Desde que salieron de circulación el 12 de enero de 2013, los históricos vagones de madera de la línea A han corrido con distinta suerte. Tres de ellos, los más afortunados, fueron restaurados y volvieron a las vías en una serie de paseos turísticos nocturnos que organizó el Gobierno porteño en 2017.
Otros más de 90 coches, también declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, permanecen en un taller de Sbase aun sin destino definido. Y dos unidades que no fueron alcanzadas por la ley de protección, se remataron un año atrás con fines gastronómicos o de hospedaje turístico.
Ahora, una de estas reliquias se integrará al paisaje urbano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, en Ciudad Universitaria. El proyecto forma parte de la puesta en valor que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño está llevando a cabo en los entornos de la FADU, y que tendrá como protagonista a una “Bruja”, como se conoce a los legendarios vagones belga La Brugeoise.
El coche será emplazado en el acceso al pabellón 3 sobre durmientes y rieles originales cedidos por Ferrocarriles del Estado, que ya fueron instalados en el lugar. En el mismo sector también se incorporarán 70 m2 de nuevo césped, un deck de madera, forestación y ejemplares de lapacho rosado, además de cinco bancos para sumar equipamiento urbano.
“Se trata de una iniciativa que tiene como fin valorizar nuestro patrimonio y al mismo tiempo potenciar el espacio público para uso recreativo”, refirió el ministro Eduardo Macchiavelli, titular de la cartera a cargo de la iniciativa.
Según informaron desde el área, “la finalidad que se le dé al histórico vagón quedará a cargo de FADU UBA. Hasta el momento, hay algunas propuestas en el aire relacionadas con la lectura y el esparcimiento”. Se estima que lo coloquen en el predio el mes próximo, cuando los trabajos previos estén finalizados.
Con esta unidad ya son cinco los coches que, de una forma u otra, volvieron a prestar servicio. Los más memorables son los tres que pasaron por las manos del orfebre Juan Carlos Pallarols, la arquitecta María Elena Mazzantini y el arquitecto Guillermo Pinelli. Con pericia, talento y mucha dedicación, este trío de especialistas fue el encargado de restaurar a los coches 16, 5 y 124, que la noche del sábado 2 de septiembre de 2017 volvieron a rodar por las vías que unen Primera Junta con Plaza de Mayo.
Luego de ese viaje inaugural en plan turístico, vino una segunda oportunidad de subirse a la historia del transporte en la Ciudad (la línea A de subterráneos fue la primera de Latinoamérica) durante la Noche de los Museos, en noviembre pasado. Después, estos coches se pusieron a resguardo y hasta la fecha no hay novedades sobre cuándo volverán a exhibirse.
Con un perfil más solidario, un cuarto vagón quedó en manos del comedor Los Piletones, liderado por Margarita Barrientos, y oficiará de comedor gastronómico abierto al público, el turismo y los vecinos de Villa Soldati que contarán con un precio diferenciado. Este ejemplar había sido donado por Sbase a la organización sin fines de lucro, y fue intervenido por dos diseñadores como parte de un proyecto social.
La inauguración está prevista para marzo y contará con un menú diseñado en conjunto por reconocidos chefs, y platos que salen de la cocina del comedor. Al igual que el que va a desembarcar en el complejo universitario de Núñez, y que podrán recorrer miles de estudiantes.
FUENTE: clarin.com