Al final se dio. “La carrocera Metalsur ya comienza con el montaje de colectivos urbanos”, anunció el titular de la UOM Rosario, Antonio Donello, quien refirió la noticia como una de las mejores de los últimos años para los trabajadores metalúrgicos de la región, tras años de ser uno de los sectores más castigados por las políticas del anterior gobierno de Mauricio Macri.
“Tiene los moldes para ensamblar”, confirmó el dirigente sindical, cuyo gremio vino librando batalla durante todo este año para que la iniciativa se hiciera realidad. Ya en marzo pasado la plana mayor la Unión Obrera Metalúrgica local se había reunido con la entonces intendenta Mónica Fein en busca de interceder para que la Municipalidad tuviera en cuenta a las carroceras locales para la renovación de unidades del transporte urbano de pasajeros.
Por entonces había cerrado sus persianas Metalpar, la principal carrocera del país, que estaba en manos de capitales chilenos y de la brasileña Marcopolo, dejando 600 trabajadores en la calle. Precisamente la firma de Caxias do Sul invirtió en la firma familiar fundada en 1989 en Villa Gobernador Gálvez, sobre la que aumentó su participación del 49 al 70%. La apuesta era claramente hacia adelante: hacia atrás, la firma había cerrado el año 2018 con suspensiones rotativas, y con sucesivos acuerdos con la UOM para resguardar la nómina de trabajadores, evitando despidos que achicaran aún más la nómina que llegó a tener 400 trabajadores y conserva menos de 200 en la actualidad.
Para julio pasado, la gestión del gremio había tomado más color: voceros de la UOM informaron la “posibilidad cierta”, de que la planta carrocera, además de unidades de larga y media distancia, se enfoque en la producción de unidades de corta. El proyecto se había aprobado en la central de Brasil, e incluso Donello especuló que la producción podía comenzar ya en octubre. Pero, año electoral mediante, la confirmación tardó un poco más.
Antes de Navidad finalmente llegó: “Marcopolo traerá dos prototipos de Brasil para fabricarlos acá, con diseños muy modernos”, lanzó Donello. “Estamos con muchas expectativas”, se esperanzó. Y aclaró que la iniciativa que se pone en marcha es con plazo a 5 años: “No es un intento que si falla, termina”. El lapso es clave, por ejemplo, en Rosario, donde el plan de renovación de unidades –30% en el corto y mediano plazo– se postergó bajo amparo del Concejo por obvias y económicas razones.
Ahora el dirigente metalúrgico admitió que todas las fichas están puestas en las nuevas gestiones, en que las políticas del presidente Alberto Fernández y a escala local las del gobernador Omar Perotti abran cancha para la recuperación, no sólo del sector carrocero sino metalúrgico en general. “Tenemos un 50 por ciento de la capacidad instalada sin trabajar. Eso quiere decir que por cada máquina que funciona hay una parada”, marcó. Y recordó que Metalsur producirá unidades no sólo para la región “sino para todo el país”: buena parte de colectivos de la flota urbana de Rosario y miles de unidades del sistema porteño salieron de Metalpar que ahora no existe.
“Es un éxito de la gestión del gremio”, sostuvo a la par el abogado de la UOM Pablo Cerra. Y Donello, recordó que si bien las gestiones que se hicieron con la Intendendencia, el Concejo –le agradeció especialmente al edil Eduardo Toniolli–, la directiva de la firma brasileña y otros actores le correspondían “a la política y no al sindicalismo”, las hicieron igual y lograron darle buen destino con la mira puesta en “cuidar los puestos de trabajo”.
FUENTE: elciudadanoweb.com