La industria 4.0 o cuarta revolución industrial reúne avances digitales en el campo de la robótica, Big Data, impresión 3D, nanotecnología e internet de las cosas (IoT).
Aplicado a la construcción, este concepto promete mayor productividad, aumento de la eficiencia energética y reducción de tiempos y costos para las obras.
Las mejoras de calidad y eficiencia de producción suponen una evolución en los procesos constructivos y, para avanzar, necesitan un cambio de paradigma.
“Construir es un acto es maravilloso pero se trata de un proceso único que siempre empieza desde cero. Está plagado de errores porque siempre lo estamos haciendo por primera vez”, resume el Arq. Sergio Topor.
Sugiere cambiar construcción por fabricación: “Fabricar es un proceso industrial corto, repetitivo, con un alto estándar de calidad porque hay control de calidad de producto.
Es posible estandarizar sin perder calidad ni peculiaridad”, expresó en una de las conferencias de Construcción Activa.
Desarrollos en marcha
Silvia Velázquez, arquitecta y directora técnica del INTI, anticipó varios desarrollos en marcha que involucran el desarrollo de pastas cementicias para impresión 3D y robotización de soldaduras para estructuras de viviendas.
“La sensorización de la obra es una de las fuentes principales de datos tanto para la construcción como para el mantenimiento que se realiza mediante IoT ”, afirmó.
La interconexión masiva de sistemas y dispositivos digitales producen grandes cantidades de datos que pueden ser gestionados (Big Data) para simulaciones de todo tipo. Uno de los ejemplos más directos sería el estudio del rendimiento energético de un edificio a partir de un modelizado.
El nuevo modelo de organización de la producción que implica la construcción 4.0 está orientado a una economía circular, tiene en cuenta todo el ciclo de vida de los edificios y su huella ambiental.
Para Topor, la impresión 3D es el mejor concepto desde lo sustentable: “Hoy ya se está analizando impresión con tierra del lugar más agregados”, señaló.
Impresión 3D, la personalización de la obra
En ese sentido, el Ing. Francisco Luperi contó los avances en el desarrollo de pastas con materiales convencionales para la impresión de muros.
Como director de Proyecto Impresora 3D, actualmente prepara una impresora transportable para la construcción de viviendas in situ o la elaboración de partes en fábrica para luego montarlas en obra.
“Trabajamos en conjunto con la dosificación material y su logística en obra, el desarrollo de la robótica, o sea la impresora, y la certificación del sistema constructivo”, puntualizó.
Y anticipó que los estudios preliminares “son interesantes por la reducción de tiempo, la simplificación de logística, la reducción de errores y residuos”. Además, la impresión 3D ofrece un abanico de las posibilidades arquitectónicas, texturas y formas.
Para los especialistas, “lo más importante es cambiar el modelo mental que nos lleva a hacer las cosas de la misma forma”. Quizás el desafío sea emprender una producción personalizada y a demanda.
“Con la misma máquina se pueden personalizar proyectos, construir casas distintas en un mismo sitio. La impresora solo acepta órdenes, le da lo mismo. Hace tres años, la impresión 3D era un concepto y ahora vemos cada vez más estrategias. Es inevitable que avancemos en ese sentido”, cerró Luperi.
FUENTE: Paula Baldo – www.clarin.com