Un ícono del centro porteño, que desde hace años está vacío y dormido, empieza a desperezarse. El próximo jueves 7 de diciembre se realizará una audiencia pública para discutir el proyecto para el futuro del Edificio del Plata, la mole que queda a metros del Obelisco y que no tiene uso desde 2016. La idea, según pudo confirmar Clarín, es convertirlo en un complejo de departamentos, para vender, alquilar como vivienda tradicional o para turistas, con comercios en la planta baja.
La audiencia pública fue convocada por la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad (APrA), y se realizará de manera virtual el jueves 7 a las 12.30. Se trata de un paso previo burocrático pero obligatorio, para por ejemplo evaluar si el proyecto inmobiliario genera o no un riesgo ambiental.
Según el llamado a audiencia, el expediente plantea destinar el edificio a “vivienda colectiva y comercio minorista”. La construcción queda entre Carlos Pellegrini, Sarmiento, Pasaje Carabelas y Perón, en pleno centro porteño y en diagonal al Obelisco. Tiene 4 niveles de subsuelo, planta baja, entrepiso y 13 pisos más la terraza. Suma 60.357,10 metros cuadrados.
Según pudo averiguar Clarín, la idea es que el edificio tenga garajes, una planta baja con comercios (gastronómicos, sobre todo) y luego departamentos, de distintos tamaños y formatos. Algunos se destinarían a la vivienda tradicional y otros al alquiler temporario para turistas a través de plataformas estilo Airbnb.
Este edificio funcionaría además como una “nave insignia” del proyecto que la Ciudad está llevando adelante para reconvertir el Macrocentro y que aquellos espacios de oficinas que quedaron vacíos por la pandemia y la aceptación del home office como rutina laboral, se transformen ahora en viviendas, con habitantes permanentes o temporales pero que le den vida a una zona que durante la noche se vacía y no tiene vida.
Eso es lo que estuvo pasando en el entorno del Edificio del Plata desde su cierre. En el lugar trabajaban 5.000 personas, que de pronto desaparecieron de la zona. Los comercios cerraron, el mantenimiento se postergó, la zona se degradó y hoy es un lugar inseguro y desagradable.
El edificio pertenecía a la Ciudad, que tenía allí varias dependencias. Fue vendido y cerró en 2016, como parte del plan para mudar oficinas públicas a los barrios del sur. Fue subastado por más de 68 millones de dólares, que se destinaron a financiar la construcción de la nueva sede del Gobierno porteño en la calle Uspallata, en Parque Patricios.
Lo compró el Banco Hipotecario. La idea era mudar allí sus oficinas corporativas, pero esa intención se fue postergando por distintos motivos.
Que ahora se cumpla con la obligación de la audiencia pública significa que el proyecto vuelve a tomar impulso. Según informaron en la Secretaría de Desarrollo Urbano, el expediente ya tiene el alta de registro, y tras la audiencia debería conseguir el Certificado de Aptitud Ambiental de la AprA. Tras eso, volvería a la Dirección General de Obras y Catastro, donde deberá conseguir el permiso de obra para entonces poder empezar a trabajar.
De todas formas, la recuperación del Edificio del Plata no sería inmediata: según pudo averiguar Clarín, más allá de que el expediente sea aprobado, aún falta la ingeniería financiera para llevar adelante la inversión.
Esa inversión seguramente deberá ser millonaria. El edificio es gigante y tiene una ubicación privilegiada, pero necesita obras que compensen tantos años de desuso y que transformen las oficinas en viviendas.
El Edificio del Plata tiene una historia centenaria. Se llama así porque fue construido en el mismo lugar en el que funcionó el Mercado del Plata, desde 1856 hasta 1947. Entonces, la Municipalidad impulsó la construcción de un nuevo edificio destinado a oficinas públicas en los pisos altos y mercado en la planta baja.
Recién el 23 de diciembre de 1962 fue inaugurado el nuevo Mercado del Plata, por el Intendente Alberto Prebisch. Fue tal el retraso de la obra que el centro de abastecimiento terminó desapareciendo al poco tiempo, como otros mercados de la Ciudad.
Desde entonces y hasta 2016 alojó a gran parte del Gobierno porteño. Una de las dependencias más recordadas era la Dirección de Faltas, allí donde los infractores de tránsito debían ir a pagar las multas.
FUENTE: Pablo Novillo – www.clarin.com