos y plantas ornamentales, mientras han desparecido piezas históricas, se ha cambiado el mástil y removido las baldosas donde estaban impresos los pañuelos blancos que mostraban el lugar por donde, en forma incansable, las Madres de Plaza de Mayo efectuaron sus rondas semanales.
La ONG Basta de Demoler, por su parte, aseguró que “lamentablemente el gobierno continúa agregando elementos en forma ilegal. Esto se debe a que nunca presentaron el proyecto final terminado, no lo tienen”.
Según María Carmen Diaz Usandivaras, referente de la ONG, antes de intervenir deben consultar con la Comisión Nacional de Monumentos y tratarlo en la Legislatura.
En ese sentido, la Comisión Nacional de Monumentos explicó que habían acordado con el gobierno porteño un vallado que se podía retirar, diferente al que está actualmente colocado. Las rejas que actualmente rodean a Casa de Gobierno, que fueron colocadas por el anterior gobierno, fueron diseñadas en conjunto con la Comisión y permanecen en el lugar, con lo cual la Casa de Gobierno en estos momentos cuenta con doble protección enrejada.
FUENTE: cronista.com