Por más de cuatro décadas, el barrio de Villa Devoto estuvo dividido entre una zona residencial de grandes caserones, dueña de un pulso comercial que se fue expandiendo con los años, y un perímetro de calles donde el crecimiento quedó estancado hace tiempo y las propiedades decrecen su valuación hasta un 30{85a194220a6f266c1dcbe2543ff9c92416dafb994710ce8988807bdc6e23f4c8}. El factor que hace la diferencia no es otro que el único penal activo dentro de la Ciudad de Buenos Aires: la cárcel de Devoto, que funciona desde 1927 y que ahora, tras largos reclamos vecinales, tiene los meses contados.
La confirmación oficial la hizo esta mañana el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, junto al ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano. En una conferencia desde el penal definieron el cierre del espacio y la derivación de la población carcelaria al complejo de Marcos Paz.
”Pensemos que esta cárcel, cuando se construyó estaba a las afueras de la Ciudad. La Ciudad fue creciendo, este es uno de los barrios más residenciales de Buenos Aires y realmente la convivencia con un penal no da para más. Es fundamental para que los detenidos estén en mejores condiciones”, manifestó el jefe porteño.
El traslado demandará entre dos y tres meses y va a finalizar en septiembre de 2020, cuando concluyan las obras que arrancarán en agosto de este año en Marcos Paz para levantar un anexo del Complejo Penitenciario Federal existente. Primero, deben presentarse los planos del terreno de 120 hectáreas, y abrir un llamado a licitación para la construcción de un establecimiento de 65.653 metros cuadrados.
Será allí donde se alojen los más de 1800 internos que actualmente cumplen sus condenas en el edificio de Capital Federal. De ese total, 450 son extranjeros.
Rodríguez Larreta también ofreció detalles del destino que se dará a los 46.380 metros cuadrados que ocupa el establecimiento penitenciario entre las calles Bermúdez, Nogoyá, Desaguadero y Pedro Lozano. Como en otros terrenos pertenecientes al Estado, y en sintonía con el desarrollo inmobiliario que el gobierno porteño impulsa en toda la Ciudad, el 35{85a194220a6f266c1dcbe2543ff9c92416dafb994710ce8988807bdc6e23f4c8} del espacio liberado será destinado a la construcción de viviendas, de no más de cinco pisos respetando el nuevo Código de Planeamiento Urbano. El otro 65{85a194220a6f266c1dcbe2543ff9c92416dafb994710ce8988807bdc6e23f4c8}, en tanto, se convertirá en un espacio verde y público.
La venta de esos departamentos será lo que financie la obra del nuevo complejo. “La construcción del nuevo complejo permitirá abordar de mejor manera el tratamiento de las personas privadas de su libertad y facilitar su reinserción social”, manifestó el ministro Garavano, y destacó la firma del convenio entre los dos gobiernos.
Avanzar en el traslado de la cárcel demandó décadas y numerosos proyectos elaborados entre las autoridades nacionales y porteñas, y viene a dar respuesta a un histórico reclamo de los vecinos. Casi tan antiguo como el propio penal, que desde su inauguración en un terreno donado por la familia Visillac, funcionó primero como una dependencia de la Policía que recibía condenados por ebriedad o vagancia. Treinta años después pasó a depender del Servicio Penitenciario Federal, y fue allí donde el pedido vecinal se hizo más fuerte.
El complejo se convirtió en un espacio entre murallas de siete metros de alto y de máxima seguridad, donde los gritos de los presos, las batucadas, los camiones celulares, los sonidos de sirenas y el devenir de los familiares que los visitan alteran por completo la tranquilidad de los habitantes. Incluso, a los vecinos más antiguos les ha tocado más de una vez ser testigos de motines y disparos dentro del establecimiento. El más cruento fue la masacre del Pabellón Séptimo en 1978, en la que murieron más de 65 presos quemados, asfixiados y baleados.
El presidio también funcionó como centro clandestino de detenciones y torturas durante la última dictadura militar, entre 1976 y 1983. Allí se alojaba a presos políticos que en muchos casos eran asesinados o terminaban desaparecidos.
“La posibilidad de trabajar con Nación permite cumplir con este reclamo histórico de los vecinos de Devoto. Por fin vamos a poder contar con un gran espacio verde y un desarrollo acorde al barrio. A la vez, las condiciones de los internos también van a mejorar en Marcos Paz”, expresó el ministro de Gobierno Porteño, Bruno Screnci Silva.
FUENTE: clarin.com