La FAO afirma que: “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico y económico a suficientes alimentos, inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana”.
Proyectos internacionales de huertas urbanas
A continuación les cuento diferentes proyectos que hacen hincapié en el desarrollo de huertas urbanas para combatir el hambre, la malnutrición, la contaminación, el cambio climático, fomentar la solidaridad ciudadana y reverdecer las ciudades.
El pueblo más comestible del mundo
Todmorden es un pueblo inglés autosuficente alimentariamente. Es el pueblo más comestible del mundo. Todmorden queda en West Yorkshire, Inglaterra. Tiene 15 mil habitantes y durante décadas fue un pueblo más de la campiña británica. En los últimos años se convirtió en escenario del proyecto que le dio fama mundial: Incredible Edible, una experiencia nueva en la producción de agricultura colectiva. La idea consiste en sembrar alimentos en espacios públicos. Todo está disponible para que cualquiera (hasta para los turistas).
En Todmorden se plantan verduras, hierbas y árboles frutales en 70 espacios públicos. El proyecto está formado por una red de 280 voluntarios que se turnan y se dedican dos mañanas al mes a cuidar de los cultivos. La comunidad se autoabastece durante todo el año. La iniciativa cubre tres aristas fundamentales: plantar alimentos gratis para la comunidad, apoyar y promover a los granjeros y agricultores locales, y desarrollar una red educacional que involucre a los jóvenes y ciudadanos.
Huertos colaborativos en Colombia
Entrevista a Carlos y Jessica, del Proyecto Capela en Pereira, Colombia
– ¿Qué os motivó a empezar el proyecto?
Hace cuatro años al regresar al campo donde habíamos nacido nos encontramos con la triste realidad, desde nuestro punto de vista, de unas prácticas agrícolas ajenas y dañinas al bienestar, cultura y tradiciones de nuestra región campesina. Las casas de campo pasaron a ser casas campestres para entretener una sociedad consumista y profesional que busca disimular su estrés social con una piscina y una vista a la naturaleza… Pero junto con esto los caseríos estaban vacíos sin niños que jugasen en una escuela, sin campesinos que sembrasen su propia comida y sin un habitad armónico entre humanos y naturaleza. Esto nos llevó a dedicar nuestro poco conocimiento y recurso para crear un oasis verde que, a través de educación, recuperación de prácticas agrícolas y saberes ancestrales, sanación con la naturaleza pueda brindarle, tanto a locales como a visitantes, ese sentido de pertenencia a la tierra que hemos perdido o cambiado por comodidades ajenas a nuestra esencia.
– ¿Cuál ha sido vuestro mayor reto?
El mayor reto ha sido tratar de cimentar una propuesta de conciencia y de recuperación de valores en un entorno que teme volver a los métodos antiguos por que no compensan económicamente y pueden ser solo para soñadores. El contar solamente con el terreno y nuestros esfuerzos individuales y no poseer un equipo de trabajo con motivaciones e ideas afines y junto a esto el no tener un recurso financiero visible que nos permita sacar adelante tareas a corto largo plazo ha sido y es sin ningún lugar a dudas nuestro mayor reto. – ¿Cuál es vuestro objetivo a medio plazo? R//Sin ningún lugar a dudas, el mayor objetivo es contar con instalaciones apropiadas para llevar a cabo las actividades cotidianas de nuestro proyecto: talleres, encuentros, charlas, presentaciones, etc. Y junto a esto también contar con un equipo de trabajo que nos permita consolidar nuestro potencial y facilitar las tareas que ahora descargan en una o dos personas.
– ¿Qué otros proyectos te inspiran?
Nuestro territorio colombiano ha sufrido demasiado con factores como violencia, perdida de identidad cultural y social, etc. Nos inspira poder llevar nuestro proyecto como un piloto a otras áreas donde pueda servir para empoderar comunidades y rescatar valores. Igualmente, y dentro de la soberanía alimentaria, quisiéramos llevar la conciencia de huertas urbanas a nuestras ciudades no por el método de ir a sembrarlas nosotros mismos, sino a través de la facilitación de talleres, métodos de compostaje y de siembra, almacén de semillas, acompañamiento y formación de redes, que permitan la formación de huertas urbanas autónomas funcionales, pero a la vez apoyadas por nosotros. Para todo esto tenemos como referencia los “allotments” de Londres, el proyecto de huertas urbanas de ustedes en España, huertas urbanas en Bogotá, eco aldeas y comunidades unidas en Perú, ecuador, argentina, chile, etc.
Cultivo en Espacios públicos
Otro ejemplo inspirador es el del agricultor de Los Ángeles (USA), Ron Finley. Su proyecto se llama: L.A. Green Grounds. El objetivo también es cultivar en espacios públicos, baldíos y terrenos marginales de los barrios humildes de Los Ángeles.
Él lo afirma en su Charla TED: “vivo en un desierto de comida”, ya que Los Ángeles es la ciudad de los Estados Unidos con más terrenos baldíos (un total de 68km2), el equivalente a 20 Central Parks. De ahí surge su meta: llenar esos espacios de comida orgánica y ofrecer alternativas saludables al fast food. La tasa de obesidad, dice Ron Finley, es cinco veces mayor en su comunidad que en Beverly Hills, que está a sólo 15 km de distancia.
Su organización logró construir huertas comunitarias en sitios degradados y comprobó que sirven de escuela para que las vecinos puedan tener sus propios huertos, ahorrar dinero y ser más autosuficientes. Esta iniciativa acerca a los jóvenes a la agricultura y les ofrece la oportunidad de transformar su vecindario, fortalecer el tejido social y tener una vida más solidaria y sustentable.
Huertos urbanos en España y especulación urbanística
Los huertos urbanos en España se enfrentan constantemente a la especulación urbanística, que deja sin espacios comunes a los ciudadanos para convivir y colaborar en comunidad:
Guerrilla Garden: activismo reforestador
Por último hablemos del proyecto: Guerrilla Garden. Una iniciativa ecológica, artística y popular destinada a plantar y reverdecer la ciudad. Se trata de una proyecto que trabaja en secreto y desde el anonimato. Su armamento predilecto son: las palas, los rastrillos y las bombas de semillas o Nendo Dango (desarrolladas por el agricultor y bioquímico Masanobu Fukuoka). Cualquier cantero, plaza, maceta de la ciudad es susceptible de ser atacada por estos guerreros verdes.
FUENTE: muhimu.es