Los antiguos vagones de madera que circularon durante casi 100 años en la línea A de subte volverán a rodar en una de las actividades propuestas en la Noche de los Museos. De origen belga, los coches Le Brugeoise fueron los primeros de la red porteña cuando se inauguró en diciembre de 1913.
De la propuesta de Subterráneos de Buenos Aires participarán las personas que fueron seleccionadas para hacer al menos uno de los tres recorridos que se realizarán entre las estaciones Perú y Acoyte, de 40 minutos de duración cada uno. En los recorridos un guía de turismo contará la historia tanto de los coches como de la red de subte. El primero de viaje comenzará a las 00.30 del domingo luego de finalizado el servicio habitual.
Además, como en cada edición de la Noche de los Museos, el subte será gratuito desde las 18 del sábado para permitir a la gente participar de las diferentes actividades en más de 100 espacios públicos que estarán abiertos.
Los coches Le Brugeoise, conocidos como Las Brujas, fueron declarados Patrimonio Cultural de la ciudad de Buenos Aires y estaban en servicio en la línea A, la primera línea de subte en América Latina. Fue inaugurada el 1° de diciembre de 1913, con un recorrido que unía Plaza de Mayo con la Plaza 11 de Septiembre (actualmente Plaza Miserere).
La Línea A tiene una rica historia que se inició el 1º de diciembre de 1913 cuando fue inaugurada, pero que comenzó a gestarse en 1898 entre proyectos, leyes y ordenanzas relacionadas con el transporte ferroviario subterráneo, en tiempos en los que aumentaba la cantidad de pasajeros que utilizaban el tranvía.
El 14 de diciembre de 1913, el primer día habilitado al público, viajaron unas 170.000 personas en la línea A, que unía Plaza de Mayo y Plaza Miserere. En ese momento se puso fin a una obra que demandó 26 meses y que había comenzado el 15 de diciembre de 1911, para construir lo que se convirtió en la primera red de subterráneos de América del Sur y la 13a. en el nivel internacional, ya que el servicio solo funcionaba en ciudades como Londres, Atenas, Berlín, Boston y Nueva York.
Al mismo tiempo que se iniciaba la construcción de los túneles sobre la Avenida de Mayo, asignada a la Compañía de Tranvías Anglo Argentina en 1909, en Bélgica comenzaba la fabricación de los coches de madera que dos años más tarde fueron enviados a la Argentina en barco.
El 8 de enero de 2013, Las Brujas, como se los conoce los coches belgas, corrieron por última vez por las vías de la Línea A y pasaron a formar parte del patrimonio histórico, con una protección judicial sobre el lote total, con un proyecto para definir su reutilización.
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