En el verano que celebrará su cumpleaños 150, el corazón de Mar del Plata late lozano, vigorizado por una juventud que prácticamente se la apropió: la ciudad atraviesa una temporada “apuntalada” por quienes animan sus noches con fiestas hasta el amanecer, jóvenes que llegan no solo de Capital Federal o del interior, también de países vecinos, y que consolidan un número sorprendente: el 44% de los turistas que llegan hasta estas playas tienen entre 18 y 35 años.
“Pura potencia”, sintetiza uno de los mentores de la estrategia que durante la pandemia se urdió para que Mar del Plata se dispare en redes traducida en una amplia oferta de fiestas electrónicas y festivales como Conga y Bresh hacia un segmento etario que en 2020 comenzó a volcarse hacia estas playas y sigue haciéndolo de manera masiva. Restaba brindarle una propuesta inequívoca, dedicada en forma exclusiva, y fue muy bien recibida.
Las cifras que revela el Ente Municipal de Turismo y Cultura no dejan dudas: este verano esperan que en el aeropuerto internacional Astor Piazzolla aterricen unos 100 aviones, vuelos privados procedentes de Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay. Turistas que vienen exclusivamente para las noches animadas por DJ’s internacionales. En la temporada pasada, fueron 67 los vuelos que llegaron de esos países.
Es apenas unas de las aristas de la renovada faceta de Mar del Plata. “Hay boliches abiertos todos los días en la ciudad, todo el año. Quien quiera ir a bailar un martes, encontrará un boliche abierto. Se turnan cada día para abrir. Aquí la diferencia radica en que no tenemos bolicheros, tenemos empresarios que tienen boliches bailables”, explica a Clarín el titular el ente turístico, Bernardo Martín.
“Antes había dos tipos a los que les gustaba la noche, se ponían un boliche y ahí surgía el descontrol. Ahora tenemos empresarios, que viven de día, que manejan empresas de entretenimiento y nocturnidad. No hay lugar para la improvisación, tenemos un esquema de nocturnidad cuidada”, amplió.
Los chicos llegan a Playa Grande pasado el mediodía y ya van organizando su noche. Las entradas, según el día, promedian los 10 mil pesos; el fin de semana son más caras. Al sur del faro se organizan after beach, y es en aquellas playas donde se llevan adelante las fiestas más convocantes. Mute, en Alfar, es el epicentro de la movida electrónica.
Julieta, Mara y Nahir, rosarinas las tres, dicen que “rumbeamos para acá” por comentarios de amigos que vinieron el año pasado. “Vinimos a divertirnos, Mar del Plata era lo mejor para este verano y acá estamos, encima en la playa nos encontramos con un montón de amigos de allá”. Generación sub 25, las chicas ya tenían definida la noche del viernes en la misma playa, en Ananá, una de las discos del complejo Playa Grande. “Hay generales de 7 mil pero vamos a tratar de llegar a un vip”, anhelaban.
En el sur el valor de las entradas depende del tipo de fiesta y del DJ anunciado: hay generales desde 12 mil pero pueden ascender, si se trata de una mesa para 8 con bebidas incluidas por 150 mil pesos, en un vip y con dos estacionamientos, hasta los 450 mil pesos.
La convocatoria se completa con recitales. Algunos, en distintos escenarios: Babasónicos, Nicky Nicole, Tan Biónica, Ciro y Los Persas, La K’Onga, Abel Pintos, La Delio Valdez, Don Osvaldo, Diego Torres, Luciano Pereyra, María Becerra, entre otros, pasarán por aquí en enero.
La movida joven comenzó a gestarse en 2020. En enero de ese año ocurrió el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, hasta esos días dueña de una noche sin controles que terminó de la peor manera. Ya no fue lo mismo. Pinamar también había reformulado su nocturnidad; los after beach (entre problemas judiciales) habían silenciado para siempre el mítico Ku, boliche que -todo un símbolo- terminó siendo demolido.
Mientras en esas localidades se cerraba la noche, “nosotros trabajamos en generala -explica el presidente del Emtur-. Cada día abren más lugares. Aquí se la potenció”.
El turismo joven optó por Mar del Plata por lo que restaba de la temporada de ese año. A los operadores turísticos aquí no se les pasó por alto el fenómeno. Luego, sobrevino la pandemia.
“Lo que hicimos entonces fue capacitarnos, trabajamos con big data y reformulamos la oferta hacia ese segmento. El resultado fue la generación de centros de nocturnidad en Playa Grande y en la zona sur, de una nocturnidad segura y ordenada”, remarca Martín.
El plan se tradujo en una franja de boliches en la línea costera de Playa Grande, los que ya venían funcionando, y fiestas, casi todos los días, en las playas del sur que convocan de a miles. Ocurrió en el arranque de esta temporada: cierto es que coincidió con la noche de Año Nuevo, pero durante ese fin de semana en que Mar del Plata recibió a 166 mil turistas, la noche fue colonizada por 75 mil jóvenes.
Lo reveló la municipalidad dando cuenta de los controles que hubo esa madrugada. A modo de informe sobre estadísticas del verano, contó cómo ocurrió la salida: “Más de 75 mil jóvenes disfrutaron de la primera noche del 2024 en Mar del Plata”, informó el comunicado.
“Estamos comprometidos con el cuidado estricto que merece la nocturnidad. Cuidando a los jóvenes y a todos los que salen a divertirse por la noche. Bomberos, policías, los dueños de los establecimientos, la gente que toma conciencia para hacer esto bien. La ciudad está abierta para la diversión y para que la gente la pase bien, pero la prioridad será siempre en una noche cuidada”, explicó Fernando Muro, del área de Desarrollo de la comuna.
Para este fin de semana el promedio de reservas es similar al fin de semana pasado, “lo esperado”, sostienen los operadores, un 70%, y la noche marplatense, más joven que nunca, volverá a latir en la sincronía de los beats por minuto.
FUENTE:www.clarin.com