Se acabaron los secretos. Se abrió el gran portón de madera lustrada adornado con los rostros de Dante y Beatrice. Se puede pisar la escalinata de mármol y admirar el exquisito trabajo de herrería de los faroles que alumbran el jardín de entrada. Se puede pasar por las puertas con ventanas de vidrio repartido, atravesar el hall, también circular, y subir por la escultórica escalera de madera. Se puede llegar a los balcones del primer piso y admirar los jacarandás sobre Figueroa Alcorta y las terrazas de la Concesionaria Fevre y Basset (el ex Museo Renault). La Casa Redonda, construida como residencia particular por el maestro italiano Mario Palanti junto al arquitecto Algier en 1922, alberga ahora a una galería de arte y showroom de muebles de lujo. Y puede visitarse, claro, todos los días de 10 a 19.
No es mucho lo se sabe a ciencia cierta sobre la casa, ubicada en una esquina privilegiada de Barrio Parque, en Ortiz de Ocampo y Eduardo Costa. Contemporánea del Palacio Barolo, tiene algunos detalles que recuerdan a la arquitectura ecléctica del emblemático edificio de Avenida de Mayo. Se dice que Palanti la construyó para la familia Fevre, representantes de Chrysler en la Argentina: dueños la concesionaria ubicada enfrente, los Fevre querían ver desde los ventanales de su casa la pista de pruebas para autos que la concesionaria tenía en su última planta.
La casa habría pasado luego por distintos dueños, entre ellos una familia salteña que la utilizaba para sus estadías en Buenos Aires; y supo ser Embajada de Irán hasta 1980, cuando aún estaba en el poder el Sha Mohammad Reza Pahlaví.
Infructuosamente en venta a un precio cercano a los 7 millones de dólares, la residencia estuvo cerrada durante 8 años. Finalmente, la compañía Argentina Mobili decidió alquilarla y restaurarla para montar allí un showroom de muebles de lujo. En sus más de 1000 metros cuadrados, ahora hay creaciones de Fendi Casa, Roberto Cavalli Home, Molteni & C, Ralph Lauren y Boca do Lobo, en espacios ambientados por interioristas locales como Adriana Randazzo, Viviana Melamed y Javier Iturrioz.
Pero también funciona como galería de arte, y en ella se exponen obras de Luis Felipe Noé (en el gran comedor), Juan Doffo, Juan Astica y Alejandro Debonis; y fotografías de Sergio Castiglione.
Laura De Lillo, la empresaria mentora del proyecto, cuenta “que por las limitaciones de uso que impone Barrio Parque, esta casa no podía recuperarse para otra cosa que no fuera museo o galería de arte, por eso era la indicada para este emprendimiento, que es un poco todo eso, fusionamos el arte con la decoración”. De Lillo convocó a la curadora Vicky Peláez, quien tuvo a su cargo la selección de las obras.
La idea de De Lillo es que la Casa Redonda sea “un espacio donde el arquitecto y el decorador puedan traer a sus clientes, reunirse, ver lo expuesto, armar sus proyectos y seleccionar los muebles, que muchas veces son diseños únicos”.
FUENTE: Clarín