Cinco meses. Eso es lo que, prometen, falta para poner fin a la pequeña pesadilla cotidiana de tener que pasar por el atestado andén de la línea D de subte para combinar la B y la C. Así lo anuncia Ignacio Ballester, gerente de Obras de Subterráneos Buenos Aires (Sbase), en una visita a los trabajos que se hacen siete metros bajo tierra, a metros del Obelisco, de la que participó Clarín.
Es la tercera y última fase de la obra Nodo Obelisco, que en el medio fue relicitada –se adjudicó a la UTE SES S.A.-Construere Ingeniería– y pasó mucho tiempo frenada. Hoy esta etapa muestra un avance del 17%, pero los responsables aseguran que en junio ya estará operativo el nuevo pasillo que conectará directamente las líneas B y C, y que estará pegado -pero separado- del andén de la línea D hacia Catedral.
Quienes transiten diariamente por el nodo traducirán la ubicación a sus puntos de referencia más informales: el nuevo túnel irá desde la panchería del vestíbulo de la estación Carlos Pellegrini (línea B) hasta pasar los locales comerciales -hoy vacíos- del vestíbulo de Diagonal Norte (línea C).
“Desde hace una buena cantidad de años para ir de la C a la B hay que pasar por el andén de la D, situación que, en hora pico, no es la mejor ni para la circulación ni para la operación”, admite Ballester, mientras a su lado un operador mueve tierra con la pala mecánica en el caluroso pasillo en obra.
Para construirlo, se usó el espacio que ocupaba una boletería de la línea D y dos escaleras que salían a la vereda de la avenida Roque Sáenz Peña al 900. Bajo tierra, a esa boletería se accedía desde el andén hacia Catedral. Todo eso fue demolido, previo retiro de las mayólicas de las paredes, que se guardaron y se colocarán en el nuevo túnel.
En ese espacio también había un centro de potencia eléctrica, vestuarios y otras dependencias, que se mudaron a otras partes del nodo. Gracias a ese ambiente preexistente, parte del trabajo de excavación necesario ya está hecho. Pero se sigue sacando tierra hacia ambos lados (hacia Carlos Pellegrini y hacia Suipacha) porque la conexión suma 130 metros de largo.
La excavación tiene al Obelisco de fondo: aunque se ubica al lado del andén de la D, siete metros debajo de la vereda, está en parte a cielo abierto y la obra puede verse desde la superficie, completamente vallada. En el medio, apenas un poco más abajo que el nivel de la acera, quedan a la vista caños de todo tipo, como si a la ciudad la hubieran destripado y contara sin querer su propia historia.
Hay caños modernos, amarillos, que llevan gas de un lado a otro. Hay viejos, de metal y cemento, que supieron transportar agua. “El mayor desafío es trabajar con tantas instalaciones preexistentes, de diferentes tecnologías -admite Ballester-. Y hacerlo con terceros, como Edenor, que está trabajando bien pero para ellos es toda una gestión tener que mover sus cámaras”.
La dilatada obra no es solo una cuestión de confort en el nodo subterráneo más importante de la Ciudad, por el que antes de la pandemia pasaban 300.000 personas por día. También se espera que haga más accesible un medio de transporte que en Buenos Aires sigue siendo difícil de usar para personas con movilidad reducida. Se apunta además a que dé mayor capacidad de evacuación en caso de una emergencia.
El resto de la tercera fase estará finalizado a mediados de 2024 y exigirá trabajar más profundo, hasta 12 metros bajo tierra. Incluye la construcción de salas auxiliares y de ventilación para las tres estaciones, y la instalación de un ascensor que conectará el andén a Congreso de Tucumán de la línea D con la vereda de la esquina de Roque Sáenz Peña y Carabelas. Con ese último ascensor, las tres estaciones serían accesibles al 100%, promete Sbase.
Una obra con delay
La Obra Central Obelisco iba a finalizar el año pasado, pero finalmente lo hará a mediados de 2024. Se demoró, entre otras cosas, porque en diciembre de 2021 hubo que relicitar la tercera etapa, después de que la constructora a cargo, Zonis, frenara las tareas tras lo peor de la pandemia y entonces se le rescindiera el contrato.
La primera etapa de la obra, ya finalizada, se centró en la construcción de un túnel de hormigón armado debajo de la calle Sarmiento, entre Suipacha y Esmeralda, y sus empalmes con la estructura que ya existía: escalera fija, espacio para ascensor, reconstrucción de muros. Ese túnel ofrece una opción más cómoda y limpia para llegar a los andenes de la línea C, aunque el camino para arribar a ellos desde la D sea más largo por esa vía.
La segunda etapa, también terminada, se enfocó en un nuevo acceso desde la vereda de Sarmiento al 800 hacia el andén de 9 de Julio sentido a Catedral, que se inauguró en 2019. Ese ingreso está coronado por esculturas de luz de neón de Hernán Marina. Aunque es mejor en términos de accesibilidad y estética, está más lejos del Obelisco y no todo el mundo sabe que existe, por lo que por ahora es menos usado que otros de ese nodo.
Fue durante esa segunda etapa que se construyeron dos ascensores que conectan con la estación Diagonal Norte mano a Constitución y a Retiro, más otro que llega a la vereda, lo que dio accesibilidad plena a Diagonal Norte y parcial a 9 de Julio sentido a Catedral. Tambien se hicieron cuatro escaleras mecánicas, de las nueve que tiene el nodo.
Antes de estas obras, en ninguna de las tres estaciones había ascensores, solo escaleras mecánicas. Así lo indica un relevamiento de la ONG Acceso Ya, que hace cuatro años trabaja en una causa judicial por la accesibilidad de todas las líneas de la red.
La Obra Central Obelisco arrancó como proyecto en 2017 y empezó con los trabajos en 2018. Forma parte del Plan de Modernización de la línea D, financiado con un préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Es una de las pocas obras actuales en el subte porteño, que hoy tiene en marcha las de renovación del sistema de señales en las líneas A, D y E; la repotenciación de las líneas B, C, D y E; el reemplazo de siete escaleras mecánicas; y la puesta en valor de 20 estaciones. Y que, por ahora, no tiene en carpeta ninguna extensión de la red ni construcción de estaciones.
FUENTE: Karina Niebla – www.clarin.com