La flora rioplatense explota en los canteros del Parque de la Estación. Salvia guaranítica, cortaderas, chilcas, margaritas punzó y amarillas, azahar de campo, verbena; pasionarias y pasifloras; algarrobo blanco, tala -el árbol emblema de la Ciudad de Buenos Aires-, espinillos, timbó, aromos. Florcitas de colores que comienzan a asomar por todos los rincones. Mariposas, abejorros, abejas y aves. Este parque público, en Balvanera, es el corazón de dos de las comunas con menos metros cuadrados de espacios verdes por habitante. Y está junto a un viejo galpón ferroviario que durante años estuvo abandonado.
Un parque que es como un organismo viviente: es biblioteca, es plaza de juegos, invernadero, polideportivo, anfiteatro, vacunatorio en plena pandemia de coronavirus y desde el viernes, sede de la Feria de Editores. Por primera vez, y debido a la pandemia, se realizará en un lugar abierto. El año pasado, todas las actividades fueron virtuales; pero en esta edición, habrá un híbrido. Para muchas personas será la oportunidad de conocer uno de los parques más lindos que tiene la Ciudad.
Y puede ser la oportunidad para conocer además la historia de este predio y conocer la lucha vecinal por transformar un sitio degradado, en este jardín rioplatense.
El parque se desarrolló en galpones y terrenos que le pertenecían a los ferrocarriles. Uno de los objetivos de la reconstrucción y la transformación del lugar fue mantener la impronta. Por eso los galpones fueron restaurados: “Es una de las características del parque. El objetivo era que no se borrara la huella de la historia barrial. Los galpones pertenecían al antiguo ferrocarril del Oeste, hoy Sarmiento”, cuenta Elizabeth Mosconi, coordinadora de la comisión de Historia y Patrimonio de la organización vecinal que motorizó la creación del parque.
“El galpón que se pudo preservar y restaurar es el número 4. Aquí se descargaba la mercadería que luego iba al Mercado de Abasto, que era el mayor proveedor de alimentos para una ciudad en pleno crecimiento. La mercadería se descargaba aquí y, por otras vías que corrían por calle Agüero, llegaban directo al mercado. Pero aún antes de que se construyeran las vías de Agüero, la mercadería llegaba en carretas tiradas por caballo”, contó Mosconi. “Había otro galpón que no se pudo restaurar, es donde hoy funciona el anfiteatro al aire libre”, lamentó.
Del galpón 4 se recuperaron las tejas, la estructura de hierro, la paredes anchas de ladrillos y las puertas. Tiene 200 metros de largo y está articulado por diferentes usos: arranca en la esquina de Anchorena con usos deportivos, siguen vestuarios, invernadero (en el techo una enorme lucarna baña de luz esta zona del galpón), biblioteca, un sector con juegos infantiles, un sum y sanitarios. Algunas partes tienen fachadas vidriadas. La obra -que realizó la Ciudad, a través del ex Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte- se inauguró en junio de 2019.
Pero el camino para llegar hasta este parque fue sinuoso para los y las vecinas, quienes arrancaron en 2000 una lucha que demandó una enorme organización y mucha perseverancia. Primero se realizaron encuestas, en las que se volcaron las demandas y se consensuaron los usos. Y si bien la mayoría quería espacios verdes, muchos también pedían que hubiera usos culturales y recreativos. Finalmente es lo que se ve reflejado en el parque.
Después de muchas asambleas, de festivales y jornadas de visibilización, lograron que el proyecto ingresara a la Legislatura y se votara en 2016, por unanimidad. Además de todo lo que implica el parque para el barrio, también se respetó lo que quería la mayoría, que no tuviera rejas.
“Entendemos que una plaza no agota su instancia cuando culmina la obra. Consideramos una extensión la gestión que se hace sobre el parque. Es necesario hacerla sostenible en el tiempo”, dijo a Clarín Cecilia Chávez, coordinadora del grupo vecinal de Ambiente y Ecología. Sucede que en estos días el parque atraviesa un momento complicado. Si bien se ve limpio, claramente está demandando un mantenimiento integral que sólo es posible desde el Estado.
Impacta ver que pasaron algo más de dos años desde su inauguración y parte de su infraestructura se encuentra muy deteriorada. Por ejemplo, la plaza de juegos. Si bien las chicas y los chicos desbordan los juegos todos los fines de semana, el solado se encuentra en pésimo estado.
“Uno de los problemas más graves que enfrentamos es el mantenimiento de la flora nativa. El cuidado tiene que ser específico, no es un parque o una plaza como las otras. Son canteros silvestres que necesitan una poda especializada. Es decir, son especies que se pierden”, explica Chávez. Todos los meses, vecinas, vecinos, funcionarios de las comunas y del gobierno porteño participan de una Mesa de Trabajo y Consenso.
Desde el área de Atención Ciudadana y Gestión Comunal indicaron a Clarín que ya fue designada una administradora. “El mantenimiento del parque depende de la Comuna, como unidad ejecutora. Y participa de la mesa de trabajo y consenso junto a los vecinos. Esta organización ya demostró que funciona como modelo de gestión porque, por ejemplo, se modificó el plan de mantenimiento de la flora, que en este parque es nativa”, dijeron desde la Ciudad.
Aseguraron que se realizaron modificaciones “al plan propuesto para la puesta en valor del patio de juegos”.
Si bien la pandemia puso en pausa durante muchos meses las actividades (por ejemplo, el vivero, que aún no comenzó a funcionar como tal), poco a poco el parque se despierta. Y con el parque, la evidente necesidad de los vecinos de disfrutar de espacios verdes de calidad.
La feria
Entre tantas actividades culturales y recreativas que tiene el Parque de la Estación (en Instagram @elparquedelaestacion), una de ellas será la Feria de Editores, desde el viernes.
La feria reúne a más de 200 sellos editoriales -de narrativa contemporánea y clásica, poesía, música, cine, ensayo, periodismo, novela, historia, diseño, ciencias sociales, etc- con lectores y lectoras. De un estudio de radio al parque. La feria arrancó en 2013 en FM La Tribu con la participación de 15 editoriales; en 2016 pasaron a un espacio de 400 m2 y 80 editoriales. Un año después duplicó cantidad de metros cuadrados y de editoriales.
Entre viernes y domingo, de 14 a 20, habrá 9 charlas virtuales y 9 presenciales. Entre los muchos escritores y escritoras invitadas, participarán: Leila Guerriero, Mariana Enríquez, Martín Kohan, Diego Golombek, Tamara Tenenbaum, entre muchísimos otros. Las editoriales tendrán stands y se entregará el Premio a la Librería del Año. Las charlas presenciales tendrán un aforo de 50 personas. Y el viernes a las 18,30 los anfitriones -vecinos y vecinas del Parque- contarán su lucha por la creación del este espacio.
FUENTE: Silvia Gómez – www.clarin.com